La izquierda española no tiene límites, no intentan disimular, son unos depravados sexuales y están orgullosos de serlo. Pero el problema fundamental no es que haya un grupo de perturbados mentales, el asunto es que ese grupo está en el poder y tiene como objetivo pervertir a toda la sociedad, empezando por los niños.
Empecemos hablando de Navarra, donde se ha implementado un plan educativo llamado Skolae. En la ficha de la “etapa infantil” del plan escolar (de 0 a 6 años) hablan de “curiosidad sexual y juegos eróticos infantiles”.
Recuerda el lector ¿en qué pensaba cuando tenía 6 años? Yo, en muñecas y dulces. ¡Los niños a los 6 años no piensan en juegos eróticos!
Los padres no tienen que ser expertos en psicología para saber que no está bien que a sus niños de entre 0 y 6 años les enseñen “juegos eróticos infantiles”. Sin embargo, estos “intelectuales de la educación” no actúan a escondidas, lo dicen abiertamente, porque lo que intentan es normalizar su depravación.
Con la cara en alto, seguros de lo que dicen y posando de intelectuales superdotados que saben, mucho mejor que los padres, lo que les conviene a los niños, hablan en medios sobre sus perversiones y planes educativos. Quieren convencer a los padres y a la sociedad de que ellos son los únicos que de verdad saben cómo se debe educar a un niño. Nos dicen que lo que durante años le ha funcionado a la sociedad y es lo normal, ahora se debe cambiar; los niños menores de 6 años ya deben tener experiencias sexuales…
Una de las autoras del programa Skolae ha dicho en televisión que “los juegos eróticos son el conocimiento del propio cuerpo por parte de los niños y de las niñas” y que lo que pretenden en estos cursos es “la vivencia de la sexualidad no desde el castigo sino desde lo natural que es la sexualidad humana”.
Esta mujer, como toda la caterva de socialistas de Podemos -que quiere acabar con la niñez española-, dice además, tajantemente, que ningún niño debe estar fuera del sistema educativo que ellos proponen. Nada nuevo, en el socialismo los hijos son del Estado. Como me dijo alguna vez un profesor sindicalista: los colegios son máquinas de hacer socialistas.
Hace un par de semanas la ministra de Educación y Formación Profesional de España, Isabel Celaá, dijo: “no podemos pensar de ninguna manera que los hijos pertenecen a los padres”. Lo dice nada menos que la ministra de Educación, quieren arrebatarle sus hijos a los españoles, para que los progresistas, activistas, izquierdistas y militantes del lobby LGTBI los “eduquen”.
Boti García, la directora de “Diversidad Sexual y LGTBI”, confesó en una entrevista con Pablo Iglesias en la Tuerka, que cuando era profesora tuvo una relación con una menor. Iglesias, ahora vicepresidente segundo del Gobierno español, le dice entre risas: “me han contado que una chica de 17 años y tú os enamoráis y empezáis una relación clandestina”. La “intelectual” reconoce lo sucedido y agrega, como si se tratase de una broma, que la madre de la menor al enterarse de lo que ocurría “la perseguía con una plancha caliente”.
¿Qué sucede en España? ¿lograron mover tanto la “ventana de Overton” que mantener relaciones con una menor ya es algo aceptable y se puede decir entre risas en un programa de televisión? ¿Es ese el tipo de “educación” que quieren para todos los niños?
Y ¿qué decir de lo que sucede en Mallorca? ¿Por qué este tema no parece importarle a la mayoría de los medios y por qué no hay nadie en el Gobierno que responda?
Hace un par de semanas el Diario de Mallorca denunció lo que catalogan como un “secreto a voces”: decenas de niñas se escapan de Centros de Protección del Gobierno para luego ser prostituidas.
“Hay una negligencia absoluta por parte de los servicios sociales. Los trabajadores lo denuncian, pero cuando llega a los niveles superiores del IMAS (Instituto de Asuntos Sociales mallorquín) los casos se minimizan”, afirma un agente policial citado por el medio.
“Los expertos critican duramente al IMAS por su inacción. Por lo general tras cada fuga, y al tener sospechas de que las niñas han podido ser prostituidas, se elevan informes internos, que no se han traducido en ninguna medida concreta”, dice la publicación. Los encargados de estos centros de protección no solo no hacen nada, sino que ocultan la situación para evitar escándalos políticos.
El Gobierno de Mallorca lo componen los mismos del Gobierno de coalición que designa entre sus cargos a una mujer que habla entre risas de su “relación” con una menor, PSOE y Podemos, unidos con los nacionalistas de “Més per Mallorca”, la marca blanca de ERC en las Islas Baleares. La presidencia de la comunidad está en manos de Francina Armengol, del PSOE. La consejera de Asuntos Sociales es Fina Santiago, de Podemos. Y el director del IMAS es Javier de Juan, del PSOE.
El asunto evidentemente es gravísimo, pero no pasa nada, el Gobierno parece que ya consiguió vía libre para hacer cualquier cosa, ya ningún escándalo importa.
Uno de los asuntos que señalan los expertos consultados por el Diario de Mallorca es que se trata de niñas hipersexualizadas. Pero resulta que precisamente esa es la propuesta del Gobierno, eso es lo que hacen en Navarra y es lo que quieren hacer en todo el país con sus programas de juegos eróticos infantiles.
El Gobierno PSOE-Podemos quiere imponer el tipo de educación que reciben los niños españoles que, como se infiere en lo que ha dicho la ministra de Educación, le pertenecen al Estado. Ellos creen que lo mejor para los niños es tener maestras como la directora de “Diversidad Sexual y LGTBI”, ex presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, trans y Bisexuales, que orgullosa habla de una relación con una alumna menor de edad.
Subnormales llenos de depravaciones son los que el Gobierno español quiere poner como faros morales e intelectuales para que guíen a la sociedad. Como Boti García o su expareja, Beatriz Gimeno, ahora directora del Instituto de la Mujer, quien no para de decir locuras. Ha asegurado que para alcanzar “igualdad entre hombres y mujeres” ellos deben ser “penetrados” por sus parejas, ha justificado la quema de iglesias y está en contra de que los violadores de mujeres tengan prisión permanente revisable. También cree que «la heterosexualidad oprime a las mujeres».
Por eso les molesta tanto la propuesta de VOX del “pin parental”, que exigiría que para dar a los alumnos talleres con carga sexual y referentes a temas de género y LGTBI, los padres tengan que dar su consentimiento. Propuesta que evidentemente es defensiva. Ni siquiera se plantea una educación -en valores y orientada a lo que la mayoría de personas creemos sensata- para todos los niños, simplemente que no se obligue a los menores a recibir las clases de estos “intelectuales” si los padres no están de acuerdo.
Sobre la propuesta de VOX, la ministra Celaá dijo que el veto parental es “contrario al artículo 1 de la actual ley de educación (Lomce) sobre la formación integral del alumno, a las propias normas autonómicas y a la ley contra la violencia de género”. De modo que en el Gobierno PSOE-Podemos es inconstitucional que los padres decidan la educación de sus hijos.
Los quieren hipersexualizados, haciendo exploración de sus cuerpos y juegos eróticos incluso antes de los 6 años. Los quieren con maestras que, abusando de su posición de poder, tengan relaciones con sus alumnas. Y si los menores son prostituidos o violados nada pasará porque además de todo se oponen a penas ejemplarizantes para los violadores.
Las ideas económicas y políticas son mucho más fáciles de cambiar que una moral degenerada, por eso la apuesta principal de los socialistas ya ni siquiera es en el campo económico. ¿Cuánto cuesta corregir los daños psicológicos y de comportamiento causados a un niño hipersexualidado? ¿Cómo se comporta un adolescente al que desde antes de los 6 años se le está incitando a “vivir la vida sexual desde la normalidad”?
Los estudios sobre los problemas, traumas y delitos -porque muchas veces terminan violando o siendo violados- con los que deben lidiar niños diagnosticados como “hipersexualizados” son amplios y aterradores. Pero los activistas e ideólogos del Gobierno español no ignoran esto. Ellos tienen claros sus objetivos. De hecho, sus propuestas no son nuevas y sus intenciones hace mucho han sido reveladas por intelectuales izquierdistas. Lo que quieren es un mundo lleno de gente hundida en depravaciones y adicciones sexuales, donde no haya relaciones estables ni familias. Lograr eso es mucho más fácil si corrompen a las personas desde su niñez.
Herbert Marcuse, uno de los grandes de escuela de Frankfurt -ese grupo de intelectuales que causó tan grandes estragos en la juventud norteamericana y europea en la época de los 60- propuso en “Eros y Civilización” acabar con cualquier restricción al comportamiento sexual. Su propuesta entonces es liberarse de esa “represión” para alcanzar así una sociedad de “perversidad poliforma”, una sociedad con “satisfacción sexual” fuera de los parámetros sociales, éticos y morales, con los que vivimos en la actualidad.
Los “intelectuales” progresistas del Gobierno español que quiere tener a su cargo la educación de los niños no son unos despistados que no saben lo que hacen, tienen un plan claro que ya ha sido expuesto por personajes como los líderes de la escuela de Frankfurt. Necesitan una sociedad sin parámetros morales, sin valores, desbordada en sus conductas sexuales y hundida en todo tipo de depravaciones. A muchos de nosotros no nos podrán cambiar, por eso trabajan a futuro y destruyen la vida de los niños.