La reforma tributaria que propuso el Gobierno Nacional al Congreso de la República contempla un polémico impuesto de 300 pesos (USD 0.0945) a las bebidas azucaradas por cada litro bajo varios argumentos. El más visible de ellos es el de disminuir la obesidad en el país, que ha alcanzado niveles bastante preocupantes.
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Sin embargo, el gobierno dejó de lado un análisis profundo de los efectos colaterales que puede tener este impuesto que, a pesar de que puede contribuir a aminorar el problema, no lo va a solucionar del todo. A continuación hay ocho razones por las cuales el impuesto a las bebidas azucaradas es una mala idea.
1. Generará desempleo
Dos empresas, una colombiana y la otra con franquicia en el país, han dicho que de aprobarse la reforma tributaria se irán de Colombia. Se trata de la multinacional Quala, que aseguró en el Congreso que de darse el impuesto a las bebidas azucaradas tendrán que cerrar porque no habría suficiente utilidad.
La otra empresa es Subway, cuyos representantes aseguraron que el impuesto a las bebidas azucaradas afectará los precios de los productos que venden y por ende se bajará el consumo y las utilidades, poniendo en riesgo los empleos de sus trabajadores.
2. El impuesto lo termina pagando el consumidor
En la experiencia se ha demostrado que los impuestos terminan siendo pagados por los consumidores a pesar de que se les cobren a los productores, como en este caso. Seguramente los productores de bebidas azucaradas tendrán que aumentar el valor de lo que ofrecen para que siga existiendo una utilidad, por lo que es el usuario el que terminará pagando esta diferencia.
3. Golpea a los más pobres
Hace unos días el senador del Centro Democrático Iván Duque manifestó que las clases populares son quienes más consumen bebidas azucaradas, por lo que si esto continúa así, serán ellos los más perjudicados con el alza de los precios, ya que los obligará a cambiar sus hábitos, dependiendo de los costos, limitando así su libertad de elegir qué consumir.
4. No soluciona el problema de la obesidad
A pesar de que en casos como el mexicano, en donde se ha reducido la obesidad a raíz del alza de impuestos sobre estos bienes, la variación no es significativa. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que el problema de obesidad no se da por el consumo de bebidas azucaradas sino por el sendetarismo, la baja ingesta de vegetales y de frutas y el alto consumo de carbohidratos.
5. Afecta a los tenderos
El 20 % de las ventas de los tenderos y el 33 % de sus utilidades corresponde a bebidas azucaradas. En caso de que el consumo baje, de igual forma se reducirán las ganancias de aproximadamente 580.000 familias que viven de este negocio en Colombia, por lo cual los estarían afectando directamente y reduciendo así una fuente de emprendimiento.
6. Puede generar contrabando
Cuando un bien es más barato en otro país, como sería el caso si se implementa el impuesto a las bebidas azucaradas, las ciudades fronterizas podrían empezar a traer el bien determinado del país vecino. Ese fue el caso de la gasolina en Colombia que se empezó a “contrabandear” desde Venezuela y Ecuador por los altos impuestos que tiene ese bien en Colombia.
7. Ya existe un impuesto para las bebidas azucaradas
Contrario a lo que dicen muchos, las bebidas azucaradas sí están gravadas con “IVA bajo la modalidad monofásica, con una tarifa del 16 %, el cual se causa por una única vez, en la venta que efectúe el productor, el importador, o el vinculado económico de uno y otro” según dice el Estatuto Tributario en su artículo 446, por lo que afirmar que es un impuesto nuevo a un bien que no pagaba ningún tributo es una mentira. Lo que se está haciendo es cargar con más impuestos un bien que los paga como cualquier otro.
8. El impuesto no tiene en cuenta el precio base de los productos
El impuesto que se quiere fijar es de 300 pesos (USD 0.0945) por litro a las bebidas azucaradas y mezclas en polvo que se puedan disolver y convertirse en una bebida de estas características. Por ejemplo el “Frutiño”, un refresco en polvo para disolver, tiene actualmente un valor de 640 pesos. Con el impuesto subiría a 1.240 pesos, es decir, su precio tendría un incremento de casi el 100 %.