Colombia cayó 5 puestos en Índice de Competitividad Global en el reciente estudio presentado por el Foro Económico Mundial.
Tras caer 5 puestos en el ranking, Colombia ocupa el puesto 66 de los 137 países de la medición. El país venía ocupando entre 2015 y 2016 el puesto 61. Sin embargo, como apunta el medio económico Portafolio, la última calificación obtenida fue de 4,3, lo que se equipara a la misma cifra que se obtuvo en los dos últimos años.
Dentro de las posiciones que ocupan los países de Latinoamérica en el ranking, se destaca la presencia de Chile como líder en el puesto 33; seguido de Costa Rica puesto 47; Panamá puesto 50; México 51; Perú 72; Uruguay 73; Brasil puesto 80 y Venezuela ocupando los últimos puestos en el número 130.
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Temas como la corrupción, la alta carga de impuestos, la ineficiencia y burocracia son impedimentos para llevar a cabo contratos y negocios en el país, razón por la cual cayó 5 puestos en la medición.
Además de la inestabilidad política, inestabilidad de infraestructura, alta tasa de criminalidad, restricciones regulativas en el mercado laboral, son otros factores que afectan a Colombia en su competitividad.
Otros servicios que se vieron afectados sin lograr un buen resultado fueron los de la eficiencia en el mercado de bienes, salud, educación primaria y mercado laboral. Sumado al de las instituciones en el país, viéndose afectada por el crimen organizado, desviación de fondos públicos o ineficiencia en el gasto público, ubicándose en el puesto 117 del mundo.
No obstante, todo no es malo, ya que al mercado financiero del país le fue bien. Básicamente por el entramado de derechos legales que respaldan la actividad en el mercado, razón por la cual se ubica a Colombia en la primera posición a nivel internacional.
“No sorprende que el sistema financiero sea el componente de mayor competitividad. El nuestro es el país de la región que mejor combina tres dimensiones que en otras latitudes son excluyentes: la fortaleza financiera de las entidades bancarias, la obsesión con la inclusión financiera y la feroz competencia por clientes”, agregó Jonathan Malagón, vicepresidente de Asobancaria.
Fuente: Portafolio, WEF.