El régimen cubano impidió, por segunda vez en el año, la salida del país del periodista y escritor independiente Víctor Manuel Domínguez. El periodista se proponía viajar a Bruselas a un evento sobre inversión extranjera en Cuba, cuando le avisaron que no podría salir del país por “una orden de la Seguridad del Estado”.
“Dicen que en Cuba se puede viajar libremente si no tienes ningún delito, pero yo no los tengo y no me dejan salir del país porque ellos dicen que ‘soy contrarrevolucionario'”, denunció Domínguez, a quien ya le habían impedido salir del país el pasado 15 de julio.
“Me pasó como la vez anterior. Cuando llegué al control, allí me dijeron que estaba ‘restringido’. Una señora uniformada, una capitana, me llevó a una oficina y me dijo que no sabía por qué no podía viajar, que fuera a Atención a la Ciudadanía o a Inmigración a preguntar”, explicó el periodista opositor. “Es innecesario reclamar. Es un mecanismo diabólico”, opinó.
El régimen cubano ha impedido en diversas ocasiones la salida del país de diversos opositores, imponiendo las restricciones de libre tránsito como una práctica frecuente. De hecho, Domínguez recordó el caso de Yusimí Rodríguez, periodista del Diario de Cuba, a quien también le han impedido viajar en más de una ocasión sin mayores explicaciones.
Víctor Manuel afirmó que las prohibiciones de salida del país han ido en aumento para los periodistas y activistas, y el modus operandi es, por lo general, el mismo: antes de abordar el avión se le comunica en los controles a los pasajeros que están “regulados”, y sin dar más explicaciones les impiden tomar sus vuelos.
Frente a este hecho, para conocer más al respecto el PanAm Post decidió contactar a la artivista Lía Villares, a quien el régimen le ha impedido salir del país cinco veces en lo que va del año.
Villares nos comentó que el impedimento para salir del país es “muy común, no de ahora, de siempre, de cuando existía la llamada carta blanca y los cubanos teníamos que solicitar un humillante permiso de salida”. Agrega que en esa libertad fundamental se enfocó el proyecto Heredia del Movimiento Cristiano de Liberación de Oswaldo Payá.
Solo en junio del año en curso les fue negada la salida de la isla, por motivos políticos, a por lo menos 55 activistas, lo cual rompe todos los récords anteriores. En el texto del blog personal de Villares, este habla al respecto y en una carpeta compartida de Google Drive están los nombres de estos 55 activistas (disponible aquí). También en ese archivo aparecen todas las imágenes y documentos, incluidos pasajes de avión y sellos de migraciones, vinculados a la negación por parte del régimen para que Lía pueda salir.
No le han dado justificción alguna. Nos dice que “las autoridades no suelen dar notificación previa, ni motivo verbal. Se limitan a hacer precarios acuses de recibo (a tinta, a mano, sin cuño ni otra certificación legal) a las denuncias que algunos (no todos consideran hacer este paso, yo consideraría obligatorio, porque es parte de agotar los recursos legales internos antes de acudir a instancias internacionales) de nosotros hemos hecho”.
Antes se justificaban con motivos como multas pendientes (el caso de Berta Soler, líder de las Damas de Blanco) o cualquier otra cosa, como que pudiera haber un proceso abierto legal en curso en contra de la persona negada, pero últimamente, no acuden a ninguno de estos “procedimientos” y las autoridades fronterizas migratorias se limitan a aplicar una orden de la Seguridad del Estado.
Villares pudo grabar un audio en la oficina de Inmigración, que está subido a YouTube. Ahí, la teniente coronel “Virginia” del Ministerio del Interior, dice claramente que ellos no son los únicos que pueden “regular” a las personas.
Con jerga cubana describe la situación como “un arroz con mango burocrático cuya única intención es mantenernos “entretenidos” flotando en un limbo legal en el cual nadie da realmente la cara”.
El modus operandi varía en cada caso. Por ejemplo, en 2013, por primera vez en un aeropuerto, la encargada de revisar el equipaje fue quien le rompió el boleto a Villares, indicando que el viaje no sería posible. Aunque finalmente pudo viajar, el incidente, al no ser en el sector migratorio, sirvió como estrategia de intimidación. Pero ahora van cinco veces este mismo año que le niegan ese mismo derecho.
En el caso de los periodistas, indica que son detenidos arbitrariamente y encarcelados por breves períodos, y algunas veces acusados bajo el cargo de “usurpación de funciones”, de esa manera les aleccionan que toda actividad periodística independiente es ilegal.
Como pensamiento final, Villares nos dice:
“Particularmente me resulta alarmante que tanto la libertad de información como la de circulación sean relativamente minorizadas al lado de la libertad de expresión, asociación y manifestación pacífica. Dentro del mismo círculo de opositores, hablar de libre acceso a Internet se ha vuelto casi un chiste. Y lo mismo sucede con la libertad de movimiento: hasta que no lo viven en carne propia no pueden hacer un señalamiento condenatorio. Creo que es más alarmante el hecho de que se esté aplicando esta medida arbitraria casi a diario y que no haya ningún pronunciamiento de ninguna organización de DD. HH. (bueno la OCDH y CADAL se han pronunciado) en la ONU“.
Pero la persecución no termina en la salida. Al respecto, el PanAm Post también contactó a la infoactivista Ana Olema, quien reside en lo que llama “la capital del exilio”, Miami:
“Nosotros seguimos cargando con la habilitación, es el permiso de entrada al país para los emigrados o para los que todavía son residentes. Es totalmente bochornoso. Entonces ahí vemos de nuevo. Sigue el apartheid político, el apartheid ideológico del Estado de Cuba de manera fuerte (…) Lo más preocupante es cómo el Estado puede crear una propaganda de apertura o de bondad, digamos de ‘buenismo’ a un primer nivel, sin embargo, debajo están todas estas artimañas”.
Mamela Fiallo colaboró con la elaboración de esta nota.
Fuentes: Cubanet, Diario de Cuba, Cibercuba.