Nuevamente las calles de la ciudad de Asunción (Paraguay) se encuentran cooptadas por el denominado “Enjambre Amarillo”. Aquella mafia que pretende lograr la regulación de la competencia a través del empleo de la fuerza del aparato estatal.
A raíz del auge en la utilización de las plataformas electrónicas Uber y Muv, la demanda del servicio de taxis ha caído estrepitosamente. Este ya no goza del monopolio del servicio de transporte privado y al no lograr que los usuarios prefieran sus servicios antes que el de dichas plataformas, se manifiestan en la ciudad de Asunción, como en otras ciudades, a fin de lograr la regulación de dichas plataformas.
Al respecto, Arístides Morales, presidente de la Asociación de Profesionales Taxistas de Asunción mencionó que “Todo le está faltando a MUV y Uber. En este momento ellos son vehículos piratas, mau [ilegal], inhabilitados, no disponen el permiso para hacer el traslado de personas (…) En el derecho público, en el derecho administrativo, lo que no está concretamente permitido está estrictamente prohibido”.
Sin embargo, lo que analistas y propios taxistas no comprenden es que tanto Uber como Muv no son empresas de transporte, sino que actúan como medios a través de los cuales los chóferes habilitados (oferentes) y los individuos (demandantes) pueden concretar la utilización del servicio del auto privado del primero. Esto muestra que analistas y taxistas no saben en qué consiste la denominada economía colaborativa. En términos sencillos, esta se basa en un intercambio de bienes y servicios a través de la utilización de plataformas tecnológicas.
Es decir, Uber o Muv no ofrecen un servicio de transporte per se, sino que facilitan el relacionamiento entre quienes están dispuestos a compartir su vehículo con terceros y los terceros que necesitan transportarse a algún determinado lugar y están dispuestos a abonar por el servicio utilizado.
Por otra parte, siempre existe la excepción a la regla, y en cuanto a eso los trabajadores de la parada de taxi Nº 25 de la ciudad de Mariano Roque Alonso, que se ubica a 16 km de la capital, han manifestado en Facebook que ellos no se adhieren a la manifestación. Es más, en dicho comunicado ellos celebran la aparición de estas plataformas, ya que obligan a “no relajarse en el buen servicio” que brindan y a seguir esforzándose para mejorar.
Si bien el comunicado es más extenso, esta es la base elemental del cuestionamiento a la manifestación que realizan los taxistas. Permitir la libre competencia, lo cual genera que cada sector se esfuerce para brindar un mejor servicio al consumidor final, o por otro lado solicitar la intervención del aparato estatal para mantener el statu quo, brindando un servicio pésimo, costoso y de dudosa honestidad.
En definitiva, la mafia denominada enjambre amarillo tiene que comprender que el individuo debe poder elegir libremente el medio de transporte que mejor satisfaga sus necesidades, y no limitarlo y obligarlo al usufructo del proporcionado por un monopolio. La solución se encuentra en la competencia y en la innovación del servicio ofrecido.