El pasado miércoles más de un amante del fútbol se emocionó tras confirmarse que la Bundesliga (liga alemana de fútbol) iba a volver al ruedo. Hoy ya se confirmó que la reapertura del fútbol alemán lo firmarán, en una nueva edición del Revierderby, Borussia Dortmund y el Schalke 04 el próximo sábado 16 de mayo. Primer indicio de que el desconfinamiento es un hecho.
La liga alemana se convertirá así en la primera de las cinco grandes ligas europeas en volver al fútbol. Todo a la espera de ver qué pasa con Italia, España e Inglaterra. Cabe destacar que la Ligue 1 (liga francesa), dio por culminado el torneo doméstico dejando las posiciones tal y como quedaron previo a la pandemia.
No es casualidad que Alemania sea el primer país de Europa occidental en tomar la iniciativa de volver al fútbol, siendo uno de los países que mejor se ha enfrentado a la pandemia teniendo una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo, en relación al número de infectados. Así mismo en España, los equipos de fútbol empiezan a volver a los entrenamientos bajo el cumplimiento de medidas sanitarias.
Alemania es también uno de los países de Europa occidental que menos restricciones puso en su cuarentena y que, además, está reactivando más rápido los motores de la sociedad. Además del fútbol, comercios y escuelas también empiezan a volver.
El país alemán prevé levantar la totalidad de las restricciones impuestas en marzo para frenar el contagio de COVID-19, con la excepción del cierre de las fronteras y la prohibición de las grandes manifestaciones deportivas o culturales con público. De igual forma, se debe destacar que los estados federados alemanes corren con una responsabilidad gigante en este proceso de desconfinamiento, puesto que, si los contagios llegan a aumentar a 50 por cada 100 000 habitantes el gobierno podría actuar con un “freno de emergencia” para evitar la proliferación del virus.
Italia, Francia, España y Reino Unido; países más afectados por la pandemia, les ha tocado manejar la pandemia un poco diferente a Alemania.
En Italia, por ejemplo, la famosa fase 2 de la flexibilización inició el 4 mayo (la gente pudo empezar a hacer cosas además de las primeras necesidades); esto después que los italianos pasaran más de 70 días bajo un estricto régimen de confinamiento. En este contexto, es celebrado por el mundo que los italianos pudieron, por fin, disfrutar de un café de verdad después de tantos meses confinados. Al final, la libertad es algo insustituible.
En Francia le déconfinement, empezará a llegar el 11 de mayo, donde los franceses podrán volver a las calles respetando las medidas de seguridad y sanitarias lógicamente. Mientras que, en España, la fase 0 inició desde el 4 de mayo en casi todo el país. Solamente las islas de Formentera, en Baleares, y La Gomera, El Hierro y La Graciosa, en Canarias, entraron directamente en la fase 1.
El contexto político español resulta complejo, ahora mismo, el foco de atención no está en el desconfinamiento ya implementado en Europa occidental; sino en la polémica prolongación del estado de alarma.
En Reino Unido la situación no es nada sencilla, Boris Johnson planteará este lunes un plan de desconfinamiento progresivo, todo esto mientras es seriamente criticado desde sectores opositores por su reacción “tardía” ante la pandemia y los sectores económicos que piden por una desescalada de la cuarentena restrictiva.
Johnson se escuda con los argumentos de “No creo que las comparaciones internacionales y los datos disponibles ahora nos permitan sacar conclusiones”, con la oposición, y “Sería un desastre económico para este país si buscáramos una flexibilización de estas medidas ahora de tal forma que se desencadenara un segundo pico de coronavirus”, para aquellos que presionan por un desconfinamiento mucho más flexible y no tan prolongado. Situación nada sencilla de manejar.
En los países nórdicos, por ejemplo, Suecia implementó un confinamiento bastante flexible, un modelo similar al aplicado en varios países asiáticos y en Uruguay, por poner un ejemplo regional. Mientras que, el resto de los países escandinavos, optaron por modelos estrictos de cuarentena que de a poco irán flexibilizando. Noruega y Dinamarca, por ejemplo, ya empezaron a reabrir guarderías y escuelas. El desconfinamiento es inevitable.
Suiza, es otro de los países europeos que reabrirá sus comercios bajo medidas sanitarias. Se destacan restaurantes, gimnasios, tiendas y hasta museos. Bélgica también optará por medidas similares a partir del 11 de mayo.
Estados Unidos y la presión por el desconfinamiento
Estados Unidos es el país más afectado en casos y muertes totales por coronavirus, no obstante, el modelo de cuarentena implementado va variando según el estado estadounidense. En varias zonas de EE.UU. se puede apreciar a gente caminando de paseo, disfrutando de un buen café o incluso almorzando. Mientras que, por otro lado, hay lugares con modelos de confinamiento bastante estrictos. De hecho, la semana pasada, más de 35 de los 50 estados comenzaron o estaban a punto de levantar las medidas de confinamiento. La tan ansiada reactivación económica se hizo sentir en la sociedad estadounidense.
El presidente Donald Trump ha hecho hincapié en la necesidad de la reactivación económica. La postura de Trump es criticada por muchos, en especial por la polémica de “desmantelar el equipo de crisis por el COVID-19”, que ya el propio presidente dio marcha atrás y aseguró que no sabía “lo popular” que es este equipo. Pero el mandatario reconoció que los esfuerzos ahora irán hacia una reapertura segura de la economía.
El desconfinamiento puede significar un aumento significativo de los casos positivos por COVID-19, pero no hay que olvidar que la cuarentena absoluta y restrictiva afecta a cientos de miles de personas en situación de vulnerabilidad en todo el mundo, incluso en Estados Unidos, una de las economías más fuertes del planeta. De hecho, más de 33 millones han pedido ayudas al Estado por desempleo.
El crecimiento exponencial del desempleo, las solicitudes de ayudas sociales, las empresas que se están viendo perjudicadas y la gran cantidad de personas que necesita volver al trabajo también se le debe otorgar su merecida y justa importancia. El mes pasado, el director general de Programa Mundial de Alimentos de la ONU, David Beasley, avisó que en un periodo de tres meses morirían un aproximado de dos millones de personas por semana. Cifra que hay que tomar como dimensión de todos los estragos que puede causar una crisis económica sin precedentes.
América latina, de las medidas discrepantes a la flexibilización simultánea
Cómo suele ser común, en la región se vieron diferentes formas de encarar la pandemia, mucha diferencia entre los modelos de cuarentena o, directamente, en los sistemas de “no confinamiento” – Brasil – o aquellos que aprovecharon el virus para promover opresión y restricción de libertades (casos de las tiranías venezolana, cubana y nicaragüense).
Chile y Uruguay fueron los países que no implementaron un modelo de cuarentena restrictivo, en contraparte, Argentina impuso un sistema más interventor pero que tuvo falencias notorias. Mientras tanto, Colombia y Paraguay mostraron confinamientos estrictos, pero con ciertas variables que en cierta forma fueron exitosas para tener cierto equilibrio entre la restricción y el mínimo de libertad que la sociedad debe tener. El mejor ejemplo es el de los bancos, que fueron cerrados en Argentina y cuando decidieron reabrirlos la aglomeración fue gigante. Eso no pasó en Paraguay, por ejemplo.
Lo cierto es que varios países, al mismo tiempo casi, empezarán a flexibilizar sus cuarentenas para empezar la tan ansiada reactivación económica. Paraguay inició cinco días atrás con su cuarentena inteligente, Argentina y Bolivia están en vísperas de iniciar las suyas, Colombia va por ese camino, extendió su cuarentena hasta el 25 de mayo, pero con flexibilizaciones. Yendo más a Centroamérica, Panamá comenzó a flexibilizar las medidas de confinamiento restrictivo.
Llegó la necesitada flexibilización, ¿se quedará?
Los países van autorizando el desconfinamiento, la necesidad de reapertura económica crece y asfixia a las naciones más pobres y con menos espalda financiera para aguantar la crisis provocada por la pandemia.
A estas alturas, volver a modelos de cuarentenas inflexibles es aumentar proporcionalmente el número de empresas en quiebra y de desempleo, el crecimiento de la pobreza extrema será exponencial y el número de victimas a causa del hambre será estremecedor tal y como los estudios indican. Por eso, el desconfinamiento ha llegado, el éxito del mismo será el éxito de todo el planeta. Más que nunca, la responsabilidad va de la mano con la libertad.