
La crisis de violencia que vive la capital venezolana cada vez es más fuerte. En julio, a la sede de la Medicatura Forense de Caracas llegaron 535 cadáveres por muertes violentas. Según fuentes extraoficiales y anónimas del instituto de periodistas venezolanos, son aproximadamente 17 muertes diarias.
Estas estadísticas convierten a julio en el mes más violento en Caracas en los últimos dos años. En junio, las cifras llegaron a 500 cuerpos; información difundida por los periodistas Román Camacho y Darvinson Rojas, especialistas en materia de seguridad. Ellos se encargaron de recopilar la información autónoma que tomaron de fuentes de la morgue. Estos datos fueron recopilados y difundidos vía Twitter. “Durante un fin de semana, la morgue caraqueña recibió 43 cadáveres”.
En el 2005, en el gobierno de Chávez, se prohibió dar las cifras de criminalidad en Venezuela. Hasta ese momento, se publicaban por medio de un boletín semanal de la policía judicial. Con esta medida, se evitaba informar a los medios para que no pudieran “manipular” la información que perjudicaría al régimen venezolano.
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Durante mucho tiempo, uno de los temas más preocupantes en Venezuela ha sido la inseguridad, lo mismo que ocurre en El Salvador y Honduras. Son los países que desde hace años encabezan el ranking mundial de violencia. Chávez llegó a culpar a la prensa, calificándolos como “mentirosos” que querían causar una “sensación de inseguridad” en Venezuela.
En el 2013 todos los periodistas se han visto en la obligación de informar con respecto a los crímenes y las estadísticas de la delincuencia, a través de fuentes filtradas, anonimatos, conversaciones con familiares de los asesinados o por conteo manual del ingreso por la puerta de la morgue principal de Caracas.
En julio el conflicto entre policías y prensa está cada vez más tenso, ya que el régimen de Maduro se encargó de levantar una valla de alambres con púas por todo el perímetro de la morgue con la finalidad de impedir el acceso de periodistas que divulguen información, o simplemente tengan acceso a conversaciones con allegados o familiares de los fallecidos.
(ACN)
Fuente: El País