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EnglishEn la sierra de Sinaloa, al norte de México, se ha duplicado el número de laboratorios sumado a esto a los cultivos de marihuana y amapola lo que ha generado más violencia en la zona urbana de Culiacán, la ciudad más grande del estado de Sinaloa.
Según Rogelio Terán Contreras, comandante de la novena Zona Militar, estos lugares donde los carteles elaboran drogas sintéticas, han tenido un constante crecimiento hasta llegar a duplicarse en los últimos tres años.
En el año 2014 fueron asegurados 47 narcolaboratorios mientras que en 2015 el número se incrementó llegando a ser 80 y según la tendencia, en el presente año esa cifra se podría superar nuevamente según las estadísticas oficiales de la Operación Integral Sinaloa-Durango que realiza el Ejército mexicano.
Según informó el comandante Terán Contreras “la principal problemática en la jurisdicción es la delincuencia organizada y poco recurrentes los fenómenos hidrometeorológicos. Las unidades de la novena Zona Militar están destinadas, prácticamente, a la erradicación de los enervantes y demás vertientes de la delincuencia organizada”, reconoció.
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Sin embargo, en Culiacán se encuentran alrededor de 350 cámaras con las que se pretende controlar la actividad de los narcotraficantes, pero se estima que solo 15 de ellas funcionan y mucha de la información que se transmite a través de ellas es filtrada a las organizaciones delictivas que así pueden vigilar los movimientos del Ejército y la Marina Armada mexicana.
Lejos de lo que se podría creer, los narcolaboratorios se encuentran, en su mayoría, en zonas altamente pobladas de Culiacán produciendo contaminantes por la fuga de los químicos lo que pone en peligro la salud de los soldados que resguardan la zona, así como de los animales y de la población en general.
En tres años las autoridades del Ejército han asegurado 41 kilogramos de metanfetamina, mejor conocida como cristal, además de 23 kilos de metanfetamina líquida.
Fuente: Informador
