Hay una premisa muy famosa que ha sido bandera de todo proyecto político de izquierda cuya aplicación sigue siendo efectiva “los comunistas te rompen las piernas y después te dan unas muletas para que tengas que agradecerle el poder caminar”. La frase se ha vuelto cliché, pero no hay mejor forma de ejemplificar lo que hacen ciertos repartidores de miserias para poder justificar su existencia burocrática.
La proximidad de muchas de las grandes ONG con presencia en el mundo y los movimientos políticos o gobiernos de izquierda es algo notorio, hasta hace unos pocos días Amnistía Internacional en Chile, por ejemplo, impulsaba en un acto de proselitismo político el realizar un cambio constitucional en dicho país, una bandera de la extrema izquierda en la nación austral; y por otra parte, Human Rights Watch, encabezada en América por el chileno José Miguel Vivanco, publicaba con un par de días de separación un informe en el que convertía el exdictador Evo Morales (quien permaneció durante 14 años en ejercicio del poder en su país a pesar de haber perdido una consulta popular que expresamente le prohibía alargar su mandato), en una víctima del gobierno interino de Jeanine Áñez por una supuesta “persecución judicial”, ignorando dramáticamente que han salido a la luz fotografías y pruebas que confirman la relación sentimental del expresidente con una adolescente de 14 años, lo cual se constituye como un delito de estupro bajo la legislación boliviana.
Estas acciones sistemáticas de las ONG para legitimar las causas progresistas, y a su vez destruir todo intento de establecimiento de sistemas sociales que exalten y promuevan la libertad individual, se han convertido en algo cotidiano que, sin embargo, ha pasado durante décadas por debajo de la mesa, en parte, por el miedo de ciertos sectores a la mala prensa que podría producir desencuentros con las “generosas” ONG.
El 16 de septiembre del presente año ha ocurrido otro lamentable hecho dirigido a destruir el progreso humano para seguir dándole trabajo a estas organizaciones, pues 30 ONG europeas, le han exigido al presidente de Francia, Emmanuel Macron, que “entierre definitivamente” el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur, cuyo único propósito es tumbar las barreras arancelarias entre los países de los dos bloques, para así favorecer el comercio internacional, incentivar la creación de nuevas empresas, generar más puestos de trabajo, producir más riquezas, y permitir que los ciudadanos puedan dejar de ser dependientes de los gobiernos de turno al independizarse económicamente.
“Señor Presidente, debe oponerse y garantizar que este acuerdo comercial sea rechazado por los Estados miembros de la UE y definitivamente enterrado”, instaron las ONG en una carta transmitida hoy al mandatario francés.
Las ONG pidieron al mandatario que haga presión para que toda la Unión Europea evite el comercio libre con los países de América del Sur, ¿cuál es su propósito? Alegan que esto generaría “presión sobre los ecosistemas, explosión de prácticas ganaderas e industriales”, lo cual según ellos es un caso de “violación de derechos humanos”. Sí, ellas juegan bastante bien con el lenguaje.
Además de los requerimientos anteriormente mencionados, aprovecharon para pedir que se ejecute una “alternativa plausible” que “refuerce la soberanía alimentaria” junto a “reglas europeas e internacionales exigentes para las multinacionales”, es decir, que solo les faltó cerrar el comunicado escribiendo “¡Muerte al capitalismo, que viva Marx!”.
Entre las ONG firmantes destacan CCFD-Terre Solidaire, Greenpeace, Planète Amazone, Sinapsis, France Amérique Latine, Attac France, Sherpa, ZEA, Confédération Paysane, Fondation Nicolas Hulot, pero también sindicatos y colectivos como la Confederación General de Trabajadores y la Liga de Derechos Humanos.
Todas ellas tienen nombres muy bonitos, que hablan de la “justicia social” y los derechos humanos, y el amor por lo verde, la paz, junto a un montón de palabras buenistas y humanistas, siguiendo muy bien los enunciados culturales del progresismo; sin embargo, detrás de toda esta “acción social”, lo único que persiguen estas ONG es que los países pobres continúen siendo pobres, para que así ellas puedan seguir recibiendo dineros privados y públicos para justificar sus existencias.
Piénsenlo bien, si el día de mañana se abrieran las fronteras comerciales, se instauraran gobiernos liberales en gran parte del globo, con democracias plenas que logren destrozar la pobreza, ¿para qué serviría una ONG y qué harían todas las personas cuyos sueldos son pagados para “actuar” contra la injusticia o la pobreza?
Es realmente aberrante que organizaciones que están siendo financiadas para actuar supuestamente en nombre de los “derechos humanos” de las personas, y cuyo requisito principal es no hacer ningún tipo de activismo político, estén constantemente asumiendo agendas socialistas y tratando de perpetuar la miseria en las naciones para así justificar sus existencias.
Lo que debería ser considerado un verdadero crimen de lesa humanidad, es impedir que los hombres y mujeres del mundo puedan comerciar libremente y ejercer actividades económicas licitas para el sustento de sus familias, ese sí es un verdadero crimen que a diario mata a miles de personas de hambre y que están cometiendo estas “ONG” en nombre de la supuesta “justicia social”, pues evitan que millones de padres de familia en el mundo puedan acceder a un empleo o crear su propio negocio, porque ellas están junto a un montón de activistas de izquierda boicoteando y poniendo trabas al libre comercio, para así perpetuar el hambre y que después ellos puedan salir en un acto público con diez bolsas de comida en un barrio simulando ser los buenos de la película, ¡hipócritas!