El presidente de Brasil, Michel Temer se moviliza para poner fin a la polémica de la venta de carne podrida, alimentos adulterados y pagos de sobornos a partido oficialista para poder desarrollarse con libertad.
El presidente Michel Temer y su ministro de Agricultura se reunieron con altos diplomáticos de la Unión Europea, Suecia, Canadá y otros países para decir que los mataderos estaban siendo debidamente auditados y que la carne brasileña es segura para comer.
- Lea más: Megaoperativo en Brasil contra frigoríficos por carne podrida y sobornos al partido oficialista
“Este es un asunto urgente, ya que tiene repercusiones para nosotros internamente y en el extranjero”, dijo el mandatario brasileño. “Hemos hablado con las embajadas para que puedan pasar la palabra a sus gobiernos en relación con cualquier preocupación de los días anteriores. Invito a todos a ir a un asador brasileño ahora”.
Temer cenó con más de de 30 diplomáticos extranjeros en un asador llamado Steack Bull, donde se gastó 119 reales (USD$ 39) por persona. Sin embargo, según medios locales, Temer pudo haber llevado a los embajadores a comer carne importada.
“Al principio el gerente de Steack Bull, Rodrigo Carvalho, dijo que se sirvieron carnes importadas y brasileñas […] pero después cambió su versión”, informó el sitio de noticias G1.
Temer habría elegido ese asador para demostrar la calidad de sus carnes, pero se pone en duda el origen de la comida servida a los líderes tras las informaciones publicadas por la prensa.
Steack Bull se abastece también de carne importada de Australia, informaron sus propios empleados.
Asimismo, los trabajadores señalaron que desde el escándalo de la carne podrida el restaurante ha comprado menos productos brasileños.
La presidencia ha negado las afirmaciones de la prensa, asegurando que “las carnes servidas este domingo al presidente Michel Temer y los embajadores convidados fueron de origen brasileño”.
Un comunicado difundido la noche del pasado domingo 19 de marzo por el Palacio del Planalto, también informó que el mandatario está dispuesto a “acelerar el proceso de auditoría de los establecimientos citados por la investigación policial y que son 21 en total”, ya que tres de ellos ya fueron suspendidos y serán “inmediatamente colocados bajo un régimen especial de fiscalización que será conducido directamente por una fuerza de tarea del Ministerio de Agricultura (MAPA)”.
“Es importante destacar que, de 11.000 empleados, solo se investiga a 33 y que, de las 4.837 unidades sujetas a inspecciones, apenas hay 21 presuntamente implicadas en eventuales irregularidades. Y de esas 21, solo seis realizaron exportaciones en los últimos 60 días”, expuso.
Brasil exporta carne a 150 países, entre ellos Estados Unidos, países de la Unión Europea y China, que ya han solicitado una explicación.
La Policía Federal (PF) anunció que inspectores sanitarios supuestamente recibían sobornos de los frigoríficos para autorizar la venta de alimentos no aptos para el consumo.
“Usaban ácidos y otros productos químicos, en algunos casos cancerígenos, para disimular las características físicas del producto podrido y su olor”, dijo Mauricio Moscardi, jefe de la Policía Federal de Brasil, en conferencia de prensa.
Fuentes: Bloomberg;BBC; CNN; El Comercio.