
Mariana Mazzucato nació en Roma el 16 de junio de 1968. A los 4 años viajó con sus padres a Estados Unidos, país en el que vivió casi toda su vida hasta el año 2000. En la actualidad, la doctora Mazzucato enseña “Economía de la Innovación” en la Universidad de Sussex, en el Reino Unido.
Junto con Thomas Piketty y Paul Krugman, podemos decir que Mazzucato va haciéndose un lugar entre los economistas estrella a favor de políticas gubernamentales intervencionistas.
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El argumento de la profesora Mazzucato es provocador y original. Según sus investigaciones, el sector privado no debería quejarse de los altos impuestos y las trabas regulatorias. En lugar de eso, las empresas y los consumidores deberían agradecerle al gobierno, ya que éste es uno de los factores principales que explican la innovación y el crecimiento.
En su libro, El Estado Emprendedor, la autora se compromete a “demostrar que el Estado no es un lento ente burocrático, sino la organización más emprendedora del mercado y la que asume inversiones de mayor riesgo”.
Desde este punto de vista, cuando el Estado gasta dinero de los contribuyentes en Investigación y Desarrollo, da lugar a hallazgos científicos que luego el sector privado utiliza para fabricar nuevos productos y servicios. Tal vez su frase más provocadora sea que “sin el estado, Google no existiría”, algo que aplica igualmente al IPhone y muchas innovaciones que utilizamos en el día a día y que deberíamos agradecerle a la investigación del sector público, en lugar de al afán de lucro de los empresarios privados.
Lo que dice Mazzucato suena convincente, pero siempre me he preguntado si no se trata de un mal análisis de la secuencia de hechos. En definitiva, no se pregunta cómo consiguió el Estado el dinero en primer lugar.
Dado que el gobierno se financia con los impuestos que cobra al sector privado (o la deuda, que toma de los privados, o la inflación, que también recae en los privados), ¿no estamos ante el caso precisamente opuesto al que Mazzucato presenta?
Tal vez Google vino después de la inversión estatal de la US National Science Foundation (NSF) ¿Pero cuántas empresas de importancia tuvo que haber antes para que el Estado les cobrara impuestos y pudiera financiar la creación de la NFS?
Las dudas respecto de la teoría según la cual el Estado es el ente principal en la innovación han sido abordadas por un reciente informe publicado por el Instituto español Juan de Mariana. Con sede en Madrid, este think-tank divulgó en agosto su informe “Mitos y Realidades del Estado Emprendedor”, donde ponen en evidencia la debilidad del testimonio de la economista ítalo-norteamericana.
Allí, exponen algunos de los problemas de los que adolece la teoría del Estado emprendedor. Acaso el principal sea que la tesis de Mazzucato no puede explicar procesos tan fundamentales como la Revolución Industrial. En esa época, el gasto público destinado a Investigación y Desarrollo era casi inexistente. Incluso en el año 1930, éste alcanzaba solamente el 14 % del total de gasto en I+D en los Estados Unidos. A la luz de esto, queda claro que el sector privado sí se anima a tomar riesgos y a emprender en ausencia de un gobierno que lo subvencione.
Otro punto que toca el informe es el necesario costo que acarrea el gasto del estado en I+D. En definitiva, como decíamos antes, el dinero debe tomarse de los impuestos, y esto necesariamente retira recursos que podrían ser destinados a mejores fines.
El informe afirma:
Toda acción económica conlleva costes de oportunidad y puede dar lugar a consecuencias no previstas. La inversión estatal en innovación puede sesgar el avance de su desarrollo hacia campos menos conectados con las demandas de los consumidores, con la retirada de recursos de proyectos orientados hacia ellos y la ralentización de estas innovaciones
El Juan de Mariana también relativiza el rol del Estado en el éxito de Apple y Google. En primer lugar, porque muchas de las afirmaciones de la economista no están debidamente fundamentadas. En segundo, porque muchas empresas similares se pueden haber beneficiado de la inversión estatal, pero ninguna alcanzó el éxito que hoy tienen estos estandartes de la innovación tecnológica:
El éxito del iPhone no se debe a las tecnologías mencionadas por Mazzucato. Ya había otros dispositivos con esas características. El éxito del iPhone se debe a su diseño y a su sistema operativo. Y eso fue un desarrollo puramente interno. Dice Juan de Mariana.
La innovación y la creatividad son características intrínsecas del ser humano. Y se desarrollan con mayor ímpetu en aquellos países donde predomina la libertad económica, que les permite a las personas arriesgar y disfrutar de los beneficios de sus emprendimientos. La tesis de que la intervención es clave para que se desarrolle este proceso tiene pies de barro, y puede servir como argumento para avanzar con políticas intervencionistas, que generalmente han resultado nocivas para el desarrollo de largo plazo de los países.