En los últimos 25 años Panamá ha tenido el mayor crecimiento económico de Centroamérica, y se le pronostica un futuro próspero. Sin embargo, analistas del Fondo Monetario Internacional señalan que tiene un problema: hay desigualdad. Aunque la evidencia afirma que esto no es necesariamente un problema, pues desigualdad no es sinónimo de pobreza.
En el 2010 el 22 % de la población de Panamá era pobre. Para el 2018 disminuyó al 13 % y la tendencia continúa. En los últimos cuatro años han salido de la pobreza 150 000 ciudadanos, en medio de la llegada de 94 000 exiliados venezolanos, en un país que tiene cuatro millones de habitantes.
Pese al panorama alentador y el evidente crecimiento económico del país, medios internacionales y entidades financieras reflejan una tendencia: exponer la desigualdad como un peligro y restarle créditos a un país próspero, solo por ser desigual.
El mismo portal que publicó los últimos índices de prosperidad en Panamá alerta que la desigualdad priva a Panamá de ser un paraíso. Se trata de la BBC de Londres, con creciente tendencia progresista, que comúnmente equipara igualdad con justicia y bienestar.
Ya a mediados del 2018 la BBC publicó un informe del Banco Mundial donde ponían en contraposición riqueza y desigualdad, cuando en realidad las cifras muestran que los países más iguales, particularmente en América Latina, son justamente los más pobres.
En Venezuela, por ejemplo, gracias al proceso socialista en pie en las últimas dos décadas, más del 80 % de la población está en la pobreza. Es decir, es una nación con una igualdad masiva. Sin embargo, esto no es señal de prosperidad.
Pero el portal anuncia que no usa a este país como referente, dado que no tiene datos disponibles. Aunque no cuestiona por qué no hay dichas cifras, posiblemente porque están a cargo del mismo régimen que recibió un premio de la FAO por la capacidad de alimentar a sus pobladores, cuando en realidad sufren desnutrición.
De modo que Panamá y Costa Rica, las economías más pujantes de la región, aparecen en el “preocupante” cuadro de la desigualdad junto a Chile, que tiene la mejor economía de Sudamérica.
Aparecen junto a Honduras y Haití, que tienen índices de pobreza alarmantes, lo cual expone a su vez que la distribución hipotética del dinero entre los pobladores nada dice sobre su calidad de vida.
Ahora, la BBC destaca a Panamá como un país próspero. Mientras El Salvador, Honduras y Nicaragua atravesaban la crisis económica conocida como la “década perdida” al final de la década de 1980 que padecían los países latinoamericanos con deudas externas impagables, grandes déficit fiscales y volatilidades inflacionarias y de tipo de cambio, la estabilidad política permitió la prosperidad en Panamá durante la crisis.
Pero Panamá no creció solo en contraste a sus vecinos, también respecto a toda América Latina. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Panamá supera al resto de la región en cuanto a la proyección del crecimiento económico para el 2019 con 5,9 %.
Le siguen República Dominicana (5%), Perú (3,8%), Chile (3,4%) y Costa Rica (2,7%), también en el promedio de Centroamérica (2,5%).
Según el jefe de división en el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, a su vez jefe de Misión en Panamá, Alejandro Santos, este país “experimentó un salto cuántico económico”.
La posición geográfica privilegiada, tras ser el hogar del Canal de Panamá que permite el acceso al Océano Atlántico y Pacífico, también fue un factor influyente para ampliar el comercio. Tanto que Panamá expandió su economía al doble, en comparación con las demás naciones de hispanoamérica.
Desigualdad y pobreza no son sinónimos
Las ganancias que produce el Canal de Panamá han permitido una tasa de inversión cerca al 40 %. Esto ha impulsado el desarrollo de industrias como la logística, las telecomunicaciones y las finanzas.
Ser un país abierto al comercio ha exigido la creación de un aeropuerto que permite la llegada de inversores y ha vuelto al país un lugar de conexión entre destinos, cuya ganancia ha logrado la construcción del metro y otras obras de infraestructura vial e higiene, como agua y saneamiento.
La riqueza es evidente a través de la ciudad portuaria llena de rascacielos. Sin embargo, los expertos del FMI afirman que “la desigualdad de Panamá es una de las más altas de América Latina”, e insisten en que “Latinoamérica es la región más desigual del mundo”.
No obstante, no resaltan entre los países desiguales a los que han vuelto la pobreza masiva y padecen el sueldo básico más bajo del continente: Cuba y Venezuela.
Venezuela está debajo de Cuba, cuyo salario mensual es de 30 dólares, e incluso Haití, donde ganan 83 dólares. En el resto del continente los salarios no bajan de 100 dólares: Perú (279 dólares), Brasil (269 dólares), Bolivia (300 dólares) y Chile (427 dólares).
Es decir, en su afán por buscar un paralelo entre igualdad y bienestar pasan por alto que los países con más igualdad económica son también los más pobres, reprimidos y los que han producido el mayor éxodo de sus habitantes.