Recién en la Universidad de La Habana se realizó una conferencia sobre criptomonedas que prometía ser un suceso histórico. Por un lado, augura mayor apertura. Por otro, muestra que aun la escasa libertad es vigilada y regulada. Por televisión, ya se habló del tema una vez con gran audiencia y muchas inquietudes al respecto. Sin embargo, dicho programa desde un punto de vista económico fue mucho más explicativo que lo expuesto por el conferencista en el ámbito académico, como es la Universidad de la Habana, donde el “debate” sobre Bitcoin tuvo que ser autorizado y regulado.
Así lo indica un estudiante que estuvo presente que por precaución prefiere permanecer anónimo para evitar represalias.
“Dicha tertulia estuvo demasiado plagada de tecnicismos. Si bien tienen enorme relevancia para el entender el funcionamiento de las criptomonedas en general y del Bitcoin en particular, no llegan al quid de la relevancia y el impacto sociales que dichas monedas pueden llegar a tener en Cuba”, explica.
“Por supuesto se trató como negativa la independencia del Bitcoin de cualquier entidad reguladora externa (al Estado), lo cual puede ayudar a evadir impuestos, y que, si bien puede usarse en transacciones negativas (ordenar un asesinato por poner un ejemplo algo dramático), ello no justifica un control de una tercera entidad sino más bien un perfeccionamiento en los sistemas de seguridad (de preferencia privados) de las personas”, insiste.
Agrega que “las características del Bitcoin como moneda fueron solamente mencionadas y explicadas a muy grandes rasgos, la explicación se centró más bien en la creación de la cadena de bloques (el blockchain) y los aspectos computacionales del minado”.
Resalta que “pese al pequeño poder con el que cuentan las máquinas en Cuba (al menos en lo que se refiere al poder necesario para hacer un minado eficiente), en Cuba existe gente que hace minería Bitcoin y otros tantos que han “metido sus narices” en el asunto para así poder sacar provecho”.
En contraste con la gran expectativa que tenía, frente al hecho que haya apertura en el campo académico de temas que son diametralmente opuestos a la realidad cubana fue esperanzador, fue mayor la desilusión.
Explica que “faltó el mencionar la compra de Bitcoins, o el ahorro en unidades de los mismos para así poder ganar dinero a partir del interés compuesto (cosa que se hace con el dinero fiduciario). Cuando se quiera extraer dinero (esto es, convertir los Bitcoins a euros o dólares, etc.) se puede pedir a una persona de confianza que los convierta fuera del país y lo mande al destinatario a través de oficina de envío de dinero (Western Union, por ejemplo)”.
“Otro aspecto importante a destacar fue que erróneamente se dijo que el Bitcoin no es dinero”, detalla.
¿Por qué? Nos indica que en la conferencia se dijo que “el Bitcoin es un pésimo material de cambio, dada su volatilidad (cosa normal en cualquier moneda, especialmente en la fiduciaria, que al ser manejada por el Estado está atada a los antojos de este por muy racionales que parezcan ser) y debido a esto último, su inutilidad como unidad de cuenta y depósito de valor”.
El estudiante contra-argumenta que “el dinero es una unidad de cambios socialmente aceptada y de fácil divisibilidad y portabilidad, cualquiera de las tres cosas que es el Bitcoin”. Sin embargo, sus compañeros no tuvieron la oportunidad de contrastar esta información.
Por eso afirma el estudiante inconforme que “hablar hoy día de Bitcoin es demasiado poderoso, se habla más bien en términos de Satoshi (la diezmillonésima parte de un Bitcoin) y, en países con fácil acceso a Internet, se pueden portar fácilmente en cualquier celular o laptop sin ningún problema”.
Explica que también existen depósitos de valor en múltiples páginas como Bitconect que entre sus servicios permiten depositar tus criptomonedas y ganar, los intereses a plazos fijos por el depósito. No obstante, de nada de esto se habló.
En cuanto a su aceptación social, pregunta si sería lógico que algún empresario, a sabiendas de que está aceptando una moneda que no tiene aceptación social, la contemplara como medio de pago por sus servicios; como ejemplo, sostiene que compañías de la magnitud de Microsoft ya la aceptan.
Lamenta que estos “son los principales señalamientos que deberían haberse hecho” sobre las criptomonedas, “y en especial su hermana mayor, el Bitcoin”. Ya que considera relevante medios alternativos de economía. Pues, sostiene que “la economía palideció, mientras que la criptografía se alzó”.