El pasado martes la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) de la Ciudad de México emitió un anuncio respecto al activación de la Fase I de Contingencia Ambiental por Ozono. Pero más allá de las normas establecidas, donde varios coches dejaron de circular, hay factores mucho más importantes a considerar.
Y es que la contingencia ambiental no es un mal clima. Es un problema mucho más serio, que no es exclusivo de quienes usan automóviles, también concierne al Gobierno y las instituciones correspondientes. Tan sólo observar cómo ha habido un incremento de automóviles en la Ciudad de México en los últimos 10 años, es sumamente preocupante, según datos del Inegi, del 2005 al 2013 se duplicó el número de coches en la ciudad, pasando de 3,5 millones a 6,8 millones, incremento que antes tardaba cerca de 25 años en notarse.
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¿Qué es la Contingencia Ambiental?
La definición en concreto de contingencia es “situación de riesgo derivado de actividades humanas o fenómenos naturales que pueden poner en peligro la integridad de uno o varios ecosistemas”.
Ahora bien, en la Ciudad de México declararon contingencia ambiental por ozono, lo cual es factor de una extrema estabilidad atmosférica asociada a la alta presión en la región central del país, pero a eso se le suma la radiación solar entonces el efecto que se tiene es el de una olla hirviendo donde el vapor que está por encima de la ciudad es puro ozono mismo que es vital para los humanos ya que protege de la rayos ultravioletas, pero en cantidades incalculables -como cuando se declara contingencia- son sumamente peligrosos para la salud.
¿Cuántas fases son?
Existen tres fases de contingencia, las cuales se establecen dependiendo el número de puntos con el cual se mide la contaminación del aire.
Precontingencia Ambiental: Se aplica regularmente cuando la calidad del aire es muy mala, debe superar los 160 puntos. En esta fase se suspenden las actividades al aire libre que expongan a niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias. Se prohibe la quema de materiales al aire libre y se restringen los servicios urbanos de pavimentación y bacheo.
Fase I: Se aplica cuando la calidad del aire ya está a punto de se extremadamente mala. Es cuando los registros de O3 supera los 190 puntos. En esta fase se limitan las mismas actividades que la precontingencia pero también se limitan y/o reducen las actividades industriales en la Ciudad.
Fase II: Esta es la última y más grave fase de contingencia. Es cuando la calidad del aire es extremadamente mala y supera los 240 puntos. Además de llevar las mismas medidas de seguridad que las demás fases, se suspenden todas las actividades en oficinas públicas, escuelas, instalaciones culturales y recreativas como museos, parques, eventos deportivos , ente otros.
¿Qué daños causa?
El daño es tal que los ciudadanos pueden llegar a respirar ozono puro en lugar de oxígeno, lo cual trae problemas a la salud. Las principales causas son irritación en garganta, tos, molestias en persona con problemas respiratorios, dolores de cabeza e irritación en los ojos. Estos son los síntomas frecuentes, pero hay que estos son relativamente inmediatos, si las contingencias fueran constantes (casi como China) la calidad de vida indudablemente disminuye y se abren puertas a un sin fin de enfermedades por nuestro estado de salud tan ajetreado.
¿Qué se recomienda en una contingencia?
Usar otros medios para la movilidad. Como el transporte público y medios no motorizados como bicicletas o caminar.
Compartir automóvil. Como sabemos que en ocasiones es totalmente indispensable usar automóvil. Se puede dejar el auto en algún punto intermedio y utilizar el transporte público, además de ahorrar combustible no se contamina.
Revisar continuamente sus automóviles. Son máquinas, necesitan su mantenimiento y revisión continua para que más allá de que siga funcionando, también no comience a soltar mayor emisión de lo normal.
Revisar fugas en hogar. Todo gas para combustión es precursor de ozono, así que se debe revisar bien las tuberías de las viviendas para evitar las fugas de gas, que además de ser un foco de peligro por una explosión o su inhalación, se apoya al medio ambiente.