El alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, es un hombre tranquilo, que dice las cosas de frente omitiendo cualquier tipo de diplomacia como la mayoría de las personas que habitan el departamento de Santander que prefieren ser así, sinceros y directos. PanAm Post decidió entrevistarlo para ver cómo había derrotado las maquinarias y había llegado a la Alcaldía de la quinta ciudad más importante de Colombia.
En las últimas elecciones logró el 29 % de los votos y ganó la Alcaldía de Bucaramanga, con un trabajo de más de 30 meses que iniciaron con conversatorios en un séptimo piso de un edificio de Bucaramanga. Al primero de ellos invitó a 15 personas que terminaron siendo 16.000 gracias al voz a voz.
Durante su campaña salía poco a las calles, simplemente realizaba conversatorios a los que la gente asistía y escuchaba sus propuestas en las que él les contaba como derrotar la corrupción. Poco a poco esa bola de nieve se creció y dio uno de los golpes más duros que ha tenido el Partido Liberal en Colombia: perder la alcaldía de Bucaramanga.
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El alcalde cuenta que solo recorrió las calles de la ciudad durante el último mes antes de las elecciones y que su página web contaba con más de 365.000 visitas diarias que se hacían desde varias partes del mundo y dice entre risas que más de uno “quedó azul” cuando sorpresivamente y contra todo pronóstico, ganó las elecciones. Él dice que ganaron gracias a que le dieron a la gente la esperanza de cambiar el rumbo de las cosas y que por eso están hoy dirigiendo la ciudad.
Hoy en día, siendo el gobernante de los ciudadanos bumangueses, asegura que recibe a todo el que venga a visitarlo en su despacho y que no le gusta hacer esperar a nadie, por eso mantiene su sala de espera vacía. Aunque asegura que ya recibe pocas visitas porque los politiqueros que lo buscaban para que les otorgara cargos políticos, se dieron cuenta que de él no recibirían nada.
¿Por qué decide hacer política?
Porque queremos lograr la felicidad del pueblo, que es lo que en realidad es la política. Yo lo que hago es política, lo que hace la otra gente, que roba plata al Estado, o sea roba a los pobres que ellos dicen defender es politiquería. Esa plata que se roban del presupuesto público a través de los contratos lo usan para comprar votos. Además prometen todo lo que no pueden cumplir y luego los abandonan, no les dan la importancia que dijeron tener, entonces eso se convierte en politquería.
Su movimiento se llama Lógica, Ética y Estética ¿por qué ese nombre para un movimiento político?
Porque esa es la política, ¿Que es la lógica? Coger los recursos y ponerlos donde más impacte para el mejoramiento de condiciones de vida de los más pobres, ¿Qué es la ética? No robarse nada, ¿Qué es la estética? que todo lo que se haga con recursos públicos sea bello y eso es muy fácil.
Al principio los defensores de la politquería decían que eso no lo entendía nadie, que eso era imposible y eso imposible se volvió posible y por eso es que estamos aquí.
Usted ha dicho que no tiene intención de seguir participando en política. Pero su movimiento ¿va a continuar?
Eso lo dice la comunidad cuando estemos terminando, si le gustó el actuar o no. Pero yo no voy a forzar un movimiento político para darle gusto a unos poquitos, eso lo determina la ciudadanía al final. Cuando termine mi periodo como alcalde la gente dirá si le gustó lo que hicimos o si quieren regresar al pasado.
Usted ha defendido plataformas como Uber ¿por qué defender ese tipo de plataformas?
Yo no defiendo directamente a Uber, reconozco que la tecnología es imparable. Yo invito a los taxistas para que miren cómo está la competencia, porque para sobrevivir en estados capitalistas hay que mejorar los niveles de servicio, de puntualidad, de estado del carro, el comportamiento del conductor. Todas esas cosas hacen que las personas determinen qué medio de transporte van a elegir.
Lo que pasa es que el taxi en Colombia, desafortunadamente le pregunta al usuario para dónde va y si no va para donde el chofer va no lo lleva, entonces ellos mismos se han vuelto los promotores de Uber y de todas las plataformas que vengan. No es que yo defienda a Uber ni nada, lo que yo digo es que los que están promoviendo el uso de Uber son los mismos taxis amarillos.
Usted ha dicho que las finanzas de Bucaramanga no van bien. Sin embargo, los entes de control han dicho que las finanzas de la ciudad están bien ¿qué tiene por decir al respecto?
La ciudad está bien, pero el municipio no. Una cosa es la ciudad y otra cosa es el municipio como persona jurídica. La ciudad sigue próspera como está siempre, pero ese es un esfuerzo del sector privado que ha impulsado en construcción, en comercio y algo en lo que es la plataforma de las comunicaciones, pero el municipio está totalmente destruido en sus finanzas, porque aquí gastaron más plata de la que entraba y cuando eso sucede llega un momento en el que no se pueden pagar las deudas como estamos nosotros ahorita.
¿Cómo redujo la contratación y volvió eficiente a la alcaldía?
Hicimos un organigrama para la alcaldía de Bucaramanga: alcalde arriba, jefe de gabinete y luego los asesores y le pusimos los nombres de los cargos que necesitaba cada secretaría (educación vivienda, obras públicas, etc.), luego vimos qué cargos teníamos de esos que necesitábamos y qué personas los ocupaban, porque hay gente buena que ya estaba y los dejamos continuar ahí y el que no correspondía iba para fuera, al final eliminamos 3.000 cargos innecesarios.
Y supe que había hecho bien porque los activistas de la politiquería vinieron a quejarse y siempre que usted haga una acción en contra de la politiquería, sus defensores van a llorar y si lloran es que la medida fue buena.
¿Cree que los jóvenes deben participar más en política?
Sí, todo el que quiera hacer algo por Colombia debe ingresar a la política y Manolo (jefe de gabinete de Bucaramanga) es un fiel exponente eso, de querer hacer las cosas bien y me ayuda muchísimo porque la mecánica de esto es bastante pesada. El tiene 25 años y me ayuda mucho en el pensar porque la labor del alcalde no es hacer, sino cambiar actitudes de las personas que ya tienen incrustadas como normales.
Finalmente ¿cuál es su posición sobre el proceso de paz?
Sí a la paz, pero siempre y cuando involucren dentro del último acuerdo que se va a firmar, derrotar la corrupción. Si no se derrota a la corrupción que es el alimentador de la guerra y de la violencia, la paz no funciona. Entonces, sí a la paz pero derrotando primero a la corrupción.
¿Cómo es posible que desde los más altos poderes del Estado se le entreguen ministerios e institutos descentralizados a la politiquería?, entonces ¿cuál paz? Y solucionan los faltantes de caja con más reformas tributarias para cargar a los que de una y otra manera llenamos las arcas del estado. Mi papá que no sabía leer y escribir decía que “para que la mula se pare hay que descargarla”, si una mula va cargada con caña de azúcar y se cae no hay que ponerle más carga, hay que descargarla, dejar que se levante y luego volverla a cargar, así deberían funcionar los impuestos.