EnglishEn su Informe de Gestión 2014, la Contraloría General de la República de Venezuela expuso que encontró irregularidades en negociaciones entre Irán y el país suramericano, las cuales comprometen a la Corporación de Industrias Intermedias de Venezuela (Corpivensa) y a la compañía iraní Tarasazeh Tabriz; de acuerdo con el sitio de noticias RunRun.es.
Ambas empresas, que fabrican materiales de construcción de viviendas, firmaron un convenio en 2012 que comprendía la transferencia de tecnología, planos de construcción, de cálculo estructural, de galpones y de arquitectura, adaptados a la normativa venezolana para la puesta en marcha de tres plantas que fabricarían estructuras livianas de acero galvanizado y láminas de sofito, destinadas a la manufactura de estructuras metálicas para la elaboración de viviendas.
De acuerdo con el portal informativo, la Contraloría venezolana asegura que se incumplieron algunos términos de la negociación, tales como la inexistencia de documentos establecidos en la cláusula contractual: planos de cálculos, catálogos, manuales de operación y notas de entrega, entre otros.
Según el organismo contralor, “ese cúmulo de irregularidades impidió el cumplimiento de las metas de la Misión Vivienda” —programa social del Estado, bandera del chavismo, que fabrica casas destinadas a familias de bajos recursos económicos.
Sobran los convenios binacionales y las irregularidades
Los venezolanos han sido testigos de las iniciativas de estos Gobiernos, que quedan solo en palabras.
En 2006, el Gobierno de Hugo Chávez inauguró la empresa automotriz Venirauto Industrias C.A., constituida con capital binacional de Venezuela e Irán, para ensamblar automóviles en Venezuela con autopartes iraníes.
En 2010, los datos de la automotriz reflejaron una pérdida de Bs. 33.447.428, US$4 millones aproximadamente, con el cambio de moneda libre de ese año.
Las cifras de producción de ese mismo período también fueron desalentadoras, Venirauto ensambló apenas 2.108 unidades y concluyó 1.214 unidades que permanecían en patio desde “años anteriores”.
En 2011, el presupuesto asignado a la empresa fue de Bs. 887 millones (US$113 millones), de los cuales solamente ejecutó el 37%, Bs. 326 millones (US$41 millones). Sin embargo, para 2012, el presupuesto total asignado a Venirauto aumentó a más de los mil millones de bolívares (US$111 millones), de los cuales se ejecutó solamente el 39%, Bs. 437 millones (US$48 millones). Nunca se explicó el destino de las partidas que no fueron gastadas.
En 2014, quien ejercía como viceministro de Industrias, Carlos Faría, se reunió con directivos de Venirauto, y habló de un “relanzamiento y arranque efectivo de todas las operaciones” de la empresa, pero se desconoce el estatus de esta promesa.
Situación similar ocurrió con la Fábrica Nacional de Bicicletas Atómica (Fanabi). En 2008, Hugo Chávez anunció la activación de Fanabi con el apoyo tecnológico iraní, para fabricar mil bicicletas al mes. En 2012 el diario El Mundo informó que la planta estaba paralizada. Actualmente la empresa, que pertenece a Corpivensa, no cuenta con portal web y no hay fuentes oficiales que informen cuáles son sus niveles de producción.
Venezuela e Irán retoman el “vuelo fantasma”
Tal y como surgieron esta serie de empresas, en 2007 ambos Gobiernos facilitaron la apertura de la ruta aérea Caracas – Damasco – Teherán, operada por la estatal venezolana Conviasa e Irán Air. A pesar de que nunca se vendió más de la mitad de la boletería de cada vuelo, la reserva de los asientos debía hacerse con un año de antelación. La ruta fue calificada entonces de una ruta misteriosa y se habló entonces de la prácticamente nula relación turística entre ambos países.
Sin embargo, en 2009, Hugo Chávez anunció el lanzamiento de un vuelo directo desde la capital venezolana hacia la capital iraní, facilitado por la compañía Mahan Air, una empresa privada con sede en Teherán.
En 2010 el diario español ABC hizo referencia a un “avión fantasma” que presuntamente transportaba “uranio venezolano y otros materiales estratégicos que necesita la industria nuclear de los persas”. Según el diario español, Washington considera que Teherán utilizaba esta ruta aérea para exportar “sus actividades terroristas por Latinoamérica”.
Para 2010, ambos vuelos quedaron suspendidos, pero el 10 de enero de 2015 el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, anunció la reactivación de la ruta directa “a fin de promover el turismo entre ambas naciones”. No dijo qué empresa operaría el viaje.
El pasado 24 de marzo el diario brasileño Veja reportó que en la ruta de la aerolínea Conviasa, entre 2007 y 2010 se vendieron pasajes fantasmas para facilitar el tránsito de drogas, terroristas y dinero, según le declaró al diario un funcionario chavista relacionado a la empresa, y quien calificó la actividad de la aerolínea como “aeroterror”.
Veja informó que aunque el costo del vuelo entre esos años representó US$36,6 millones para el Gobierno de Venezuela, solo ingresó US$15 millones por concepto de boletería.
Relaciones “de Fuerza Mayor”
El 17 de marzo del presente año, el Congreso de Estados Unidos discutió los nexos entre Irán, Venezuela y Argentina. En la sesión, el especialista Doug Farah, director de IBI Consultants, detalló los presuntos vínculos del Gobierno chavista con el narcotráfico, y profundizó en la supuesta participación de los Gobiernos en el encubrimiento del atentado contra la mutual judía argentina AMIA.
Farah afirmó que Venezuela “fue el puente necesario con Argentina para fortalecer las relaciones con Irán” para lograr un acuerdo “ilegal, a cambio de petróleo” entre Teherán y Buenos Aires.
Entre los puntos destacados afirmaron que especialistas estadounidenses manejan información de que, por medio de Irán, se ha establecido una mafia conformada por varios países del Medio Oriente en la cual presuntamente está involucrado el Gobierno de Venezuela y algunos de sus funcionarios.
También se expuso que miembros de la defensa iraní estarían presuntamente a cargo del entrenamiento y la capacitación de los colectivos armados de Venezuela —grupos armados conformados por civiles afines al chavismo.
En el programa Conclusiones, transmitido por el canal de noticias CNN en Español, y conducido por el periodista Fernando Del Rincón, el exembajador de Estados Unidos en Venezuela, Otto Reich, explicó por qué para el Gobierno norteamericano las relaciones entre Venezuela e Irán son consideradas como una amenaza: denunció que Venezuela habría ayudado a Irán a conseguir tecnología nuclear para fabricar una bomba atómica.
En 2005, el Gobierno de Estados Unidos, por medio del Departamento de Estado, expresó preocupación por la estrategia política de Venezuela, luego de que el expresidente Hugo Chávez anunciara el respaldo al programa nuclear iraní al que se han opuesto Estados Unidos y la Unión Europea.
Venezuela afirmó en una reunión de la OPEP, en enero de 2006, que apoyaba el programa nuclear iraní; amenazó con subir el precio del petróleo si Irán era denunciado ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Con la contribución de Orlando Avendaño y Elisa Vásquez.