
Luego de un intento de asesinato en su contra, la popularidad del principal candidato de la derecha brasilera Jaír Messias Bolsonaro va en ascenso. Se observa en las calles y también en las encuestas.
El mismo hecho de su apuñalamiento demostró las pasiones que genera tanto a su favor como en su contra. Pues al momento de ser atacado, estaba alzado en brazos por sus simpatizantes y enseguida atravesado por un arma blanca.
Y es que en un país que estuvo bajo dictaduras militares, un candidato con trayectoria en el ejército genera rechazo en diversos sectores.
Tanto que en palabras del influencer, Nando Moura, de la plataforma Mestres do Capitalismo “prefieren que gobierne un preso antes que un militar“.
Esto se evidenciaba en las encuestas hasta que elexpresidente Lula Da Silva fue declarado inelegible, dado que está bajo prisión por corrupción.
Además, el intento de asesinato contra Bolsonaro afirmó la necesidad de cumplir una de sus promesas de campaña: reducir la criminalidad en el país.
Sumado a eso, la heroicidad le dio publicidad. Pasó a ser un mártir por su causa en la lucha contra el socialismo, dispuesto a dar hasta la vida.
Aunque no han faltado insinuaciones de que fue un autoatentado con el fin de influir en la votación, ya hay un detenido por el ataque.
La noche del jueves 6 de septiembre, contaba con el 22% de los votos y el 40% en rechazo, la misma cantidad de votantes dispuestos a votar por Lula, dado que está en prisión por corrupción; pero esa tendencia está cambiando.
En una encuesta telefónica conducida por BTG Pactual, dividida tanto por edad como por sexo y nivel educativo, Bolsonaro aparece a la cabeza y por amplio margen.
Desde el ataque, subió 4% en la intención de voto y Lula, al ser declarado inelegible bajó estrepitosamente. Pero no ha aumentado la simpatía por su sucesor, el candidato inicial a la vicecpresidencia, Fernando Haddad, que fue alcalde de Sao Paolo y ahora se postula para la presidencia.
Aunque Bolsonaro lidera la intención de voto, los indecisos y quienes no se respaldan a ningún candidato representan a buena parte de los brasileros. (BTG Pactual)
Dentro de los datos disponibles, cabe resaltar las segmentaciones por edad, sexo y educación. Entre las múltiples campañas en contra de Bolsonaro, adjudican que es “racista”, “clasista”, “machista” y “homofóbico”.
Sin embargo, tiene el doble de respaldo de mujeres que la principal candidata femenina: Marina Silva. La otra candidata, Vera Lúcia, obtuvo 0%.
Asimismo, tanto entre quienes completaron apenas la educación primaria (18%) y quienes tienen estudios universitarios (35%), Bolsonaro está a la cabeza. Es decir, los simpatizantes de Bolsonaro son diversos y se encuentran en todos los sectores de la sociedad.
Es así cómo ha planteado su campaña, sin división entre la gente del norte y el sur, blancos y negros, ricos y pobres, homosexuales y heterosexuales. De modo que quienes están hartos del discurso victimizador del partido que ha gobernado varios mandatos seguidos y se ha alimentado precisamente de la polarización, están sumando cada día más votos para Bolsonaro.

No obstante, la salud del candidato aún es frágil y todavía no se ha determinado si podrá llevar a cabo su campaña.
Bolsonaro sigue en cuidados intensivos y tendrá otra cirugía para reconstruir el tránsito intestinal, por el desgarro ocasionado por la puñalada.
Según el último boletín médico del Hospital Albert Einsten, pasados cuatro días tras la herida abdominal por arma blanca, el estado de Bolsonaro, que encabeza la intención de voto, “todavía es grave y permanece en cuidados intensivos”. Agrega que no hay señales de infección.
Mientras tanto, sigue generando controversia entre simpatizantes y detractores, puesto que líder del Partido Social Liberal (PSL) ha sido procesado por sus declaraciones polémicas del pasado que distan de sus promesas de campaña.
Hoy promete unión, pero enfrenta denuncias por discriminación. Lo cual despierta la inquietud de si se trata de un demagogo o de un candidato que se enfrenta a una oposición dispuesta a atentar contra su integridad física y moral, al punto que casi le arrebatan la vida.