Los precios al consumidor cayeron de sorpresa y la inflación en Chile tuvo un alza de 2,7 % para el cierre del 2016. Ese es un nivel por debajo de la meta que esperaba el Banco Central y que finalmente iba a “relajar el camino” de la política monetaria en corto plazo.
Esas variaciones negativas en los precios del último mes del año, se debieron principalmente por la situación de exceso de oferta y por una mayor disponibilidad de variedades que están asociadas a diversos productos, es decir, por la mayor producción en plena temporada.
Esa deflación trajo divisiones con bajas en Alimentos y Bebidas no Alcohólicas con -1,4 % y Recreación y Cultura con -0,8 %.
Según indicó el Instituto Nacional de Estadísticas, (INE), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) disminuyó un 0,2 % en diciembre, después de haber registrado un avance del 0,1 % en noviembre de 2016.
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Señaló que “En el último mes del año (2016), ocho de las doce divisiones que conforman la canasta del IPC consignaron incidencias negativas”.
El instituto además informó que el indicador subyacente marcó una nula variación en diciembre y avanzó un 2,9 % en 2016.
Después de un período largo con respecto al rango de tolerancia del Banco Central, de 2,0 % a 4,0 %, la inflación se elevó más rápido de lo esperado y sobrepasó el límite del organismo a finales del 2016.
Justo después que el gobierno informara que la economía chilena había crecido un 0,8 % en noviembre, las cifras de inflación se conocieron al día siguiente y trajeron como consecuencia un recorte de la Tasa de Política Monetaria a un 3,25 % en enero de 2017.
Fuente: Emol