La posibilidad de repetir la experiencia venezolana en Bielorrusia con un Gobierno interino toma fuerza, según las advertencias del autoritario Alexandr Lukashenko. El dictador bielorruso, supuestamente reelecto en unas cuestionadas elecciones, advirtió este sábado que quieren imponerle un “presidente alternativo”. En este caso se trataría de una mujer: Svetlana Tijanóvskaya, su mayor rival en los comicios. Lukashenko acusa a Occidente de apoyar militarmente esta propuesta, reseña EFE.
“Están arrastrando acá a una ‘presidenta alternativa’ y lo hacen de una manera seria, con declaraciones de países occidentales sobre su financiamiento y apoyo”, dijo durante una visita a un polígono militar ubicado en una región fronteriza con Polonia.
El último dictador de Europa ordenó al mando militar bielorruso “tomar las medidas más severas” para proteger la integridad territorial del país. Insistió en el apoyo militar externo para derrocarlo. “El apoyo militar es evidente, trasladan las tropas de la OTAN hacia nuestras fronteras”.
Alexandr Lukashenko fue supuestamente reelecto en las cuestionadas elecciones del 9 de agosto. Los resultados oficiales apuntan a una victoria con 80,23% de los votos, frente a 9,9% de su rival, Svetlana Tijanóvskaya. Tras 26 años en el poder, asumirá un sexto mandato enfrentando acusaciones de fraude, bloqueo de internet durante la jornada electoral y miles de detenciones arbitrarias en medio de una brutal represión.
Las huelgas de trabajadores y protestas masivas contra los resultados continúan. Tras divulgarse los resultados, Tijanóvskaya se refugió en Lituania, al igual que lo han hecho otros opositores.
Oposición pide apoyo internacional
Veronika Tsepkalo, una de las líderes de la coalición opositora, también en el exilio, pidió el 11 de agosto a la comunidad internacional que reconozca como legítima jefe de Estado a la candidata Svetlana Tijanóvskaya y no a Lukashenko.
El pasado miércoles, la Unión Europea dio un paso al frente y, de momento, decidió no reconocer los resultados de las elecciones del 9 de agosto. Esta medida contó con el apoyo de todos los jefes de Estado y de Gobierno de la comunidad, quienes pidieron un diálogo que incluya a todos los sectores.
La respuesta de Lukashenko ha sido negativa. Este viernes dijo que rechazaba cualquier tipo de diálogo con la oposición y acusó a Estados Unidos y la Unión Europea de promover las protestas en su contra.
El libreto de los regímenes autoritarios de responsabilizar al imperialismo norteamericano no es nuevo. Esta práctica la han repetido los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Por el mismo camino que Venezuela
Ha sido precisamente Venezuela el país latinoamericano con el que ha tenido mayor acercamiento en las últimas décadas la exrepública soviética. Desde los inicios del régimen chavista comenzó la estrecha relación de Lukashenko con Caracas. La cercanía de Lukashenko y Hugo Chávez fue tan evidente que el dictador bielorruso asistió junto con su hijo al funeral de Chávez.
Las relaciones con Nicolás Maduro han sido menos cálidas aunque la solidaridad automática sigue intacta. Si bien buena parte de la comunidad internacional se ha mantenido cautelosa frente a los resultados de las elecciones en Bielorrusia, Maduro no tardó en felicitar a su aliado por su “inobjetable victoria”.
A pesar de las distancias y marcadas diferencias culturales, Bielorrusia parece transitar por el mismo camino que Venezuela. Lugo de las falsas elecciones de 2018, en las que Maduro se proclamó reelecto para un segundo mandato, la comunidad internacional comenzó por desconocer los resultados.
Ocho meses después, invocando el vacío de poder, contemplado en la Constitución, el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, prestó juramento como presidente interino de la República. Guaidó logró el respaldo internacional de más de 60 países que decidieron reconocer su investidura. Hoy, la historia no ha cambiado mucho y Venezuela sigue sumergida en la más profunda crisis con dos gobiernos que, de alguna manera, han conseguido coexistir.