Una exclusiva discoteca que lleva por nombre “Medellín” en el corazón de París ha causado la indignación de colombianos por emular la vida del capo del narcotráfico Pablo Escobar.
Meseras con chalecos antibalas, el rostro de Escobar en murales y de fondo la banda sonora de la serie de netflix ‘Narcos’ hizo que la mayoría de visitantes colombianos se sintieran indignados y estigmatizados una vez más por recordar el episodio beligerante del capo paisa.
Con el lema “Aquí se bebe, se come, se baila y se mata” se invitaba a la fiesta de inauguración del polémico club nocturno que abrió sus puertas el pasado mes de noviembre y que se ha convertido en uno de los lugares favoritos de los jóvenes habitantes de París para disfrutar de música latina y bebidas.
Siguiendo la tradición de lo clandestino, el Medellín se escabulle detrás de una taquería llamada “Chez Pablo”, en la que se puede comprar un Pacho Herrera, -taco vegetariano que lleva por nombre al tercer cabecilla al mando del Cartel de Cali*, o también un “Hijo de puto”, taco de caviar por USD $150.
Una semana después de su apertura, colombianos residentes en París convocaron un plantón en rechazo al mensaje de la narcocultura de la discoteca “Medellín”.
“Para nosotros como colombianos es totalmente chocante que en un sitio público se pueda hacer eso. Esa glorificación al asesino más sanguinario de la historia de todos los tiempos y sobretodo en la historia de Colombia”, dijo Juan David Castillo organizador de la manifestación a la agencia AFP.
Por su parte, Audren Dimitris, dueño de la discoteca niega cualquier vinculo o enaltecimiento al capo colombiano. “Quieras o no cuando piensas en Medellín piensas en Pablo, pero no es el tema principal, es solo un guiño”, dijo.
Sin embargo, se realizaron algunas modificaciones al interior de la discoteca con el fin de no mancillar la historia de los colombianos y asociar la ciudad de Medellín al terrible episodio protagonizado por Escobar y su cartel.
“Hicimos algunas modificaciones porque nos dimos cuenta que algunas cosas podían lastimar a los colombianos y no es nuestro objetivo”, dijo Dimitris.
Fue retirado el nombre de Escobar y las fechas de su nacimiento (1949) y muerte (1993), de una tumba falsa frente a la cual los clientes podían prender una vela.
Luego de su muerte el 1 de diciembre de 1993, el narcotráfico en Colombia se reestructuró con una nueva distribución del poder del negocio ilícito. A partir de su muerte y la posterior continuación de la guerra contra las drogas ha creado toda una narrativa en torno a la narcocultura.
Este tipo de prácticas es terreno fértil para la “glorificación” de carteles de la mafia tanto en televisión como en cine que terminan por ser normales o cotidianos en el exterior.
El colectivo sudamericano lanzó una petición en línea en la que pide que se borre toda alusión a Escobar y que no se asocie el nombre de Medellín a su figura. Hasta ahora, la petición ha sido firmada por más de 5.000 personas.