La Cancillería cubana envió a su par de Colombia una agresiva nota diplomática, en la que expresa su rechazo a las declaraciones del Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos Arévalo.
Cuba reclama la conducta del Gobierno colombiano, a quien señala de haber servido a los propósitos de Estados Unidos contra la isla, todo tras su inclusión en la lista de países que no cooperan con los esfuerzos norteamericanos en la lucha contra el terrorismo.
“El Alto Comisionado para la Paz del gobierno de Colombia, Sr. Miguel Ceballos Arévalo, declaró públicamente que la decisión del Departamento de Estado de incluir a la isla era un ‘espaldarazo’ al Gobierno de Colombia y a su ‘insistente solicitud’ para que Cuba le entregara a los miembros de la delegación de paz del ELN”, indica la misiva cubana.
Vale destacar que los miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) permanecen refugiado en la isla desde enero de 2019, luego del criminal atentado a la Escuela de Cadetes General Santander, en el que murieron 22 cadetes y otros 68 resultaron heridos, suceso que hizo que el Gobierno colombiano decidiera suspender las conversaciones de paz que se adelantaban con ese grupo terrorista.
Después de suspendidas las conversaciones, el Gobierno colombiano le ha pedido insistentemente a Cuba la entrega de los dirigentes del grupo terrorista. El Gobierno cubano ha rechazado esa petición, amparándose en el argumento de que ello violaría su condición de garante del proceso de paz con el ELN. Señalan los dirigentes cubanos, que lo que debe hacerse es activar los protocolos previstos para el regreso a Colombia de los negociadores del ELN.
Para Colombia esa posición es inadmisible, pues el establecimiento militar es un centro educativo y no puede considerarse ese atentado una acción de guerra sino como acción terrorista contra población indefensa, violatoria del derecho internacional humanitario. Es por eso, que según el Gobierno colombiano no hay lugar para la aplicación de protocolo alguno. Adicionalmente, se activaron las órdenes de captura de la Interpol y se solicitó a Cuba la extradición de los terroristas.
Es esa confrontación la que ha marcado las relaciones colombo-cubanas desde enero de 2019.
La nota de cuba rompe ese status quo de unas relaciones congeladas. Falta ver cómo responde el Gobierno colombiano a dicha misiva. El incidente diplomático ha suscitado en Colombia diversas reacciones.
Para la senadora del Centro Democrático —el partido de gobierno—, Paloma Valencia, la nota es una grave intromisión en los asuntos internos de Colombia con la que el Gobierno cubano estaría presionando la reanudación de las conversaciones con el ELN.
#Comunicado | Sobre nota oficial de Cuba:
-Es una grave intromisión en los asuntos internos de Colombia
-Confunden su papel de garante en el acuerdo/farc, presionan para negociar con ELN
-Si ELN quiere paz, que envíe una carta diciendo que necesitan para desmovilizarse. pic.twitter.com/jECcFGfi17— Senadora Paloma Valencia (@PalomaSenadora) June 1, 2020
Toda la izquierda colombiana, encabezada por el senador Gustavo Petro, se ha puesto del lado de Cuba, reclamando el cumplimiento de los protocolos.
El gobierno de Colombia fue el que llevó a la delegación del ELN para los diálogos de Paz a Cuba y ahora la ataca por ello, yo no tengo más que agradecimiento con ese pueblo que me brindó su solidaridad en mi problema de salud personal.
https://t.co/7MZlSUsDTW— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 1, 2020
Parece un tanto desmedida la influencia que Cuba le atribuye a Colombia en las decisiones de la política exterior de Estados Unidos. Desde su llegada al poder, el presidente Donald Trump cambió radicalmente la política de su país frente a Cuba, echando para atrás toda una serie de decisiones adoptadas por la administración de Obama, que buscaba un mayor acercamiento con la Isla. Es más probable que la posición de Trump guarde relación con su endurecimiento con la dictadura venezolana y las presiones ejercidas para que el dictador Maduro se aparte del poder.
Por lo pronto en Colombia hay expectativa por la que será la respuesta del Gobierno Duque al reclamo cubano, que se espera no sea claudicante como pretende la izquierda. Amanecerá y veremos.