
EnglishEl papa Francisco criticó el pasado jueves al sistema económico mundial, el cual considera que se interpone en la lucha para erradicar la pobreza. Sus declaraciones buscan perpetuar el papel del Estado como el responsable de la distribución alimenticia y en la reproducción de un asistencialismo cuya eficacia hoy está en tela de juicio.
“Es doloroso ver que la lucha contra el hambre y la desnutrición se ve obstaculizada por la prioridad del mercado y la preeminencia de la ganancia”, sostuvo Jorge Bergoglio frente a delegados de más de 170 países en la II Conferencia Internacional sobre Nutrición que realiza la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El papa calificó como digna la repartición de alimentos, pero a la vez criticó la entrega de limosnas. “El hambriento está ahí, a la vuelta de la esquina, y pide ser reconocido como ciudadano para recibir una dieta saludable. Nos pide dignidad, no limosna”, afirmó Francisco, quien alcanzó el máximo cargo de Iglesia Católica en marzo de 2013, tras desempeñarse como arzobispo de la ciudad de Buenos Aires por 15 años.
“Hay comida para todos, pero no todos pueden comer”
“Hay comida para todos, pero no todos pueden comer, mientras que el derroche, el descarte, el consumo excesivo y el uso de alimentos para otros fines, están ante nuestros ojos”, dijo.
Según datos de la FAO, en la actualidad 805 millones de personas no disponen de lo suficiente para comer, mientras que otras 500 millones sufren de obesidad. Pese al elevado número de necesitados en el mundo, vale remarcar que la cifra se redujo en 200 millones desde comienzos de los años 90 y los niveles de pobreza se encuentran en mínimos históricos.
Francisco señaló que es un deber de los Estados preocuparse por el bienestar de los ciudadanos, y les solicitó que actúen de “común acuerdo” y se muestren abiertos a ayudarse unos a otros a través de “los principios y normas que el derecho internacional pone a su disposición”.
Pensamiento cortoplacista
Norman Horn, el creador de de LibertarianChristians.com, manifestó su rechazo hacia la visión económica del papa. Si bien asegura tener mucho respeto y aprecio por Francisco, disiente con su visión respecto de la distribución alimenticia. El libertario cristiano dijo en diálogo con PanAm Post que las declaraciones del pontífice reflejan “una comprensión deficiente de la economía fundamental que impulsa la producción de alimentos”.
“Al asumir que la acción del Estado, cada vez más centralizado, puede determinar la nutrición adecuada para cada individuo en todo el mundo, y luego asegurar una distribución apropiada, el papa sobrestima completamente las capacidades de cualquier Gobierno”, manifestó Horn.
Como propuesta para intentar solucionar el tema de la desnutrición, recomendó a los Gobiernos que “salgan del camino del mercado para que este haga su trabajo, exactamente lo contrario a lo que propone Francisco”.
Según Horn, quien aclaró que no se considera anticatólico, “los pensamientos cortoplacistas no van a resolver los problemas reales de la desnutrición en el mundo”.
El hambre, la principal preocupación del papa
No es la primera vez que Francisco se refiere a la pobreza. En reiteradas oportunidades criticó el consumismo, el desperdicio y despilfarro de alimentos. El año pasado, en una carta enviada a la FAO, aseguró que “es un escándalo que todavía haya hambre y malnutrición en el mundo” e instó a no acostumbrarse a ambos problemas “como si formaran parte del sistema”.
Pidamos a Dios la gracia de que nadie más muera de hambre en el mundo.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) December 19, 2013
Además, durante una audiencia pública en la Plaza San Pedro, también en 2013, expresó que “que la comida que tiramos es como si la hubiésemos robado de la mesa de quien es pobre, de quien tiene hambre”.
En una entrevista concedida al diario italiano La Stampa centrada en la Navidad pasada, el argentino no dudó en reconocer que su mayor preocupación es el hambre en el mundo.
Editado por Elisa Vásquez y Daniel Duarte