Michel Temer, presidente de Brasil, informó el pasado jueves 23 de marzo, que buscará convencer a China de que retome la compra de carne brasileña.
El mandatario brasileño anunció que conversará con su homólogo chino para encontrar una solución al escándalo de la carne, que ha logrado que diversos países suspendan sus importaciones.
“Voy a llamar más tarde al presidente chino para aclarar la situación. Pido que los embajadores de todos los países importadores sean convocados”, anunció Temer durante su discurso en Brasilia.
El escándalo “nunca debería haber alcanzado esta dimensión”, añadió. “Esto nos ha hecho daño porque ha creado un problema internacional”, dijo con preocupación el jefe de Estado.
El país asiático es uno de los principales importadores de carne brasileña, lo que ha causado preocupación en el gobierno brasileño, de hecho, según datos del Ministerio brasileño de Desarrollo y Comercio Exterior (MDIC), el pasado año, 2016, China superó los USD $859 millones solo en la compra de pollo, y los USD $703 millones en carne bovina.
China suspendió las compras en Brasil como “medida de precaución” tras el nuevo descubrimiento de supuesto pago de soborno a funcionarios sanitarios para permitir la venta de carne brasileña en mal estado.
Temer ha calificado la situación como “embarazosa” para el país. “Evidentemente eso causó, no puedo dejar de registrarlo, una situación embarazosa para Brasil porque llevó a algunos países a, de alguna forma, pensar en suspender las compras de carne”, expresó el mandatario, insistiendo en que sólo tres de las 4.383 empresas dedicadas a la venta de carne fueron intervenidas por la policía y 21 están bajo investigación.
Fuentes: El Nuevo Herald; El Universo.