
Por Emmanuel Rondón
La deuda pública in crescendo es un error que la economía paraguaya no puede permitirse. Si la actual administración y los políticos continúan empecinados en aumentar la deuda, la crisis económica fiscal es más que factible. Subsidios inaceptables, pagos extras sin sustento en empresas del Estado, beneficios inentendibles para empleados públicos y congresistas, despilfarros constantes del dinero de los contribuyentes, una reforma tributaria criticada desde distintos sectores ciudadanos, políticos e incluso ideológicos. Todo esto va llevando al Paraguay por un sendero financieramente peligroso, hipotecando a las futuras generaciones, afectando directamente a la clase media, al sector económico privado y también a los más necesitados.
La nueva ley “De modernización y simplificación del sistema tributario nacional” –reforma tributaria– fue uno de los temas protagonistas en el Paraguay durante el último lustro. Esta reforma entró en vigencia el pasado 1 de enero y consolidó hasta seis tipos de tributo: el impuesto a la renta empresarial (IRE), que unifica al Impuesto que grava las ganancias que se obtienen por la realización de actividades agropecuarias (Iragro) con el Impuesto a la Renta Comercial, Industrial o de Servicios (Iracis) en una tasa del 10 %; el impuesto a los dividendos y utilidades (IDU) con tasas del 8 % y 15 %; y el impuesto a la renta personal (IRP) con tasas progresivas del 8 al 10 %. La ley también incluye el impuesto a la renta de no residentes (IRNR) con tasa del 15 %; el impuesto al valor agregado (IVA) con tasas del 5 y 10 %; y el impuesto selectivo al consumo (ISC) con tasas del 1 al 50 %.
Si bien en la reforma se aboga por la simplificación del tributo – cosa que estará por verse – los cambios no son significativos en materia de beneficios para el Estado. Destacaba el viceministro de la Subsecretaría de Estado de Tributación, Óscar Orué, que cuando el sistema se implemente de forma correcta y completa, el Estado paraguayo percibirá unos 300 millones de dólares más. Tampoco existen variantes en la forma de administrar los ingresos a las arcas, algo que, desde hace un tiempo, es de gran necesidad en Paraguay ante el continuo malgasto y despilfarramiento de recursos; sin entrar de lleno en el enorme problema que representa la corrupción y la poca fortaleza de las instituciones ante este mal.
La deuda mundial pica y se extiende, pero en los países más desarrollados –como Japón, Reino Unido o Estados Unidos– no representa inestabilidad económica o colapso a lo interno; contrariamente a las naciones subdesarrolladas en América Latina y el Caribe o las débiles economías africanas; donde sí pueden significar crisis económicas. Y si no, preguntemos a nuestros vecinos argentinos. De esta forma, Paraguay va transitando caminos inhóspitos y de sumo peligro al seguir aumentando la deuda pública, manteniendo estándares altísimos de malgasto, pasándose por alto el sentido de contraprestación.
Víctor Pavón, profesor, abogado, economista paraguayo y activista político; promueve la campaña «Ponele tu firma» impulsados por los movimientos “Por la Libertad y la República” y “Renovación Azul”. El profesor Pavón reflexiona sobre el futuro que le espera al Paraguay de no hacer un giro de 180 grados en el manejo de los ingresos y las medidas que se aplican para hacer del Paraguay un país seguro para los inversionistas. Aseguró el especialista jornadas atrás que: “el mal gasto sumado al endeudamiento y el déficit fiscal se están convirtiendo en una bomba económica-fiscal que hará cada vez más difícil la sostenibilidad de las finanzas con efectos inexorables sobre la economía paraguaya en su conjunto”. Por ello, el profesor Pavón hace un llamado de compromiso a la ciudadanía: “hay que parar el endeudamiento público”.
PanAmPost: ¿En qué consiste la campaña “Ponele tu firma”? ¿De dónde nació?
Víctor Pavón: Consiste en involucrar a la gente en temas como el endeudamiento que está distantes del interés de los gobernantes de turno porque así les conviene. Es juntar firmas, hablar con la gente yexplicarles que la deuda será pagada por ellos y por las generaciones futuras sin contar con una firme y decidida vocación de cambiar la actual tendencia del mal gasto y corrupción. Luego presentaremos un anteproyecto de ley para limitar la deuda, que ahora es incontrolable. La iniciativa nace del Movimiento Por la Libertad y la República juntamente con el Movimiento Renovación Azul.
PP: ¿Puede explicar en qué consiste la reforma tributaria que fue aprobada?
VP: La reforma tributaria –que no es reforma sino una deforma– consiste en seguir buscando a toda costa más ingresos sin guardar el debido respeto por el gasto. Es cargar sobre las espaldas de la gente común un mal gasto para beneficio de una minoría. Así, por ejemplo, cuando se masifica la solicitud de pagar impuestos como el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) y el del valor agregado, sumado al de la renta para las personas con no más de tres salarios mínimos, entre otros.
PP: En breves palabras, ¿cómo calificaría la aprobación de la reforma tributaria?
VP: Una violación a la misma Constitución Nacional por cuanto que nuestra ley fundamental habla de que el contrato político no es para hacer cada más rico al Estado volviendo pobre a la gente. Esta deforma es la muestra del grave error en la que se ha caído, por el cual la democracia sin principios y valores basados en el republicanismo liberal se va a la deriva.
PP: ¿A quiénes afecta esta reforma y a quién beneficia?
VP: Solo beneficia a la caja estatal. De hecho, se hizo con la expresa intención de contar con más ingresos. Con el pretexto de la formalización terminan por dejar a más gente fuera de la posibilidad de crear ahorro propio para las familias.
PP: ¿Cómo se para el endeudamiento?
VP: Solo con más involucramiento de una ciudadanía mejor informada sobre el peligro que representan las buenas intenciones que son parte del discurso de los políticos populistas. Una ley para limitar la deuda es una forma de lograrlo, pero apenas es un paliativo si la ciudadanía no está vigilando de manera permanente la acción gubernamental.
PP: ¿Qué opina de los subsidios y los pagos extras para los funcionarios públicos?
VP: Es inconstitucional porque los contratos colectivos se firman para sacar ventajas adicionales a lo que la igualdad ante la ley así lo dispone. Es la muestra del descontrol y corrupción que solo puede terminar en más despilfarros sin contraprestación alguna por el trabajo ofrecido.
PP: ¿Usted cree que se le está perjudicando directamente a la clase media del país, a los más necesitados y a los contribuyentes en general?
VP: Desde luego. El impuesto, la deuda, la corrupción, son todos unos costos que se adiciona a la economía porque representa dinero que sale del sector privado, un dinero que presiona sobre las disponibilidades de aquellos que menos tienen.
PP: Hay un dicho que dice «mientras más grande sea el Estado, mayor será el robo», ¿esta frase aplica para nuestro contexto paraguayo?
VP: Por supuesto. Está comprobado que solo mediante un mercado libre y el estado de derecho, los países progresaron, lo que implica un sector estatal eficiente, que precisamente no le robe a la gente lo que le pertenece en justicia.
PP: En una de sus columnas enfatizó en la aberración, el libertinaje y el abuso por parte del Estado al permitir monopolios comerciales –como el de la Ande– y los contratos colectivos para grupos organizados que buscan ser intocables. ¿Puede explicar esto y en cómo afecta al desempeño económico del país?
VP: Los monopolios como la Ande también son inconstitucionales y perjudican a toda la sociedad porque de algún modo u otro impide la participación del sector privado que bien podría aportar en el sector eléctrico. Pero como los defensores de estos elefantes blancos están organizados, pues ellos impiden con la connivencia del poder político su perpetuación.
PP: ¿Cómo podemos considerar a los partidos políticos tradicionales paraguayos? Ya que, claramente, liberales no son…
VP: Los partidos políticos deben ser los hijos dilectos del constitucionalismo para defender al individuo del Estado y lo pueden hacer desde sus programas específicos ofrecidos a la ciudadanía. Sin embargo, cuando son parte del sistema cuyo objetivo en perpetuar lo mismo y hacerlo crecer usando y abusando de la ciudadanía, quiere decir que ya no son partidos políticos, son facciones con el propósito de asaltar a los que trabajan y producen. Paraguay necesita partidos que realmente representen al individuo y a sus familias, con propuestas concretas en la promoción de la libertad, la propiedad y el imperio de la ley en la que todos sean iguales ante la ley y no mediante la ley, como lo hacen aquellos contratos colectivos citados más arriba.
PP: Por último, además de que la ciudadanía –y los contribuyentes– despierten oponiéndose al endeudamiento público, ¿Cuál es el camino a seguir para los paraguayos?
R: El camino de la Libertad y la República, donde no existan personas privilegiadas y en donde todos tengan resguardados sus derechos inalienables. Para tal propósito es menester enseñar y promover los valores morales, económicos, políticos que hacen a la sociedad libre.
Emmanuel Alejandro Rondón es estudiante de periodismo. Redactor y coordinador de fútbol internacional en VAVEL, España, radio y televisión. Twitter: emma_rondn26