Hace apenas dos días apareció en la plataforma de noticias para inversionistas, Nasdaq, que una nueva corporación transnacional cooperará con una compañía de turismo que ofrece servicios en Cuba.
Se trata de Cuba Ventures Corp. que ha incoporado a Bhavnani Corporation para consultoría y a su director ejecutivo como asesor. La primera tiene sede en Canadá, la segunda en la India. Lo cual desmorona el mito del “bloqueo”.
En septiembre del año pasado los ejecutivos y la gerencia de las respectivas empresas visitaron la isla y estudiaron las oportunidades de mercado. Dado que las remesas de los exiliados representan un ingreso prominente, Cuba Venture Corporation, que administra páginas de Internet para hacer reservaciones en Cuba, anunció que creará una criptomoneda especializada en Cuba ($CUV.V), con el objetivo de captar el mercado de las remesas y las trasferencias de dinero hacia y desde la isla.
Mercantilizaron al régimen que empobreció a los cubanos. Pretenden llamar Revolupay al sistema de pago.
Actualmente, sus acciones subieron desde 0,02 centavos CAD a 0,24 CAD. Realidad que puede mejorar en una nación donde la industria del turismo produce USD $3,5 mil millones.
La noticia fue celebratoria. Desde la apertura de relaciones entre EE.UU. y Cuba bajo el gobierno de Obama, existe un mito sobre el mejoramiento de las condiciones de los cubanos. Lo que sucedió, en realidad, es que se enriquece la oligarquía vinculada al régimen mientras se persigue con mayor rigor a los disidentes, pues la llegada de turistas no debe estar expuesta a la inconformidad de los ciudadanos.
Para mayor información sobre el tema, consultamos con Jorge Calaforra, exiliado cubano que dirige el sitio foresightcuba.com. La página compila datos con el fin de promover el desarrollo en el país. Entre otras aspectos, visibiliza cómo es el ejército cubano y aquellos designados por los Castro quienes manejan la industria del turismo.
Empresas que negocian con el régimen
Explica Calaforra que es muy fácil invertir en Cuba, “lo difícil es que el gobierno cubano te pague lo que te debe”.
Por lo cual, suele implicar mayor pérdida que ganancia invertir en Cuba, salvo cuando reciben fondos de sus respectivos países; como el caso de la gigante petrolera Odebrecht, que invirtió mil millones de dólares en el Mariel, financiados con créditos del gobierno brasileño.
El puerto no genera ganancias. La empresa que administra el puerto (PSA International, de Singapur), está decepcionada con el volumen de contenedores.
Asimismo, PDVSA —la compañía estatal petrolera de Venezuela— invirtió miles de millones en la refinería de Cienfuegos y ahora acaba de ceder sus acciones, probablemente a cambio de nada.
Está Pernod Ricard, en el negocio de los rones. British Tobaco está en el negocio de los Tabacos. Melía, Iberostar, Barceló, Hoteles NH, Hoteles Roc y el Grupo Globalia administran varios hoteles en Cuba. Kia y Audi venden sus autos.
Sherritt, la única empresa que publica su información financiera, opera en los sectores del níquel, el petróleo y la generación de electricidad, está teniendo pérdidas millonarias desde hace años.
Operan varias aerolíneas. Aunque después reanudó, Iberia canceló los vuelos a la Habana en determinado momento. Otras han reducido sus operaciones. Hay bancos extranjeros, de Canadá, España y algunos paraísos fiscales.
Lejos de haber un bloqueo, miles de empresas extranjeras operan en Cuba, después cierran y se van. De ahí las deudas de Cuba con el Club de París y con el Club de Londres. Rusia, China, España, Japón y Francia tienen las mayores deudas por cobrar.
Las empresas que invirtieron en la exploración de petróleo, entre ellas Repsol, perdieron su dinero. Por ello hasta China está perdiendo interés en Cuba.
Sin duda, las empresas más beneficiadas son las empresas norteamericanas que venden alimentos a Cuba. Reciben el dinero por adelantado y reciben subsidios por exportar. El gobierno cubano las financia con el objetivo de que actúen como lobby para eliminar el embargo.
Izquierda internacional rechaza la oligarquía, mientras la respalda en Cuba
Por definición, oligarquía es un sistema de gobierno donde el poder está en manos pocos miembros de una clase privilegiada. La izquierda latinoamericana vocifera contra la oligarquía en sus respectivos países, mientras la respalda en Cuba.
“Después de confiscar todas las empresas, los medios de comunicación, los medios de prensa, eliminar todas las posibilidades de revocación de los cargos del gobierno y del Partido, de reclamaciones del ciudadano al Estado, y destruir todo sistema de transmisión de conocimiento entre generaciones”, insiste Calaforra.
Ahora el régimen está en guerra contra los pocos comerciantes autónomos que quedan: los taxistas y vendedores de alimentos; así exigen que vendan a precios determinados por el gobierno.
“Cualquier actividad económica que genere riesgo para los monopolios estatales queda prohibida por decreto del Consejo de Estado y de Ministros”, agrega. Incluso está prohibida la venta de ropa por parte de cuentapropistas.
Bloqueo: mitos y realidades
En vista que el gobierno no presenta el presupuesto del Estado, desglosado en CUC y en Pesos Cubanos, no se sabe cuánto dinero ingresa con las remesas y la inversión extranjera.
Lo que sí se sabe y se ve, es que no hay industria local para elabore repuestos para la maquinaria existente. Existen máquinas en funcionamiento y con necesidad de mantenimiento desde la década anterior a la revolución socialista, más de medio siglo. Hay 40 años de retraso a nivel tecnológico.
Este problema se agrava por la falta de titularidad. “Si no hay inversión en la cual el dueño vela por su negocio, no hay desarrollo, y no hay mejora de la calidad de vida. La cual ha sido pobre en todos los países socialistas”, explica Calaforra.
Cómo repercuten los negocios sobre los cubanos
Si comparamos con 2 años atrás, la apertura del presidente Obama trajo consigo cierto movimiento de capital hacia pequeños negocios privados. En La Habana hay más restaurantes, taxis y bares y una pequeña esperanza de poder reconstruir la capital cuando el gobierno garantice el derecho a la propiedad privada. Es decir, están surgimiento emprendedores; pese a la presión de los múltiples controles del régimen.
Afirma Calaforra que “el Estado cubano está en bancarrota”. Primero debe garantizar a las élites, y sus descendientes, privilegios y acceso a una vida de lujo.
Luego, gracias al monopolio que le garantiza el estado, sumado al miedo de arriesgar su próximo día en prisión y la pérdida de sus propiedades, están los mandos intermedios.
Por último, el sector productivo tiene dificultad para trabajar. Faltan mecanismos que permitan la organización de cualquier actividad que no sea iniciada por el gobierno. Por ello, muchos jóvenes ven en el exilio la única forma para desarrollarse profesionalmente.
Mientras el régimen se enriquece con el turismo que ofrece, un viaje en el tiempo a una isla estancada desde que se implantó el socialismo y como tal la expropiación de toda actividad privada. El ala tecnológica de la empresa canadiense Cuban Ventures, Fintech, elabora un sistema de pagos llamado Revolupay para que quienes permanecen en la isla tengan una alternativa digital para recibir dinero de sus familiares en el exilio.