Tras numerosas deportaciones de cubanos, el director de Migración Panamá, Javier Carrillo Silvestri, aclara que no tiene nada en contra de los cubanos y que solo se está evitando es el paso migratorio irregular.
“El cubano que quiera venir es bienvenido, pero les pedimos que sea de una manera ordenada, de una manera regular, para evitar la trata y el tráfico de personas“, manifestó Carrillo.
Según explicó el director de migración, todos los cubanos que entren a Panamá sin los documentos reglamentarios serán devueltos a su país; sin embargo aclaró que esto se debe a que deben “aliviar” la crisis migratoria irregular por la que pasa el país.
“Panamá no tiene problema en que vengan cubanos, pero sí de una manera correcta porque no podemos estar fomentando el desorden”, dijo.
“Aquí tenemos muchas necesidades, tenemos mucha gente humilde que también necesita ayuda humanitaria. Nosotros no podemos estar distribuyendo nuestros recursos solamente en este tema migratorio”, añadió.
Carrillo informó que al consulado de La Habana se le otorgan mensualmente 500 visas, lo que significa mil visas estampadas en pocas semanas, un privilegio que no tienen otros países caribeños.
“Esas personas entran y salen del país sin ningún problema. Panamá no les está cerrando el paso a los cubanos. Panamá le está cerrando el paso a la migración irregular, sea de quien sea. No hay distinción”.
Carrillo comentó también que “la crisis [de los migrantes cubanos] comenzó en noviembre de 2015 cuando Nicaragua cerró su frontera”, y que “desde entonces han pasado más de 40,000 cubanos indocumentados por Panamá”.
“Decidimos hacer una contribución humanitaria y eso se hizo con mucho orden, pero vimos que a los pocos días había más cubanos“, narró.
“Se decidió que nosotros no podíamos ser el agente viajero de los migrantes irregulares cubanos, porque ese no es el papel de un Estado. Cerramos la frontera y comenzamos a negociar con el gobierno de Cuba un acuerdo de deportación porque en ese momento no lo teníamos”.
Según continuó explicando Carrillo, el gobierno panameño firmó un acuerdo de deportación el pasado primero de marzo en La Habana durante la IV Ronda de Conversaciones Migratorias entre ambos países, y explicó que no se debió a una petición del régimen cubano, sino exclusivamente de una iniciativa panameña.
“Ese acuerdo de deportación fue iniciativa absoluta del gobierno panameño para aliviar una crisis que estábamos viviendo por el paso de migrantes irregulares”, dijo.
Fuente: El Nuevo Herald.