Al sur de México en una montaña al final de un brusco camino que pasa por campos de maíz y palmeras se encuentra un cementerio clandestino hecho por narcotraficantes. Las fosas fueron descubiertas por peritos de la Fiscalía del estado de Guerrero quienes exhumaron 32 cadáveres de 17 fosas clandestinas que no tenían mucha profundidad.
Este hallazgo se llevó a cabo en el poblado de Pichahuizco perteneciente al municipio de Zitlala en donde se evidenció la lucha que enfrentan los cárteles de la droga por obtener el control del estado de Guerrero.
Al menos media docena de personas se presentaron el pasado viernes a la morgue de Chilpancingo, la capital de Guerrero, sin embargo la respuesta que obtuvieron de las autoridades fue que “la identificación de los cadáveres tardará más”.
“Me sentí mal, sentí nervios. No quiero encontrar a mi esposo aquí. Quiero encontrarlo con vida” dijo Beatriz Zapoteco quien abandonó la morgue al no tener respuesta positiva de las autoridades.
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Zapoteco también señaló: “Quisiera saber si encontraron allí a mi esposo para ir descartando la posibilidad de que esté muerto. Si me dicen que no, es una esperanza de que lo voy a encontrar con vida” la que también es madre de tres hijos y cuya casa de habitación fue invadida por siete hombres encapuchados el pasado 5 de enero quienes raptaron a su esposo, Santiago Tixteco, concejal que trabajaba a favor de los derechos de los agricultores de la localidad.
Según las autoridades las bandas de narcotraficantes Los Ardillos y Los Rojos son quienes mantienen una lucha sin tregua por el control de la producción de la amapola en esa zona, y como producto de ello siembran el terror en la población con extorsiones, secuestros y homicidios.
Los datos oficiales revelan que en el estado de Guerrero se han cometido 1.832 asesinatos en los primeros diez meses del año actual, cifra mayor a la reportada en el mismo período del 2015 cuando fueron 1.651.
Roberto Álvarez, portavoz de seguridad de esa entidad federativa, dijo que los investigadores de la fiscalía estatal ceen que el campamento de Zitlala ha existido durante años y que existe la probabilidad de que haya sido usado por ambos cárteles durante períodos alternos de control del territorio.
“Es un lugar utilizado para ejecutar a miembros de una banda rival o mantener a las personas secuestradas” señaló Álvarez quien también indicó que no estaba claro aún si el campamento en mención fue utilizado por los Ardillos o por Los Rojos.
Fue una llamada telefónica que denunciaba que en el lugar se encontraban personas secuestradas la que llevó a soldados y policías hasta el lugar del macabro campamento que había sido un refugio para sicarios. En el lugar fue encontrado un hombre vivo atado de pies y manos, pero no había ninguna otra persona.
Luego de una inspección en las dos hectáreas, que conforman el área, se dió con el hallazgo de las fosas donde se encontraban las víctimas que habían sido “estranguladas, asfixiadas, golpeadas violentamente en la cabeza y algunas tenían gargantas cortadas”, según reveló Alejandro Toriz, coordinador de la morgue de Chilpancingo.
Restos de sangre sugirieron a los investigadores que algunas de las víctimas fueron ejecutadas en la colina. De los cadáveres encontrados 29 son de hombres y tres de mujeres.
Fuente: El Nuevo Herald