Hace semanas vengo trabajando muy de cerca con el caso de Nicaragua, conversando con expresos políticos, exiliados, periodistas, activistas y figuras políticas; eso me llevó a sacar un ensayo que titulé ‘La complaciente y colaboradora oposición nicaragüense con la que Ortega se regocija’, también logré entrevistar a figuras como Kitty Monterrey y Medardo Mairena. Yendo por esa senda, ayer 12 de agosto, una colega nicaragüense me pasó la noticia de que la Unidad Azul y Blanco de Masaya decidió retirarse de la Unidad Nacional de Azul y Blanco (UNAB), una de las caras más visibles de la “oposición” al régimen de Ortega. En esta historia hay un nombre clave y fundamental, el de Cristhian Fajardo, expreso político actualmente exiliado en EE. UU, quien fue parte importante de la rebelión del 2018; un hombre de mucha trayectoria que ha estado en las calles arriesgando su vida —como miles de nicaragüenses— y que promueve la idea de lograr un “gobierno de transición en el exilio”.
El PanAm Post se dio a la misión de contactarlo para charlar sobre la salida de la Unidad Azul y Blanco de Masaya de la UNAB, la aceptación de la entrevista fue inmediata.
Posteriormente, se acudió a conversar con fuentes de activismo social y político —además de figuras de la esfera política— para obtener referencias sobre Fajardo. Unas mencionaron —con tono preocupante— que Fajardo ha tenido ciertas cercanías con sandinistas de origen, otras fuentes destacaron su labor en los tranques, comentando que “su lucha es real y Cristhian Fajardo no es sandinista, y si lo fue, es que era muy joven. Más allá de que podamos discrepar en el tema del gobierno de transición en el exilio, por temas legales, mis mejores referencias”. Esta última cita pertenece a alguien que es muy crítica al sandinismo y a la falsa oposición.
Para el público ajeno al caso de Nicaragua resulta vital leer tanto el ensayo como las dos entrevistas publicadas en este medio anteriormente, solo así se puede dimensionar la importancia de que la Unidad Azul y Blanco de Masaya haya sacado un comunicado durísimo alegando I. Centralismo en las decisiones. II. Burocratización. III. Decisiones políticas erradas. IV. Desplazamiento de liderazgos emergente. V. Persistencia en la salida política; para explicar su salida de la UNAB.
Para los venezolanos, me gustaría hacer un simple símil para que entiendan de qué se está hablando: la UNAB sería lo que para nosotros es la MUD. Su estructura no es tan similar, eso es cierto, porque los intereses, mayoritariamente, giran en torno a organizaciones civiles hoy dominadas por la izquierda y también por el “sandinismo disidente” —lo mismo que el chavismo disidente, para que se entienda—, y el descontento contra este grupo político es bastante grande.
En ese sentido, que la Unidad Azul y Blando de Masaya se haya retirado en los términos que espetó, es una noticia de gran trascendencia en Nicaragua. Y no es algo sorpresivo, porque el descontento no solo se puede apreciar en la ciudadanía, sino también en lo interno; tal y como explicó Fajardo, que no se guardó nada en esta entrevista exclusiva al PanAm Post.
Me sorprendió mucho el comunicado, no me esperaba que alguien de la UNAB deje la estructura —sobre todo en los términos que lo hicieron— así que me parece necesario preguntarte: ¿cuáles casos puntuales los llevaron a tomar esta decisión más allá del comunicado oficial?
Te comento que la Unidad Azul y Blanco Masaya está conformada de organizaciones, y había varias organizaciones que estaban considerando salirse de la UNAB, y por ende se iban a retirar de la Unidad Azul y Blanco Masaya porque éramos parte de la UNAB. Estuvimos evaluando y acordamos que la decisión tenía que esperar, pero esta discusión ya tiene meses, no es que hubo una última gotita que derramó el vaso, no es tan así, el vaso ya estaba lleno desde hace mucho tiempo y se rebasó. Tratamos de incidir para cambiar la estrategia que tienen ellos para salir de Ortega, su única vía es la electoral, a pesar de que no hay condiciones, y nosotros siempre hemos denunciado eso, no podemos ir a elecciones con Ortega y no puedes organizarlas con presos políticos ni con persecución ni con secuestros. Ha sido una lucha titánica de muchas organizaciones; somos más de veinte organizaciones que hemos tratado de cambiar esa estrategia y no se pudo.
¿Quiénes son, con nombres propios, los que impiden que se cambie la ruta electoral por una más aguerrida y menos complaciente con el régimen?
Yo no te voy a dar nombres específicos, te voy a mencionar al consejo político en general, ellos no han querido escuchar al pueblo de Nicaragua, no solo de Masaya. Hablan de encuestas y que la gente quiere elecciones, es cierto, la gente quiere un proceso electoral, pero sin Ortega. Hablan de reforma electoral, y sí, la gente quiere esas reformas, pero no negociándolas con Ortega. Entonces, ellos manipulan y son habilidosos para tergiversar información y nos hartamos. Te digo, van a haber varias organizaciones en el futuro que van a tomar la misma decisión. De hecho, existen organizaciones que salieron sin hacer mucho ruido, por ejemplo la UPPN, de los presos políticos de la cual yo formo parte, aunque no muy activo. Ellos se salieron de la UNAB hace dos o tres meses.
¿Esta decisión tomada tiene que ver con la posición ideológica que tiene la UNAB, además de su vía electoral?
Mira, la gente ve que la UNAB es de izquierda, y, por ejemplo, yo estaba en la UNAB, pero no me siento de izquierda; tampoco de derecha, yo me siento de centro. Así como yo, hay muchas personas que conozco de le organización Masaya que somos de centro o de derecha. ¿Se puede tildar a la UNAB de izquierda? Sí, se ve que predominan algunos actores que son claramente de izquierda, pero yo no diría que nos salimos de la UNAB porque son de izquierda, pesan más otros factores.
Ok, pero entiendo que sí llegó a existir algún intento de silencio o quisieron ignorarlos y que esto fue importante para tomar la decisión de salir.
Sí, prácticamente nos han cerrado espacios, Masaya ha sido siempre combativa, incluso desde los setenta, en el 2018 fue casi que la primera ciudad que se levantó y prácticamente la última que mantuvo sus barricadas hasta que las sacaron con fuego. Nosotros seguimos siendo así, en Masaya se lucha por la justicia y por la libertad, y si nosotros consideramos que las cosas no se están haciendo bien, presionamos y denunciamos para que las cosas se hagan bien. Entonces, nos cerraron espacios varias veces y a distintos miembros.
Ahora, en las redes sociales y algunos medios de comunicación, asocian que la Unidad Azul y Blanco Masaya es de mi propiedad, porque hasta mencionaron “la organización de Cristhian” y no es así, yo simplemente soy un miembro del movimiento 19 de abril de Masaya, el cual pertenece a la Unidad Azul y Blanco Masaya, soy parte de los representantes del movimiento del 19 de abril porque somos fundadores de la Unidad Masaya, y algo importante, la Unidad Azul y Blanco Masaya tenía ese nombre antes que existiera la UNAB. No es que después que salió la UNAB nosotros somos un apéndice de ellos, no. Hay gente que se confunde que el movimiento es mío por lo mediático y no, esto es mucho más grande.
Además del tema electoral, ¿qué otro punto clave o error estratégico se está teniendo en al UNAB?
Vos me reenviaste la carta que se hizo, ahí está todo. Lo que pasa es que yo me refiero al tema electoral porque es lo que más me molesta a mí, por eso lo refiero en mi tuit.
En la Unidad Azul y Blanco Masaya no tenemos agenda electorera con Ortega organizándolas. Por eso y otras cosas tomamos la decisión de retirarnos de la UNAB. @VioletaG @maradiaga @TamaraDvila3 pic.twitter.com/Hl58gMAXib
— Cristhian Fajardo (@cristhianfaja) August 12, 2020
Pero hay muchas cosas, como por ejemplo el desplazamiento de líderes emergentes, cuando se hicieron las elecciones del consejo político de la UNAB a mi me robaron las elecciones, en ese momento la Unidad Azul y Blanco Masaya consideró salirse, hubo una votación de la cual yo me abstuve porque dije que respetaría la elección de la mayoría. Más allá de que el nombre de la polémica era el mío, la realidad es que ese puesto que robaron no iba ser mío, sino de Masaya. Al robarnos esa elección toda la organización se enojó, pero, al final, por mayoría se decidió permanecer allí.
Nosotros hicimos una carta inclusive, porque nos querían ofrecer un treceavo lugar en el consejo político, quisieron abrir un lugar extra para que yo estuviera allí y quedarnos tranquilos. No señor. Si es por dignidad que no vamos a aceptar un fraude, al menos yo nunca lo he hecho.
¿Eso cuándo fue?
En enero.
Es una situación grave, porque si la UNAB es una de las caras visibles de “la oposición” y tiene estos manejos, deja mucho que desear y es revelador.
Es así, además, hay gente que quiere manejar esto tipo que la Unidad de Azul y Blanco de Masaya se marcha por Cristian, que se pone bravo porque le robaron las elecciones, y no es así. Esto tiene muchos factores. Las decisiones políticas erradas, por ejemplo, imagínate que se están llevando a cabo conversaciones y negociaciones con el PLC de Arnoldo Alemán, siempre lo critiqué y lo hemos criticado, eso fue un error garrafal con el que Masaya siempre estuvo en desacuerdo. Ahora, la carta también señala lo de la burocracia, la UNAB dejó de ser lo que era cuando nació para convertirse en una ONG más, sus manejos son por dinero, la mística se ha perdido. Ahora todo el mundo está pensando como partido político para posicionarse y sacar manteca y codearse para agarrar un puesto, ¿cómo están pensando en comerse el pastel si ni siquiera lo han hecho?
¿Tú dices que pueden seguir llegando más deserciones de la UNAB como ya se han ido yendo?
Sí, esto es un efecto dominó. De estas veinte organizaciones en Nicaragua que estamos descontentas con esta oposición, o supuesta oposición que yo le llamo “oposición funcional”, aproximadamente 14 eran de la UNAB, ahí se encuentra Masaya, de esas 13 se sobrantes vas a ver que varias se van a salir.
Mira, hemos hecho un gran esfuerzo, queríamos hacer la lucha desde adentro, cuando yo acepté ser candidato para ser parte del consejo político de la UNAB, fue para intentar incidir desde dentro, tanto así que hasta con mi esposa tuve una pequeña discusión porque ella no quería que yo formara parte de eso; porque ya se vislumbraba por dónde iban las verdaderas intenciones de la UNAB, pero yo siempre creí que la lucha había que hacerla desde el interior, pero no se pudo porque nos robaron y ya entendimos que no se puede hacer la lucha internamente.
Hay algo claro aquí, y es que la UNAB, como oposición, ha fracasado y se han ganado a pulso que los llamen colaboracionistas; moléstese quién se moleste. Ahora, yo creo que los opositores, no sé si llamarlos radicales, pero sí fervientes contra el régimen, deben unirse.
Radicales, radicales me parece el término correcto. Han satanizado esa palabra, pero no hay que satanizarla, es una realidad, hay que ser radicales en ese aspecto, no podemos ir a elecciones con Ortega participando y mucho menos organizándolas. Aunque no creo que participe él, va a poner algún monigote, pero las está organizando él controlando al Consejo Supremo Electoral, la Corte Suprema de Justicia y todos los poderes del Estado. Hay que ser radicales, primero debemos sacar a Ortega y luego organizar las elecciones. No antes.