Este viernes 24 de marzo el presidente estadounidense, Donald Trump, autorizó la construcción del oleoducto Keystone XL, proyecto que había sido rechazado por su antecesor, Barack Obama.
La empresa canadiense TransCanada será la encargada de “construir, operar y mantener” las instalaciones del gasoducto en el estado de Montana, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.
“Me complace anunciar la aprobación oficial del permiso presidencial para el oleoducto Keystone XL (…) Estamos trabajando en los detalles finales mientras conversamos”, anunció Trump en el Salón Oval.
Todavía faltan las aprobaciones de los reguladores estatales y el plan podría afrontar una oposición en los tribunales; sin embargo, el presidente de TransCanada, Russ Girling, en un comunicado manifestó su agradecimiento al jefe de Estado republicano.
“Estamos muy agradecidos con el Gobierno del presidente Trump por revisar y aprobar esta importante iniciativa, estamos deseando trabajar con ellos para continuar invirtiendo en el fortalecimiento de la estructura energética de América del Norte“, indicó.
El proyecto había sido prohibido en el año 2015, por el impacto medioambiental que podría generar. Los críticos de Trump argumentan que el plan demanda una gran cantidad de agua y energía, lo que elevará la emisión de gases invernadero.
Por su parte, quienes respaldan la construcción del oleoducto, explican que esto ayudará a crear miles de empleos y alentará el desarrollo económico de las zonas cercanas al proyecto.
El proyecto será de más de 1400 kilómetros y permitirá trasladar más de 800.000 barriles de crudo al día desde la región de Alberta, en Canadá, hasta Nebraska.
Fuentes: El Nuevo Herald, El País, Univisión.