En El Salvador, la facción Sureños de la pandilla Barrio 18, una de las maras más grande, planteó su disposición a discutir su desarticulación, terminar con las extorsiones y a ubicar los cadáveres de las personas desaparecidas a manos esa organización criminal. Estas declaraciones fueron hechas al periódico digital El Faro.
Esto se suma a las declaraciones de la Mara Salvatrucha, que la semana pasada anunció su disposición a desarticularse. A diferencia de la Salvatrucha, los Sureños añadieron al diálogo el tema de las extorsiones y la localización de los cadáveres de personas desaparecidas. Ambas estructuras criminales piden programas de reinserción a la sociedad para sus miembros.
Barrio 18 Sureños sugirió que las instancias mediadoras para estas negociaciones pueden ser las Naciones Unidas y la Iglesia Católica.
- Lea más: 25 años tras acuerdo de paz en El Salvador: de la guerra civil a la guerra contra las maras
- Lea más: Por qué la temida Mara Salvatrucha podría desintegrarse en El Salvador
El medio salvadoreño El Faro sostuvo una entrevista con un pandillero con la capacidad de representar a los Sureños Barrio 18 a nivel nacional. Este mismo portavoz ha sido el que manda mensajes ante organizaciones internacionales e iglesias interesadas en respaldar una solución negociada al fenómeno de violencia que vive El Salvador.
Los temas que propone este pandillero son los más complicados en una negociación. “La entrega de las armas y los territorios y dejar de reclutar nuevos miembros a la estructura serían chascarrillos a la par de esos otros temas, pero en algún momento hay que tener esa discusión profunda: el abandono de la extorsión como forma de vida de las pandillas y entregar a los desaparecidos”, dijo. “Porque, claro, sin cuerpo no hay delito. Pero si finalmente llegamos a establecer un diálogo, tarde o temprano las víctimas van a querer saber dónde está su hijo, su familiar y hay que dárselos”, añadió.
La facción Sureños del Barrio 18 es una de las dos organizaciones que se crearon después de una guerra interna en la pandilla Barrio 18 en el 2005. El otro lado se llama facción Revolucionaria. Barrio 18 es una pandilla con presencia en países como Estados Unidos, México, Guatemala y Honduras; pero solo en El Salvador ha experimentado esta fractura. Las dos facciones operan en la práctica como pandillas distintas.
Reacciones en los partidos políticos y sociedad civil
Eugenio Chicas, vocero de la Presidencia, le expresó a El Faro que tuvo la semana pasada una primera reacción cautelosa, asegurando descartar cualquier posibilidad de encuentro con las pandillas: “Somos claros y firmes: no hay diálogo, no hay conversaciones, no hay posibilidad de ningún tipo de acuerdo que abra esa ruta”, dijo.
Añadió que el gobierno que representa interpreta el ofrecimiento como un acto de oportunismo: “Creo que estos grupos criminales pretenden utilizar abusivamente la coyuntura de la conmemoración del Acuerdo de Paz para filtrarse en el marco de esa coyuntura en el sentimiento de paz y diálogo del país para poder obtener sus prebendas”.
El secretario general del partido en el gobierno, Medardo González, también se manifestó en contra de cualquier acercamiento: “No, eso es diversionismo (sic). El Estado salvadoreño no puede estar en esos juegos de diálogos y negociaciones con delincuentes”.
Arena, el principal partido de oposición, no tiene una opinión homogénea. El presidente del partido, Mauricio Interiano, se pronunció en contra, mientras que el excandidato a la vicepresidencia y los diputados se manifiestan a su favor.
- Lea más: El Salvador con saldo rojo: 14 homicidios al día durante 2016
- Lea más: Guatemala refuerza sus fronteras tras fuga de pandilleros en cárcel de El Salvador
“Si esta organización pandilleril decide desarticularse, es la mejor noticia y lo que debemos es apoyar. ¿Cómo hacerlo? Con un plan de desmovilización que implique para esta gente recursos para que haya empleos, capacitación, recreación; recursos para que tengan vivienda digna, es decir, todo un plan social que permita reinsertarlos a la vida productiva”, dijo Portillo Cuadra, excandidato. “No podemos oír que se quieren desarticular y no poner atención. No hacerlo sería un gran error político de este gobierno. Hay que tomarles la palabra, hay que sentarlos, hay que dialogar con ellos, dentro del marco de la ley”, agregó.
Por su parte, Interiano está más próximo a la opinión del gobierno: “No podemos sentarnos en una mesa de negociación con grupos que han estado delinquiendo de esta manera”, zanjó.
La página oficial de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) publicó un análisis firmado por el sacerdote Rodolfo Cardenal expresando que “La última propuesta de la MS-13 ha desconcertado a un gobierno empeñado en la represión como única opción. La pandilla propone un diálogo para detener la violencia. La propuesta no debiera ser descartada con ligereza, porque pone sobre la mesa la desarticulación de la pandilla más grande y poderosa. No explorar esa posibilidad, a pesar de la repugnancia que pueda suscitar en ciertos sectores, mostraría la trivialidad de la conmemoración de los veinticinco años de los acuerdos de 1992”.
Fuente: El Faro