EnglishHa transcurrido más de una década desde que Hugo Chávez llamó a la creación de los Círculos Bolivarianos en Venezuela. Considerados como la organización base del pueblo, los círculos poseen la misión de defender los objetivos de la Revolución Bolivariana.
La mayoría de los análisis sobre los círculos (tanto partidarios como críticos) se centran en el impacto local. Mientras que expertos en política exterior de Estados Unidos sostienen que los Círculos Bolivarianos buscan reclutar jóvenes militantes para realizar entrenamiento táctico en Irán, se ha puesto poca atención al hecho de que estos Círculos son utilizados fuera de Venezuela para establecer relaciones a favor del régimen venezolano, fomentando la adopción de la ideología bolivariana en el exterior.
En Canadá, los Círculos Bolivarianos operan en al menos tres de las más grandes ciudades: Toronto, Montreal y Vancouver. Puede decirse que el más activo políticamente es el Círculo Bolivariano Louis Riel de Toronto, fundado en el año 2002 y llamado así en honor a quien fue el líder de los Métis (mestizos) durante dos rebeliones en contra del gobierno canadiense durante el siglo XIX. De acuerdo a Aporrea, un blog chavista, el Círculo Bolivariano Louis Riel está en contacto con patrullas del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) de las que regularmente recibe información, y posee representación en dos universidades canadienses.
Además de los Círculos Bolivarianos, se ha conformado en Canadá un buen número de Grupos de Solidaridad Bolivarianos. Entre éstos, la Coalición Venezuela Estamos Contigo, Barrio Nuevo, la Sociedad Bolivariana de Quebec, el Frente de Defensa de los Pueblos Hugo Chávez, y Avanzada Bolivariana. La Revolución Bolivariana también cuenta con un extensa red de apoyo a través de la Red Canadiense en Cuba, de la cual forman parte más de veinte organizaciones, y la Red de Solidaridad Latinoamericana y Caribeña.
Los Círculos Bolivarianos y los más amplios Grupos de Solidaridad en los que están incorporados están activamente comprometidos en la vigilancia de los medios de comunicación y la política para defender la buena imagen de la Revolución Bolivariana. Con ese fin, María Páez Víctor, reconocida miembro del Círculo Bolivariano Louis Riel en Toronto, y Antonio García Danglades, colaborador frecuente de Aporrea, realizaron en el 2006 una queja formal en contra del Toronto Star, el periódico más grande de Canadá. Alegaban que una serie de cuatro artículos publicados por el Toronto Star sobre Venezuela fueron “erróneos, desequilibrados, tendenciosos y degradantes”.
Según Páez y García, el Toronto Star no cumplió con los estándares periodísticos porque los artículos no incluían comentarios de funcionarios del gobierno venezolano (el reportero entrevistó tanto a partidarios del gobierno como a opositores, y solicitó comentarios del gobierno por medio de la embajada de Venezuela en Washington, pero no recibió respuesta). En una decisión desconcertante, el Consejo de Prensa de Ontario –una asociación de la industria- falló a favor de los denunciantes, argumentando que “solo los comentarios de funcionarios públicos podían responder a las críticas contra el régimen venezolano”.
La decision del Consejo de Prensa de Ontario le fue sumamente útil a Páez en el 2010, cuando declaró ante el Subcomité Parlamentario de Canadá sobre Derechos Humanos Internacionales. En relación a la decisión del Consejo en contra del Toronto Star como evidencia de una “campaña internacional sesgada” para distorsionar los logros de la Revolución Bolivariana, Páez sostuvo que los canadienses tienen una “imagen insuficiente e inadecuada del estado de los derechos humanos en Venezuela”.
El Subcomité escuchó o recibió el testimonio de cuatro organizaciones chavistas: el Círculo Bolivariano Louis Riel, que envió tres testigos incluyendo a Páez; la Sociedad Bolivariana de Quebec, que envió dos testigos; la Coalición Venezuela Estamos Contigo, que proporcionó el testimonio escrito del doctor Paul Kellogg de la Universidad de Athabasca; y Barrio Nuevo, que también presentó un testimonio escrito.
Pese a que el Subcomité recibió aportes más moderados (y en ciertos casos altamente críticos) de otras organizaciones e individuos, las opiniones de los partidarios de la Revolución Bolivariana fue tan exagerada que un miembro del Parlamento confesó que fue difícil realizar preguntas de fondo, pues muchos de los testigos eran del “club de fans de Chávez”.
Esto no sugiere que los canadienses partidarios de la Revolución Bolivariana deberían estar excluidos de debates públicos y parlamentarios sobre Venezuela, mucho menos que deben ser perseguidos. Al contrario, la libertad de expresión exige respeto a la pluralidad de las voces – incluso si esto implica que algunos la ejerzan con el objetivo de restringir la libertad de expresión de otros (como he indicado anteriormente aquí y aquí, no hay dudas de que la libertad de expresión en Venezuela está siendo atacada).
Más bien, lo importante es destacar que los grupos de solidaridad en el exterior están trabajando activamente para integrar la ideología bolivariana tanto en el nivel institucional como en el popular. Los Círculos Bolivarianos han establecido su presencia en los medios de comunicación, las universidades y el Parlamento; además de movimientos de protesta locales como el Idle No More que han sido animados a inspirarse en la Revolución Bolivariana.
“Una victoria para Venezuela en la lucha en contra del capitalismo y el imperialismo” escribe Elizabeth Byce, tesorera federal de la bancada socialista para el Nuevo Partido Democrático, “sería una victoria para los aborígenes [en Canadá]. Sería una victoria para los trabajadores de la educación, del servicio público en Ontario, para los trabajadores de Air Canada, para los trabajadores del acero, para los de Quebec, Acadia y la Isla de Terranova, para todos los trabajadores.” (Páez realiza una argumentación similar aquí).
Y, de hecho, éste es el objetivo.
Cuando Chávez llamó a la creación de los Círculos en 2001, la naturaleza “de arriba hacia abajo” de lo que comúnmente es conocido con “poder popular” era muy específica: “El líder supremo de los Círculos Bolivarianos será el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela”.
Por este motivo no es sorprendente, pero si debería ser preocupante, el hecho de que los círculos trabajen estrechamente vinculados con los representantes del gobierno venezolano en el exterior. Avanzada Bolivariana, una coalición solidaria con representación de distintas organizaciones en al menos seis ciudades canadienses así como de los habitantes originarios de Canadá, asume como un objetivo principal “apoyar al cuerpo diplomático de la República Bolivariana de Venezuela en Canadá”.
Curiosamente, los canadienses que adhieren a la Revolución Bolivariana y critican al gobierno canadiense por apoyar a los “grupos de oposición reaccionarios” en Venezuela (específicamente, Súmate), no parecen tener problema con el hecho de que los Grupos de Solidaridad Bolivarianos en Canadá reciban órdenes directamente del gobierno venezolano.
La diferencia fundamental puede ser que el gobierno venezolano haya acusado a los líderes de Súmate de traición – el mismo cargo levantado contra Louis Riel, quien da nombre al círculo de Toronto. Quizás él se opondría a ser utilizado como soldado de un régimen que usa las mismas tácticas que quienes lo condenaron a la horca.
Traducido por Alexandra Veloz Velástegui.