El pasado lunes 6 de marzo el Ejército estadounidense desplegó un sistema de defensa de misiles en Corea del Sur tras una serie de pruebas que realizó Corea del Norte con misiles balísticos.
“Las pruebas de aceleración del programa norcoreano de armas nucleares y de lanzamiento de misiles balísticos constituyen una amenaza para la paz y la seguridad internacionales y violan varias resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, indicó el Comando del Pacífico en un comunicado.
Asimismo, El Comando del Pacífico estadounidense anunció que el Terminal High Altitude Area Defense (THAAD) contribuirá “a un sistema de defensa antimisiles y aumentará la defensa de la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur contra las amenazas de misiles de Corea del Norte”.
De acuerdo al comunicado del Comando del Pacífico, que supervisa las operaciones militares de Estados Unidos en Asia y el Pacífico, el escudo antimisiles cumple “una función estrictamente defensiva y no plantea ninguna amenaza para otros países de la región”.
El sistema está diseñado para interceptar y destruir misiles balísticos de corto y mediano alcance durante su fase final de vuelo.
“Las continuas acciones provocadoras por parte de Corea del Norte, incluido el lanzamiento de múltiples misiles ayer, solo confirman la prudencia de la decisión de nuestra alianza el año pasado para emplazar el THAAD en Corea del Sur”, manifestó el almirante Harry Harris, jefe del Comando del Pacifico.
Fuentes estadounidenses y surcoreanas indicaron que los cinco misiles balísticos disparados por Corea del Norte el pasado lunes, eran de menor alcance y no como los que Pyongyang (capital y ciudad más poblada de Corea del Norte) sueña con dotarse para alcanzar a Estados Unidos.
El objetivo era entrenarse para “golpear a las bases de las fuerzas imperialistas estadounidenses de agresión en Japón, en caso de que sea necesario”. Tres de los proyectiles cayeron cerca de las costas de Japón, según Tokio.
Fuentes: Diario las Américas; Noticias Terra; El Colombiano.