Hace tan solo un mes atrás, la figura del presidente Mario Abdo Benítez era, sin lugar a dudas, la más cuestionada de todo Paraguay. Su gestión no era aprobada en absoluto, tuvo muchas equivocaciones a lo largo de su administración que dinamitó rápido la confianza de la gente y la transformó en rechazo. Por si fuera poco, estuvo entre la espada y la pared con el caso Itaipú que casi lo llevó a enfrentar un juicio político.
Pero la pandemia puede ser un punto de inflexión, un antes y un después, o simplemente un giro de 180 grados. A base de medidas contundentes, prácticamente pioneras en el sur de América, Paraguay ha afrontado la batalla contra el COVID – 19 de la forma más seria posible. Consciente de las limitaciones y las carencias del sistema de salud, de la fragilidad de los sectores más vulnerables y de la clase media, y del establishment que rige en el país, las medidas optadas desde el ejecutivo apoyadas en su mayoría en el ministerio de salud son las que había que tomar.
No hay una fórmula que indique cómo se debe hacer frente a una pandemia. Es prueba y error, más allá de las recomendaciones de los especialistas y expertos. Por eso la cautela del confinamiento absoluto, al menos por unas semanas, no debería ser objeto de escándalo. Así lo entendió o así se lo hicieron entender a Mario Abdo, que después de convertir a Paraguay en uno de los pioneros en implementar el confinamiento parcial para después convertirlo en total, recibió un pressing alto desde ministerios y sectores empresariales para flexibilizar el confinamiento. Lo hizo de hecho, por dos días, pero explicó que fue para “no cortar la cadena de pagos del fin de mes”, porque una de las prioridades es defender el empleo al igual que el sector comercio, que es el más perjudicado de esta pandemia.
Después de felicitar a la sociedad civil “Queremos felicitar a la ciudadanía por su gran madurez durante estos dos días, la gente se movilizó, pero cumplieron los protocolos de salud”, el presidente confirmó que el confinamiento total continuará hasta el 12 de abril. También adelantó que una vez se acerque la fecha, evaluará los resultados de esta medida y tomará la decisión de flexibilizar o no el confinamiento en colaboración con el ministro de salud Julio Mazzoleni. Un anuncio sensato, porque si bien se pone a la vida por delante, no hay que olvidarse de la economía que es el sustento de todas esas vidas. Los subsidios pueden maquillar, pero no son suficientes y a larga perjudica al país.
También anunció que queda completamente prohibido viajar desde la capital del país Asunción y el Departamento Central hacia el interior del país, esta medida es para intentar frenar la expansión del virus, por supuesto.
Hay que recordar que estas medidas, a priori radicales, llegan en circunstancias de extrema complejidad en donde hay que sumarle a la Semana Santa. Una fecha aprovechada por muchas personas para viajar. Esto, lógicamente, no será tolerable y el mandatario instó a la ciudadanía a seguir cumpliendo los protocolos de salud y a continuar esforzándose para hacerle frente a la pandemia.
Ley de Emergencia Nacional, implicaciones
“Queremos anunciar que hemos reglamentado la ley de emergencia. Esto le otorga al ejecutivo recursos destinados para fortalecer nuestro sistema de salud a través de un crédito puente, que nos ha permitido a esta legislación y al ministerio de salud la disponibilidad de USD 100 millones para poder enfrentar los retos de mejorar nuestro sistema de salud”, dijo el presidente Abdo que también acotó que la ley estipula que, dependiendo de la ejecución y la necesidad de utilización de estos recursos, el ministerio de salud puede contar con hasta USD 514 millones. Todo para poder fortalecer el sistema de salud e intentar enfrentar de la mejor manera posible a la amenaza que representa el COVID – 19.
EL presidente Mario Abdo aclaró dudas sobre el proyecto de ley de emergencia: consiste en una línea de crédito que se traduce en USD 1 600 millones y ya están garantizados la totalidad de estos recursos. Agradeció a los organismos multilaterales, donde destacó la ayuda del Banco Mundial. Sentenció que esa línea de crédito será estrictamente utilizada para las necesidades, que la idea es no gastar todo pero que de ser necesario lo utilizarán. Hay que recordar que uno de los problemas que Paraguay afronta es el crecimiento de su deuda externa. Que crecerá al 25 % del Producto Interno Bruto.
Por ello la idea de tomar créditos y endeudarse no era la más recomendada por economistas como Víctor Pavón, que desde hace meses denuncia el camino oscuro que representa el endeudamiento y que una de las necesidades que atraviesa el país es la reestructuración del Estado, el cese de los subsidios y beneficios, la reducción del mal gasto público y la renovación de ideas que acerquen al Paraguay a las ideas de la libertad. Salvo el endeudamiento, cabe destacar que hay indicios de esfuerzos por intentar lograr el resto. Pero aún hay dudas sobre si esto en verdad quiere plasmarse en la realidad.
El mandatario también se dirigió a los formadores de opinión para aclarar la duda de cómo se iba a monitorear el manejo de este crédito y de los recursos: “He dado indicaciones especificas al Ministerio de Hacienda para construir una plataforma de rendición de cuentas permanentes. Esto está en construcción y lo pondremos al alcance de la ciudadanía lo antes posible”.
Reestructuración estatal
Abdo Benítez se refirió a la coyuntura que está viviendo el país y señaló que “ha generado un debate muy enriquecedor sobre la necesidad de la reforma estructural del Estado”. Agradeció a todas las iniciativas, desde líderes de bancada y partidos, hasta parlamentarios que están presentando planes para la elaboración de esta reestructuración. Instó a que este debe ser un plan serio y que el paraguayo necesita de la unión de los diferentes sectores políticos a pesar de las diferencias.
Búsqueda de nuevas ideas
Si bien se enaltece la virtud de llamar a la unión para el progreso del Paraguay, es necesario acotar que los políticos que están generando un plan de reestructuración, han sido los principales en oponerse al mismo por diferentes circunstancias. Así que el escepticismo sobre la viabilidad de un plan serio está más latente que nunca.
Ir en contra de esto, por supuesto, es un suicidio político en cualquier parte del mundo, pero nadie dijo que sería sencillo; por eso hay una imperiosa necesidad de buscar y encontrar las alianzas correctas. Personas con ideas nuevas que serán fundamentales para poder lograr una hazaña en el país. Si hay un momento para lograrlo, es ahora. La historia está del lado de los valientes y los hombres fuertes, además, la historia se ha encargado de forjar a los hombres que trascienden en los tiempos difíciles.
Acciones históricas
Abdo destacó, además, la competencia de la ley 5524 – elaborada ayer – que le permite el redireccionamiento de los recursos que tenga a disposición según la nueva reglamentación, incluyendo los salarios públicos.
El presidente Mario Abdo, en sus competencias para manejar la situación de la pandemia, dispuso de una medida histórica para el Paraguay: la reducción del mal gasto público representado en los grandiosos sueldos que percibían (y perciben en realidad) los funcionarios de la función pública. El ejecutivo decidió reducir los salarios en un 20 % de aquellos funcionarios que ganaban diez veces más que el salario mínimo, 10 % los que ganaban cinco veces más, y dispuso a que, aquellos funcionarios de las entidades binacionales que ganaran más que el presidente (37 millones de guaraníes es el salario de Mario Abdo) tenían que bajarse sus salarios a la par del mandatario. El Diario ABC Color, hizo el resumen completo y concluyó que el estado paraguayo se ahorrará USD 52 millones en estos tres meses de reducción salarial.
Otras medidas que deben celebrarse es la suspensión de los subsidios a los partidos políticos – decisión que no debe ser temporal sino permanente – y la evaluación de la cantidad de los funcionarios públicos en relación a la necesidad.
Polémica en la reducción de salarios de la entidad binacional Itaipú
La realidad es que, lejos de que esto sea una medida desleal como algunos quisieron plantear, fue quizás el mayor ejercicio de meritocracia que el Paraguay pudo presenciar en la etapa política reciente. Se habla de sueldos gigantes que son pagados por los contribuyentes, que son, al final, los que mantienen al Estado.
Esta medida si bien es temporal, no debe cerrarse a evaluación y lo más justo sería hacerla permanente igual que el cese de los subsidios a partidos políticos. La mayoría de los trabajadores no solo estuvieron de acuerdo en acatar la medida por estos tres meses – la presión ciudadana en redes fue contundente cómo nunca antes –, sino en apoyarla y respaldar al ejecutivo. Algo que destacó el propio presidente.
“El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará y no será oído. Este es el momento de no cerrar nuestros oídos al clamor de nuestra gente más necesitada”. Mario Abdo Benítez, presidente Paraguay.
Pero hubo un sindicato de trabajadores de la entidad binacional Itaipú, que presentó un comunicado anunciando medidas legales contra la disposición del presidente de la República ante la disminución de salarios que consideran ilegal. Indicaron que, inclusive, podrían paralizar las actividades en la hidroeléctrica de ser necesario.
AHORA. Sindicatos de Itaipú Binacional anuncian medidas legales contra la disposición del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, de la disminución de salarios.
Indican que podrían paralizar las actividades en la hidroeléctrica, de ser necesario.Vía @SusanParadeda. pic.twitter.com/Nu2MzHXS6v
— Diario La Nación (@LaNacionPy) March 31, 2020
Sobre esta situación, Mario Abdo Benítez dejó una reflexión que, probablemente, pasará a la historia: “Yo sé que todos tenemos nuestros presupuestos personales en base a los ingresos que normalmente percibimos. Yo sé que esto cuesta mucho. Le venimos pidiendo un gran sacrificio a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, al cuentapropista, a la gente que vive por los ingresos de su trabajo diario y que no tienen ningún tipo de capacidad de ahorro, le pedimos a los que venden remedios refrescantes o yuyos en las calles, le pedimos a los comerciantes, a la gente que vive del turismo de compra en la frontera; que se queden en sus casas y que no tengan ingresos, esto requiere un gran sacrificio de los sectores vulnerables de nuestra sociedad. Y yo creo que este es el momento de la solidaridad entre los paraguayos”.
“tengo que dejar bien en claro mi profunda decepción para aquellos que han manifestado su objeción y falta de solidaridad. Mi directriz es clara, es firme e iremos a recurrir donde tengamos que recurrir para que se cumplan las directrices del presidente de la República. Reitero mi profunda decepción con aquellos que, incluso, amenazaron al pueblo paraguayo en este momento que ya están sufriendo, y sepan, le van a tener como adversario al presidente de la República”.
Un camino de díficil transición, pero de imperiosa necesidad. Sentido de trascendencia
Es quizás, la primera vez en la historia de la era de la democracia en Paraguay, que un presidente decide hacerle frente directamente a uno de los mayores males del país: la “desmeritocracia” que se perpetua en la función pública. En el país, el gasto público es tan elevado como innecesario. Esto claramente aleja el dinero de los contribuyentes de las necesidades del país hacia los beneficios políticos. Olvidando por completo el principio de contraprestación. Algo que, en tiempos de crisis – y en cualquier tiempo, vaya – no solo es inmoral, sino una traición en cualquier nación del mundo.
El presidente Mario Abdo Benítez parece que quiere aprovechar una oportunidad de redención y pasar a la historia. Para esto no es necesario a veces ser un gran orador o un líder innato, como tantos otros a lo largo del tiempo, sino tener sentido de trascendencia. Quizás sea imposible cambiar todas las reglas del juego, pero es factible sentar cimientos que puedan, en verdad, servir de base para el desarrollo y el progreso del Paraguay.