De acuerdo con un informe entregado por la Fiscalía General de Colombia a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sobre las finanzas de la exguerrilla de las FARC entre 1999 y 2012, en 13 años este grupo recaudó más de $3,6 billones COP (USD $960 millones) en secuestros.
En el transcurso de más de una década, la antigua guerrilla habría recaudado esta suma de dinero a partir de la práctica de secuestros extorsivos en diferentes partes del territorio nacional.
“Este informe describe que dentro del conjunto de reglas y procedimientos que promulgó las FARC dentro de su estructura jerárquica, aquellas que tuvieron como objetivo la regulación de sus finanzas ocuparon un lugar destacado”, se lee en el comunicado.
Para estimar la cifra, las autoridades tuvieron que analizar millones de pequeñas, medianas y grandes transacciones que hacen difícil obtener el valor real de los ingresos de la exguerrilla por concepto de secuestros y extorsiones.
De igual modo, sucede con los recursos provenientes de rentas ilícitas como el narcotráfico. Según los datos de la Fiscalía, entre 1999 y 2016 las FARC obtuvo más de USD 2.214 millones (7 billones COP). Además, de 1.670 bienes que suman más de USD $632 millones.
“Desde su creación hasta desmovilización, Farc diversificaron fuentes de financiación. Habrían pasado de los aportes de simpatizantes, secuestros esporádicos y minería artesanal, al narcotráfico, secuestro y extorsión a gran escala e inversiones en minería, tierras y ganado”.
A esta hora #Fiscal y #Vicefiscal presentan dos nuevos informes a la @JEP_Colombia. El primero, sobre las rentas criminales de las desmovilizadas Farc; y el segundo, relacionado con la victimización a líderes sociales por parte de agentes del Estado pic.twitter.com/ocmKvd6XZD
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) January 10, 2019
La Fiscalía también determinó que en distintos momentos las FARC lograron acumular los siguientes activos: 545 predios urbanos; 5.228 predios rurales; 267 bienes baldíos por más de 2.130 hectáreas; 254 establecimientos comerciales; 792.000 semovientes, particularmente ganado vacuno; 1.176 automotores; 232 activos en el exterior y varias evidencias de caletas de dinero.
El terror de las pescas milagrosas
Las FARC impuso la terrible práctica de la pesca milagrosa para financiar la rebelión. Se trataba de retenes ilegales en las carreteras del país donde había escasa presencia de la fuerza pública. La guerrilla secuestraba a los ciudadanos que transitaban por estos lugares para posteriormente pedir por su rescaste. Sin duda, este acto era abiertamente violatorio de derechos humanos dado que la guerrilla había convertido el secuestro extorsivo en una práctica indiscriminada en la que cualquier ciudadano podía caer.
Precisamente, Henry Castellanos, alias Romaña, exjefe de las FARC, fue quien lideró en su gran mayoría las pescas milagrosas. El exfarc ha tenido problemas con su transito a la legalidad, pues ha señalado en varias ocasiones que el Estado colombiano ha incumplido con los proyectos productivos acordados en el proceso de paz.
Luego de la desmovilización, el exfarc fue entrevistado y se le preguntó por las pescas milagrosas a lo que respondió “no me acuerdo”.
Según la publicación Una Sociedad Secuestrada, del Centro Nacional de Memoria Historica (CNMH), la guerrilla de las FARC masificó el secuestro entre 1996 y 2000, periodo en el que se recrudeció el conflicto armado y se presentó una profunda crisis del Estado colombiano. Las FARC pasaron de realizar 4.354 secuestros a 13.548 en la fase de masificación.
En el documento también se señala que
El incremento de secuestros en este período se explica por dos razones concretas: la primera y más sombría es el uso de las llamadas “pescas milagrosas” por los grupos armados ilegales. Con ellas se inició una fase de masificación del delito y los criminales se especializaron en la custodia de las víctimas. Es en este momento cuando se habló del secuestro indiscriminado, dejando de importar el estatus político o militar del plagiado.
Por otro lado, el control territorial que obtuvo las FARC en medio de las negociaciones de paz con el Gobierno del expresidente Andrés Pastrana, permitió el posicionamiento de la guerrilla y el uso del secuestro como herramienta de presión política.