
Falta menos de una semana para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil y se estima que Jair Bolsonaro supera a su rival Fernando Haddad por 16 puntos, según reporta el expresidente brasilero Fernando Henrique Cardoso.
Destaca que Bolsonaro ganó la primera vuelta por amplia ventaja (46%) y está ganando ahora, porque los brasileros se hartaron de la política convencional y la corrupción por la cual está manchada, la misma que no solo no ha podido reducir el crimen organizado sino que ha sido parte de ella.
“Los electores han votado por el miedo del crimen organizado —que ha aumentado—, del futuro de la economía —a la que le cuesta salir de la recesión provocada por el Gobierno de (Dilma) Rousseff— y del desempleo —que se ha estancado en un 13%—. También ha votado por la indignación ante la corrupción, desvelada principalmente por el caso Petrobras, que expuso las bases podridas sobre las que se asentaban el Gobierno y los partidos. Los “dueños del poder” —o los que presuntamente lo son— han sido objeto inmediato de la indignación”, exclama Cardoso.
Pero no lo hizo sin criticar a su partido. Como candidato de derecha, Bolsonaro y su equipo prometen achicar el Estado para así liberar el mercado.
Cardoso resalta en su columna de opinión para el diario español El País que el partido de Bolsonaro, el PSL (Partido Social Liberal), “siempre ha votado en contra de la ruptura de los monopolios del Estado”.
Há em circulação um manifesto de democratas progressistas. Bem-vindo. Com a provável eleição de Bolsonaro precisaremos mais ainda de defensores da democracia, para impedir que ele (ou quem vier a vencer) tente sair do rumo constitucional.
— Fernando Henrique Cardoso (@FHC) October 20, 2018
Es decir, lejos de ser una nota publicitaria, expone el panorama político brasilero y el futuro que le depara. Quiebra mitos, tanto de la prensa que funciona como propaganda para el candidato de izquierda, como de las incongruencias del partido del candidato de derecha.
Uno de los mitos más importantes es que Bolsonaro es fascista.
Frente a esto, el expresidente Cardoso responde: “No se trata de la vuelta al fascismo: la historia, en este caso, no se repite. Se trata de otras formas de pensamiento y acción no democráticas”.
Cómo Bolsonaro responde al cambio tecnológico
Alega que frente a una era donde los redes sociales han tomado tanta fuerza para la difusión de ideas, mientras que los medios masivos han tomado posturas partidistas, Bolsonaro surge como respuesta para instaurar orden, una palabra impregnada en la bandera de Brasil como sinónimo de progreso.
“Los partidos, las creencias políticas y los sindicatos —en suma, la institucionalidad política del pasado— se han vuelto pequeños para hacer frente a los retos que Internet simboliza”, insiste Cardoso, “la comunicación directa, aun siendo momentánea y fragmentaria, las noticias, aun siendo falsas, se sobreponen al juicio, a la razón que, bien o mal, los “medios tradicionales” (incluyendo radios y televisión), si bien no reflejaba, le rendía cuentas”.
En contraste, afirma que “Bolsonaro es una hoja seca impulsada por el vendaval de todas estas transformaciones. Simboliza el ansia del orden ante el miedo a lo desconocido”.
— Fernando Henrique Cardoso (@FHC) October 14, 2018
Concluye que ya no se puede revertir el fenómeno, Bolsonaro vencerá. Entonces es responsabilidad de todos hacer autocrítica, tanto en el sector político como económico, suficiente para entender cómo surgió este fenómeno que sacudió la política nacional y regional y lograr que sea un impacto positivo para el país.
De acuerdo a una encuesta divulada hoy por la firma MDA, Bolsonaro cuenta con 57 % de los votos válidos, mientras que Fernando Haddad cuenta con el 43 %.
En la primera vuelta, Bolsonaro terminó con 46% y Haddad con el 29%. Cabe resaltar que había una decena más de candidatos. Ahora, que solo quedan dos, se resalta el rechazo que tiene Bolsonaro, de 42,7 %.
Sin embargo, es menor al rechazo que genera su contraparte (51,4%), Haddad, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), que surgió como candidato de último momento (hace un mes y medio) en vista que el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, no pudo lanzarse porque está en la cárcel condenado a doce años por corrupción.
Ahora, ya que la sociedad brasilera está tan fragmentada, en palabras de Cardoso, “debemos seguir luchando por el futuro de Brasil y de su pueblo, sin ser masa de maniobra”.
Es decir, se terminó la política partidista que tuvo que inventar un candidato a última hora. Según indican las cifras y también los expertos, incluso quien ya presidió ocupó la primera magistratura de Brasil, Bolsonaro está cada vez más cerca de ser el presidente del país más grande de la región.