
De acuerdo a un artículo de NPR, la radio pública nacional, un empleado de Google fue despedido por su crítica hacia el abordaje de las políticas de diversidad e inclusión de la empresa. Escribió una circular (memo) de 10 páginas donde aborda la problemática de la brecha salarial entre hombres y mujeres desde un análisis biológico y psicológico, basado en las preferencias de acuerdo a rasgos generales de conducta. Su escrito llegó a ser conocido por sus críticos como el “manifiesto contra la diversidad“, a pesar de que en el propio escrito dice lo contrario. Promueve la diversidad y ofrece soluciones para fomentarla. Lo que causa conmoción es que sostiene, muy opuesto al discurso imperante, que la explicación de por qué la presencia de mujeres en profesiones vinculadas a la tecnología es baja no es -únicamente- cultural. Esto genera malestar en medio de una generación que sostiene que una vez que se modifica la cultura, se soluciona el problema.
Se trata de James Damore, ingeniero de software con una maestría en biología de sistemas, nada menos que graduado en la Universidad de Harvard. Es decir, si alguien estaba capacitado para abordar el tema, era justamente él. Pues comprende el impacto de la biología en un sistema organizacional como es una empresa. La ingeniería de sistemas estudia cómo interactúan los distintos elementos que componen un sistema para aumentar su productividad, de acuerdo a su capacidad operacional. El campo especializado en la biología, incluye al sistema biológico como un subsistema organizacional, donde los seres vivos forman parte de dicho sistema, en este caso las personas. A fin de cuentas la biología es la ciencia que estudia a los seres vivos y sus funciones vitales.
El autor plantea las distintas problemáticas y ofrece soluciones. Por ejemplo, indica cómo la competitividad es un rasgo más común entre varones, mientras que la cooperación y socialización es más común entre mujeres. Por ello, hay más hombres dispuestos a enfrentar la presión que conlleva un puesto de jerarquía. Lo cual no significa que una mujer no pueda, simplemente resalta aspectos generales y provee soluciones desde las fortalezas y debilidades de los grupos e individuos para lograr un equilibrio. Pero sobre todo, invita a tomar en cuenta que la cultura solo es uno de los tantos factores que producen patrones sociales.
Uno de los primeros medios en visibilizar primero la noticia del memo y luego del despido, fue Bloomberg. En el sitio en Internet aparecen videos emergentes sobre el tema. Ahí, una reportera del canal interrumpe a la entrevistada, una ingeniera de renombre que comparte sus experiencias como mujer en el ámbito de la tecnología, para decir: “Para cualquiera por ahí que piensa que hay razones biológicas para la sub-representación de las mujeres en la ingeniería, por favor, terminen con eso.” Es decir, incluso en los medios masivos, en lugar de brindar una noticia e informar, agregan no solo sesgo sino una advertencia a modo de sentencia. Ignora que la biología es una ciencia y como tal cada día se descubre más sobre ella, su impacto sobre las interacciones y conductas humanas es parte de eso.
Irónicamente, el propio de CEO de Google, Sundar Pichai, argumentando por qué despidieron a James dijo: “La gente debe sentirse libre para expresar disentimiento”. Se refería a quienes estaban en desacuerdo a lo que dijo James, no aplicaba a él. Sostuvo que las afirmaciones del ahora exempleado de Google podían ser hirientes para otros empleados. Pero lo cierto es que muy lejos de buscar lastimar a nadie, Damore buscaba el diálogo. Dentro de su escrito que generó tanta controversia, dijo: “La gente generalmente tiene buenas intenciones, pero todos tenemos sesgos que son invisibles para nosotros. Afortunadamente, la discusión abierta y honesta con aquellos que no están de acuerdo puede destacar nuestros puntos ciegos y ayudarnos a crecer, por lo que escribí este documento”.
Lo dijo no solo en cuestiones de género y raza, sino también dentro del espectro político, pues dijo que no estaba balanceada la apertura. El subtítulo del texto lo describe: “Cómo el prejuicio nubla nuestro pensamiento sobre la diversidad y la inclusión”. En el caso de él, al ser hombre y blanco, pesó en su contra, pues su fenotipo y su sexo no cuadran con la cuota pendiente de diversidad e inclusión.
En cuanto a la perspectiva política, James dijo en su escrito respecto a la izquierda y derecha que: “ninguno de los dos lados es 100 % correcto”, “ambos puntos de vista son necesarios para una sociedad en funcionamiento o, en este caso, la empresa.” Por ello destacó la falencia de la empresa en cuanto muestra favoritismo solo por la izquierda. Propone para remediar este sesgo que Google debería: “desmoralizar la diversidad”, “dejar de alienar a los conservadores”, “hacer frente a los sesgos de Google”, “detener la restricción de programas y clases a ciertos géneros o raza”, “Tener una discusión abierta y honesta sobre los costos y beneficios de nuestros programas de diversidad”, “enfocarse en la seguridad psicológica, no sólo en la diversidad racial/de género”, “enfatizar la empatía”, “ser más abierta sobre la ciencia de la naturaleza humana” y “reconsiderar la obligatoriedad de la formación de un sesgo inconsciente para los comités promocionales “. Sobre esto último, Damore sostuvo que contratar en base al sexo de las personas es sexista.
Es decir, mientras se busca promover la inclusión de mujeres en el campo técnico, la misma empresa que despide a un hombre por ofrecer un análisis científico, permite la ausencia de mujeres conmovidas por sus palabras. Pues el lunes —ayer— varias faltaron porque era “incómodo volver al trabajo” luego de la publicación del escrito. Por ende, no se trata por igual a los empleados. Al contrario, se mantiene una política de prejuicio, perjuicio y privilegio.
Sin embargo, Así como las voces de rechazo no tardaron en manifestarse, tampoco las de apoyo, en defensa de la libertad de expresión. Por ejemplo, el autor de la imagen que satiriza a Google pide por favor volver#Goolag una tendencia en redes sociales en honor al autoritarismo que ejerce Google sobre el pensamiento, el uso de listas negras contra sus empleados empleo, y la tergiversación del escrito del ingeniero.
Según el diario británico The Register, nada menos que el controvertido Julián Assange —conocido por WikiLeaks— donde compartió información confidencial de entidades gubernamentales y personas influyentes, le ofreció trabajo a James, declarando lo siguiente: “La censura es para perdedores. Las mujeres y los hombres merecemos respeto y eso implica no despedirlos por expresar cordialmente sus ideas”.
Como propiedad privada que es, una empresa tiene la potestad de despedir a sus empleados en cuanto no cumplan con los requisitos adecuados. El problema está en cómo se interpretan las palabras y cuáles son los parámetros que determinan qué es permisible y qué no. En este caso, el exempleado, James Damore, propuso abrir el diálogo, que la diversidad incluya a todos los actores y todas las corrientes de pensamiento. Pero el gigante de las comunicaciones decidió que su perspectiva incomodaba no solo a la retórica imperante sino a los sentimientos de otros. Lo cual pone en contraposición al hecho que mientras se busca mayor diversidad humana en el campo de la tecnología, se suprime el vínculo entre la biología —una ciencia— y el comportamiento humano. Estamos entrando en una era no solo anticientífica sino persecutoria, donde emitir una opinión —así sea respaldada en la ciencia— puede costarte tu trabajo.