Luego de tres días de fuertes enfrentamientos en la ciudad de Masaya, donde se registró la muerte de al menos nueve personas y varias decenas de heridos, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) decidió intervenir para impedir la continuación de la represión.
Un grupo de obispos entre los que se encontraban el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la CEN, y el nuncio apostólico en Nicaragua, monseñor Waldemar Stanislaw, viajaron desde Managua (capital del país centroamericano) para reunirse con la Policía de Masaya y conseguir un acuerdo para detener la violencia.
“En este momento tan crítico, tan delicado, como en Masaya, debo decir que estamos con ustedes, porque comprendemos su dolor y sufrimientos. Las que han sido manchadas con sangre de hermanos. No hay que regresar a aquellos años (de guerra), cada muerto es una ofensa a Dios”, dijo el nuncio.
Saliendo para Masaya y Monimbó, los obispos de Managua, el Nuncio Apostólico y los sacerdotes de la capital. Les pedimos sus oraciones. pic.twitter.com/cbUTANdUjD
— Silvio José Báez (@silviojbaez) June 21, 2018
Acuerdo con la Policía
Después de más de una hora reunidos en la estación policial de la ciudad, el cardenal Leopoldo José Brenes informó que se logró que la Policía se comprometiera a parar la represiónen esa ciudad.
Asimismo, el cardenal anunció que el comisionado general Ramón Avellán, jefe de la Policía de Masaya, prometió liberar a por lo menos 64 de los ciudadanos que han sido privados injustamente de su libertad y permenecen la Dirección de Auxilio Judicial, El Chipote, en Managua.
“Hicimos doble gestión, hablamos con el comisionado (Avellán) en Masaya y nos comunicamos con Managua, así que esperamos que cumplan con su palabra”, indicó Brenes.
Ahora, los sacerdotes de la localidad Bismarck Conde y Edwin Román, quedaron a cargo junto al secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva, de hacerles seguimiento a los acuerdos llegados con los obispos.
Masaya agradecida
La Iglesia ha jugado un papel fundamental en esta crisis que ha dejado más de 200 muertos, un millar de heridos y decenas de desaparecidos y detenidos.
La Conferencia Episcopal no solo ha ayudado en las distintas ciudades de Nicaragua al cese de la violencia, sino también a nivel nacional funcionando como mediadores del diálogo entre el Gobierno y la alianza opositora que busca encontrar puntos de acuerdos para solucionar la crisis.
Debido a esto, la llegada de los obispos a Masaya,para muchos parece haber ofrecido un “ambiente de liberación”.
“Damos gracias a Dios porque vinieron a salvarnos la vida. Nosotros somos gente de paz, no de guerra. Los últimos días han sido horribles, la policía acechando, uno se encierra por temor a que vengan las turbas a querer hacer algo”, dijo una habitante de Masaya a El Nuevo Diario.