El recién fallecido Fidel Castro siempre se presentó al mundo como una persona modesta y cercana al pueblo, incluso llegó a afirmar que ganaba solo 900 pesos cubanos al mes, unos USD$ 43 y que vivía en una “cabaña de pescadores” en algún lugar de la playa.
Pero la imagen pública del dictador cubano era un mito cuidadosamente elaborado ya que era más una ficción que un hecho.
“Mientras su pueblo sufría, Fidel Castro vivía cómodo, manteniendo en secreto a sus ocho hijos y sus muchas amantes, incluso a una esposa”, escribió en su reciente libro Juan Reinald Sánchez, guardaespaldas de Castro.
En el libro de Sánchez que tiene por título La doble vida de Fidel Castro: mis 17 años como guardaespalda personal del Líder Máximo se describe la vida oculta de su exjefe en donde se destacaban la crueldad política, las amantes y la codicia.
Fidel Castro, quien murió el pasado viernes por la noche a los 90 años, hizo una fortuna personal ofreciendo refugio a los narcotraficantes, se acostó con grupos de mujeres por décadas y amenazó a su propio hermano, Raúl, con la ejecución cuando este cayó en el alcoholismo, según revela la publicación.
- Lea más: Video revela la censura hasta en el saludo de la prensa cubana tras la muerte de Fidel
- Lea más: Cuba tiene una gran oportunidad tras la muerte de Castro
Lo sorprendente de la situación es que la mayoría de los cubanos no tenía idea de cómo, o incluso dónde, este hombre tenía una vida secreta, realmente vivió, incluso su primera y segunda esposa se mantuvieron fuera del ojo público.
Según Sánchez, Castro mantuvo 20 propiedades de lujo en toda la nación caribeña, incluida su propia isla, a la cual se accede a través de un yate decorado enteramente con madera exótica importada de Angola.
Una vez que Fidel Castro tomó el control de Cuba durante el año nuevo de 1959, una vez que su ejército derrotara la dictadura de Fulgencio Batista, el dictador cubano prometió que no sería igual que su tan odiado predecesor, ya que él compartiría la riqueza de la isla con sus habitantes menos favorecidos.
Pero mientras Castro cumplía con algunas de sus promesas educando y cuidando del pueblo, construía escuelas y hospitales gratuitos con la ayuda de sus aliados soviétivos, el legado del dictador era de represión e hipocresía.
El dictador cubano tenía 11 hijos aproximadamente, con cuatro mujeres, de las cuales solo dos eran sus esposas, describe Sánchez, quien también sostiene que solo los más allegados a Castro sabían de ello.
Respecto a las excentricidades de Castro, Sánchez narra: “Con sus naranjos, limones, mandarinas, pomelos y plátanos, la finca se asemejaba a un verdadero Edén, especialmente si se compara con el famoso libro de raciones que todos los cubanos tenían que usar para comprar comida”.
Cada miembro de la familia Castro poseía su propia vaca “para satisfacer el gusto individual de cada uno, ya que la acidez y cremosidad de la leche fresca varía de una vaca a otra”.
Según el exguardaespaldas de Fidel Castro, este era capaz de matar, humillar y reducir a nada a los hombres que le habían servido con devoción con tal de mantener el poder.
Fuente: New York Post