En el primer aniversario del relanzamiento de sus relaciones, Cuba y Estados Unidos dijeron hoy miércoles 20 de julio que siguen trabajando para profundizar aún más este año la distensión, mientras el calendario marca la cuenta regresiva para el gobierno de Barack Obama.
Washington y La Habana reabrieron sus embajadas en 2015, tras cinco décadas de distanciamiento, y se han puesto de acuerdo sobre asuntos de interés común como la reanudación del correo postal y los vuelos comerciales regulares entre Estados Unidos y Cuba.
Hoy se cumple el primer aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba #USCuba pic.twitter.com/izKTpJDStQ
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“La normalización es un proceso a largo plazo (…) pero estamos progresando lenta y constantemente”, expresó un vocero a los periodistas. Si bien queda mucho por hacer, Estados Unidos y Cuba han logrado avances históricos para establecer relaciones más estrechas, dijeron ambas partes.
Representantes cubanos y estadounidenses se reunirán esta semana en La Habana para firmar un acuerdo sobre narcotráfico, y a fines de este mes suscribirán otro en Washington para promover las conversaciones sobre reclamos mutuos de propiedad, declaró un alto funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Escollos entre Cuba y Estados Unidos
El embargo a la isla, tipificado por las leyes estadounidenses y cuyo fin debe ser aprobado por el Congreso, es el principal escollo en las relaciones entre ambos países. Entre los asuntos más complicados por resolver figura el de las compensaciones económicas mutuas por los bienes nacionalizados a estadounidenses tras el triunfo de la Revolución y por los daños derivados del embargo económico que reclama Cuba.
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En 1903, Washington tomó posesión de la Bahía de Guantánamo, en el oriente de la isla, al considerar que era un punto estratégico para controlar el Caribe. Cuba pide la devolución de la soberanía del territorio y considera que el acuerdo para su ocupación es ilegal. Obama pretendía trasladar a todos los presos de la cárcel de máxima seguridad allí emplazada.
Otro de los temas de mayor tensión entre ambos gobiernos es la situación de los disidentes en la isla. Washington pide mejoras para la sociedad civil y apoya sus actividades en la isla “en defensa de la democracia”, mientras que las autoridades cubanas tildan a los opositores de ser “mercenarios al servicio del imperio”.
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Estados Unidos mantiene leyes que benefician a los migrantes cubanos como la conocida “pies secos-pies mojados” por la que acoge a los cubanos que toquen territorio norteamericano mientras devuelve a los que son interceptados en alta mar. Por su parte, la Ley de Ajuste Cubano permite a los cubanos después de un año de vivir en Estados Unidos obtener la residencia permanente. El gobierno cubano considera que estas leyes fomentan la emigración y que “conceden a los ciudadanos cubanos un trato migratorio preferencial y único de su tipo en el mundo”.
La más reciente crisis de la inmigración cubana tuvo lugar durante los últimos meses de 2015 en Costa Rica y Panamá, donde miles de cubanos que viajaron vía Ecuador -país que entonces no les exigía visa- quedaron varados tras la negativa de Nicaragua a permitirles el tránsito para llegar a México y cruzar la frontera con EE.UU.
Fuentes: La Vanguardia, Reuters