En Colombia el tamaño de la economía subterránea o mercado negro sigue en crecimiento a pesar de los controles por parte de las autoridades.
El tamaño de este tipo de economía incluyen factores como la ilegalidad e informalidad que equivalen a USD $104 mil millones (304 billones de pesos) anuales, es decir, el 35 % de toda la producción del país en 2017.
- Lea más: Colombia: Pese a aumento de impuestos, gobierno Santos no reducirá el gasto público
- Lea más: Senador Marco Rubio rechaza que impuestos de estadounidenses beneficien a las FARC en Colombia
Según la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), en el año 2007 el tamaño de la economía subterránea representaba el 40 % del PIB, el promedio de los últimos 20 años no ha sido favorable para el país.
El fenómeno de la informalidad, presente en este tipo de economía permea la mayoría de la actividad económica subterránea, reflejándose en un 33,5 % del PIB. En dinero serían unos USD $98,644,325.55
(288 billones de pesos), superando así el actual presupuesto general de la Nación de 2017.
Uno de los factores que se escapan de la lista de ser gravables es la evasión de impuestos, empresas o negocios que no hacen aportes a seguridad social y ni siquiera están registradas dentro del registro gravable.
“Entre las tres causas principales de la economía subterránea en Colombia, la informalidad laboral llega a niveles del 64 % de la población económicamente activa y el de la empresarial, que alcanza valores del 54 % del total de empresas”, apunta el estudio.
El comercio callejero es una de las caras de la informalidad, algunos expertos estiman que, en la ciudad de Bogotá, simples negocios de ventas ambulantes generan un monto diario de USD $ 650,000
(1.900 millones de pesos).
Según el Informe de Monitoreo de Territorios Afectados por Cultivos Ilícitos 2015, de Naciones Unidas, en el país la producción de coca se expandió de 442 toneladas a 646 toneladas durante los años 2014-2015”, indica la investigación.
“La evasión y elusión tributarias tienen tasas cercanas al 25 %, al igual que la ilegalidad, particularmente referida al narcotráfico, aunque esta presentó una reducción entre el 2000 y el 2014.”
En total, los cultivos ilícitos pasaron de ser del 1,7 % del PIB en el 2000 a un 0,3 % del PIB en 2014.
Señala el estudio que estas acciones le son invisibles al Estado por medio del dinero en efectivo o fiat. Este recurso pretende evitar la fuerte fiscalización en la que se encuentra Colombia. Es así como uno de los ejemplos paradigmáticos es el caso del 4×1000, que entró al marco tributario como temporal y se planeaba un desmonte gradual fue inmortalizado por la última reforma tributaria en el año 2016.
“En Colombia, las cifras disponibles indican que cerca del 90 % de las transacciones se hacen en efectivo, principalmente, para no pagar el gravamen a los movimientos financieros. También el 63 % del ahorro de las personas se está haciendo en efectivo”, relata la investigación.
El gremio de la Anif es uno que no duda en censurar el cuatro por mil, dice que tiene efectos nefastos en la economía, insisten en su desmonte, no solo por su ineficacia tributaria, sino también porque este permea todo el marco económico del país.
Si se compara a Colombia en relación con los países de la Alianza del Pacífico se tiene el siguiente panorama. El estudio de Anif retoma las cifras de hace una década (2007), debido a la poca disponibilidad de datos. Para ese año “la economía subterránea en Colombia ascendía a valores del 39,8% del PIB (33,5 % informal más un 6,3 % ilegal)”.
Esto significa que Colombia es similar a México, con un tamaño de la economía subterránea del 39,7 % del PIB, aunque con menos informalidad que ilegalidad (28,8 % informal más 10,9 % ilegal). Destaca la investigación que Perú alcanzó el mayor registro, cuenta con una economía subterránea que representaba el 59,6 % del PIB. En este país, la informalidad supera la de Colombia como porcentaje del PIB (53,7 %), mientras que la ilegalidad es menor (5,9 %).
No obstante, el país que se destaca en la región es Chile, la economía subterránea en ese país es de 18,7 % del PIB, impulsada en su mayoría por la informalidad (18,5 % del PIB) y solo 0,2 % ligado a ilegalidad.
Fuente: El Tiempo