
En vísperas del traspaso del mando en La Habana, exiliados cubanos se manifestaron en las calles de Miami para demostrar que también son parte del proceso electoral.
Estuvieron presentes integrantes del Movimiento Democracia y Cuba Decide, entre otros autoconvocados.
«Por primera vez, o por lo menos en mucho tiempo, se les está pidiendo al exilio, a la diáspora, al emigrado cubano NO que apoye la libertad de #Cuba sino que sea parte activa de la vida política de su país», dijo Ana Olema, infoactivista de Cuba Decide en redes sociales.
«Pedir apoyo al exiliado es quitarle una responsabilidad que le corresponde y que les es dada por orden natural. Y si algún Exilio tiene derecho a ser tomado en cuenta de igual a igual es el nuestro que tanto ha hecho (de manera tangible)», agregó.
«#CubaDecide es para TODOS los cubanos, es una herramienta para cada uno de nosotros. ¡No al traspaso de poder! Viva Cuba Sin Castro, Sin Castrismo y con Libertad», dijo Ana Olema, infoactivista de Cuba Decide en redes sociales», concluyó.Y así fue como dieron voz a quienes ya no están.
Los manifestantes se rodearon de cruces blancas con imágenes de los rostros de los niños asesinados por el régimen de los Castro cuando este ordenó el hundimiento de una embarcación de balseros que huían del régimen.
Muchos de los presentes se exiliaron siendo niños y adolescentes, dadas las políticas del gobierno contra su población joven.
Cuando el gobierno cerró las escuelas para aumentar la mano de obra
Una de ellas es Bárbara Travieso. Sus padres emprendieron el proceso de exilio cuando ella tenía 12 años. Ese año debía comenzar el colegio secundario, pero el régimen decretó cerrar su escuela en la provincia de Matanzas y la de todos los pueblos pequeños.
El proceso de exilio fue demorado, ya que su madre decía que eran otros los que se debían ir…
Innumerables niños como Bárbara fueron arrebatados de sus casas y enviados a la zona cítrica de Jagüey Grande. Con su trabajo, pagaban su alimentación y educación, cosechando limones, guayabas, naranjas y «chapando grama», cortando césped con machete.
Las tareas variaban de acuerdo a la agricultura de cada provincia.
De acuerdo a las investigaciones de Foresight Cuba, hasta noviembre de 2016, luego de décadas de implementación, los adolescentes cubanos produjeron 9.300 millones de horas de trabajo sin remuneración.
Bárbara describe a las escuelas del campo como una cárcel de la cual salía cada dos semanas para visitar a sus padres.
No fue hasta sus 17 años que pudo salir. Primero se fue su padre, porque así lo exigía el gobierno venezolano que en ese momento acogía a los exiliados (a fines de la década de los 80), que viajara el jefe de familia primero, luego siguieron ella y su madre.
Con la ayuda de la comunidad cubanoamericana pudo ir a Miami, donde terminó sus estudios.
La importancia de la participación del exilio
Desde ahí, participa en acciones como infoactivista para «alertar al mundo que no acepte al próximo tirano de turno, porque el pueblo cubano no eligió a esa persona».
Explica que la participación del exilio es fundamental «porque tenemos el camino andado de conocer la libertad».
Asimismo, tienen «más economía para ayudar a los hermanos que están dentro de Cuba para ayudarlos a levantar a Cuba que está en ruinas».
Agrega que «la importancia también está en ayudar a los que se oponen y a los que no también, que sepan que hay una red abajo que los va a aguantar».
Además de servir siempre para denunciar, detalla que el exilio ha servido también para guardar la memoria, «la verdadera historia, que no se pierda lo que estos dictadores han tratado de borrar a toda costa; «para no perder nuestras costumbres».
Tomando en cuenta que en Cuba la comida es racionada con una libreta, incontables recetas tradicionales que se han perdido en la isla y se conservan en el exilio.
El final de la pesadilla está cerca
Como custodia declarada de dicho legado, Bárbara se pronuncia optimista y sostiene que el final de la pesadilla está cerca.
«Ya estamos viendo los estertores de la dictadura, aunque no lo parezca, no van a renovarse», declara.
Ve al Internet como el arma con la cual ellos no contaban.
«Por décadas ellos eran los únicos hablándole al mundo. Ahora estamos nosotros también dando nuestra versión de los hechos. Yo creo que estamos cerca. Cuba Libre ya se vislumbra», alerta.
«Yo sé que voy a ver a Cuba Libre. Cuba va a ser lo que era, la tacita de oro del Caribe», concluye.