Durante un evento realizado este 29 de marzo en la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá, el empresario Leopoldo López Gil, padre del líder político de la oposición venezolana Leopoldo López Mendoza, habló sobre el encarcelamiento su hijo, a quien el régimen venezolano capturó en el 2014, acusándolo de haber cometido los delitos de asociación para delinquir y de intimidación pública,
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López Gil aseguró que “ni el exilio ni el asilo eran opción para (su) hijo”, quien tuvo la posibilidad de haber huido del país, tal como se lo sugirieron algunos líderes políticos en el momento.
Recibimos una visita por parte del presidente de la Asamblea Nacional, que entre otras cosas sugería que su madre y su esposa se comunicaran con (Leopoldo López), (quien) estaba en la clandestinidad, para que le hicieran pensar en la posibilidad de optar por exilio o por el asilo. Y Leopoldo contestó con una frase a su mamá —que creo que explica muy bien el cómo se siente,— él le dijo: ‘Mamá, para mí ni el asilo ni el exilio son opciones, porque estas dos, de alguna forma, me mantendrían preso de mi alma’. Y acto seguido le dijo: ‘yo prefiero tener que explicarle a mis hijos por qué he estado preso (y) no explicarles por qué perdimos el país’.
Ante la narración de López Gil, el auditorio aplaudió al empresario.
Durante sus intervenciones, López Gil se refirió a las conversaciones que ha tenido con su hijo, revelando que, aunque hace mucho no ha podido conversar con él,
está muy fuerte físicamente. Si antes le gustaba y dedicaba algún tiempo del día a su ejercicio, hoy en día tiene mucho tiempo para hacerlo y además tiene una dieta forzada muy saludable; no ingiere licor de ningún tipo. (La cárcel) es casi un SPA… (Leopoldo López Mendoza) bromeaba cuando yo le decía que estaba poniéndose más fuerte y él decía: ‘sí papá, al próximo que hay que meterte es a ti para ver si pierdes esa barriga’.
López Gil también aseguró que su hijo se mantiene con la idea de seguir luchando en contra del régimen de Nicolás Maduro, diciendo que
Leopoldo fue uno de esos casos de un temple poco común, que está en la cárcel pero, como dicen las personas que lo visitan, en vez de transmitir tristeza o arrepentimiento, lo que hace es transmitir la obligación de seguir luchando, el entusiasmo la esperanza y la fe.
Durante su discurso, que duró aproximadamente veinte minutos, Leopoldo López Gil hizo un llamado a valorar lo que se tiene y a construir sobre lo que ya existe, para no caer en “cantos de sirena” populistas.
Finalmente, después del evento, se refirió al resultado de la sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) esta semana como un triunfo, asegurando que la comunidad internacional le había enviado un mensaje a Nicolás Maduro de que las cosas no estaban bien en Venezuela.