En la base de datos del Banco Mundial se reportan las tasas de crecimiento anual del PIB per cápita colombiano, entre 1961 y 2018. Con esos datos se me ocurrió hacer la gráfica y la tabla que se muestran a continuación:
La primera barra promedia las cifras de 14 de los 16 años que duró el Frente Nacional. El promedio de 2,7 para el período es una buena cifra, explicada en buena medida por el notable crecimiento registrado en el cuatrienio de Misael Pastrana Borrero, bajo cuyo Gobierno se presentaron las más altas tasas de crecimiento del PIB en un siglo: 6,5 % promedio anual.
Lo del período de Pastrana Borrero es aún mas notable habida cuenta de que durante esos años el desempeño del sector cafetero y de sus exportaciones fue relativamente moderado, al contrario de lo que ocurrió bajo el Gobierno de López Michelsen, que se benefició de la más extraordinaria bonanza de precios del café de todo el siglo XX, que jalonó la economía para hacerla crecer 4,9 % promedio anual en ese período.
El Gobierno de Turbay se benefició también de la bonanza cafetera en los dos primeros años, pero los dos últimos estuvieron marcados por una gran recesión económica a nivel mundial, que golpeó duro a la economía colombiana, especialmente durante el Gobierno de Belisario Betancur.
Los Gobiernos de Barco y Gaviria tuvieron unas condiciones externas relativamente favorables y en esos años la economía creció a tasas superiores al 4 % anual. Lo que dio como resultado un desempeño bueno del PIB per cápita. Durante los Gobiernos de Samper y Pastrana, especialmente el de este último, las condiciones externas no podían ser más desfavorables —la llamada crisis del fin del siglo— e internamente el deterioro del orden público y la creciente inseguridad llevaron al colapso de la inversión, lo que se tradujo en un mediocre crecimiento del PIB, lo cual llevó al estancamiento, cuando no al retroceso, del PIB per cápita.
La recuperación del orden público con la política de seguridad democrática permitió que el país aprovechara la bonanza del precio de los commodities —el petróleo, en especial— que se extendió entre 2002 y 2014, jalonando el crecimiento económico y permitiendo, por tanto, un gran avance del PIB per cápita, especialmente en los ocho años de Álvaro Uribe.
Alcanzar y mantener una tasa de crecimiento elevada del PIB per cápita es fundamental para el crecimiento económico a largo plazo y las consiguientes mejoras en el bienestar de las personas. Eso se debe al poderoso efecto del interés compuesto. Si el PIB per cápita de un país crece a una tasa media anual del 1 %, tardará 71 años en duplicarse, y al cabo de 100 años se multiplicará por 3. Pero, si la tasa es del 2 % anual, el tiempo de duplicación pasa a 35 años y en cien años la cifra inicial se multiplica por 7.
En la última fila de la tabla se presenta la que, según el GRECO[1], fue la tasa media anual de crecimiento del PIB per cápita colombiano en el siglo XX: 2,3 %. Esta tasa permitió que el PIB per cápita se multiplicara por 10 en el siglo pasado: en dólares constantes pasamos de 500 a 5 000.
En otras filas de la tabla se muestran las tasas de crecimiento medio anual del PIB per cápita en los períodos indicados, y al frente de cada una de ellas el tiempo requerido para duplicar el nivel inicial y número de veces por las que se habrá multiplicado en 100 años. Con la tasa del 3,2 % de los años Uribe, en cien años el PIB per cápita se multiplicaría por 23; con la de los años de Pastrana Borrero se multiplicaría por 53.
En la penúltima fila se muestra la tasa media de crecimiento del PIB per cápita en lo corrido del siglo XXI: 2,6, y las cifras respectivas de duplicación, 28 años, y multiplicación al cabo de cien años, 13; ligeramente superiores a las del siglo XX.
Para el crecimiento actual de la población —1,3 % anual en el período intercensal 2005-2018— esa cifra del 2,6 % puede obtenerse con un crecimiento del 3,9 % anual del PIB. No está fuera del alcance de la economía colombiana superar ampliamente esa cifra, ya lo hizo en el siglo XX, y si eso no se tradujo en un mayor crecimiento del PIB por habitante fue a causa del fuerte crecimiento poblacional. Si alcanzáramos el crecimiento medio del PIB real del siglo pasado —4,5 % anual— tendríamos un aumento medio anual del PIB per cápita del 3,2 %. Con esto el producto por habitante se multiplicaría por 22 a finales del siglo XXI. No parecen malas las perspectivas económicas de nuestros nietos.
[1] GRECO: Grupo de estudios del crecimiento económico del Banco de la República. (2004). El crecimiento económico colombiano en el siglo XX. Banco de la República de Colombia-Fondo de Cultura Económica. Bogotá, Colombia.