Una nueva amenaza guerrillera protagonizada por miembros disidentes de las FARC que no quieren acogerse al acuerdo logrado entre esa guerrilla y el Gobierno Nacional, amenaza con tomarse la Alta Amazonía. Así lo denunciaron líderes comunales a la agencia de noticias AFP, después de que un grupo de guerrilleros que dijeron que no se someterían a los acuerdo, llegara a la zona para hacerse el control de la misma.
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La zona a la que llegaron los guerrilleros es conocida como el parque del nacional natural Yaigojé Apaporis, en donde han intimidado a los indígenas para obligarlos a hacer lo que los disidentes de las FARC quieren. A pesar de que los guerrilleros han manifestado que su no aceptación el proceso de paz obedece a causas políticas, se puede ver que hay un interés económico detrás de esa disidencia, ya que la zona que pretenden controlar es rica en oro y otros minerales que pueden ser explotados, práctica común del frente primero de las FARC que es el que no se quiere acoger a los acuerdos.
Según Paulo Estrada, miembro de la Defensoría del Pueblo, le han pedido a los indígenas que no trabajen con cooperación internacional y que no acepten ninguna institucionalidad del Estado colombiano, además de advertirles que controlarán sus recursos naturales. Además, advirtió que los disidentes del proceso de paz, habrían establecido un campamento en el río Apaporis, famoso por haber inspirado la película “El Abrazo de la Serpiente”, nominada a los premios Oscar y otros documentales.
La preocupación de las autoridades es grande debido a que son un pueblo muy vulnerable y según testigos, les habrían advertido que tomarían control de todo el territorio ya que el Estado no hace presencia allí y “se lo habrían ganado” a la institucionalidad colombiana. También, establecieron un control para la pesca, actividad principal por medio de la cual se abastecen los indigenas de la zona.
Los miembros de la disidencia de las FARC advirtieron que no se iban a entregar, después de que las autoridades se reunieran con ellos y les pidieron que se retiraran de la zona por ser un resguardo indígena.
Diego Muñoz, jefe del parque, aseguró que los guerrilleros se reunieron con él para solicitarle dinero y una embarcación nueva. Ante la negativa, los insurgentes procedieron a quemar uno de los botes del parque. Por esta razón Muñoz aseguró que si las presiones continúan, las autoridades se verán forzadas a retirarse del parque para proteger su integridad.
Fuente: El Espectador