Empieza el cuarto mes de falta de artículos de higiene femenina en Cuba. Desde diciembre, las “almohadillas sanitarias” están ausentes. En su lugar, las mujeres cubanas están usando pañales reciclados y retazos de trapos durante la menstruación. La falta de insumos básicos deja en evidencia la crisis económica que atraviesa la isla y cómo el “éxito” de su sistema de salud es solo un mito.
Tanto las toallas industriales como las caseras se han empezado a reutilizar. Las lavan y las ponen a secar al sol. En vista que tampoco hay algodón en las farmacias, muchas mujeres recolectan pedazos de tela o bien improvisan con pañales desechables de niños y adultos.
“Jamás había hecho eso. Yo era de las que no usaba ni siquiera algodón, y verme en estas, lavando trapos para volverlos a usar me mata de la vergüenza”, admitió una joven para Cubanet.
En pleno 2020 tuvieron que recurrir a viejos métodos, no solo incómodos, sino también peligrosos para la salud de las mujeres. Las farmacias dejaron de vender las toallas íntimas en noviembre del 2019, luego escasearon en las tiendas recaudadoras de divisas, donde el paquete más barato de diez toallas sanitarias vale más de un dólar.
Para quien no conozca la realidad cubana, allí circulan dos monedas. El CUP para los cubanos y el CUC (la moneda convertible que tiene el mismo valor que el dólar) para turistas. El CUC se usa en las tiendas de divisas, donde se encuentran “productos de lujo”, como champú y jabón. De modo que no encontrar artículos de higiene ahí muestra un nuevo grado de crisis en Cuba.
Cabe señalar que el sueldo promedio en Cuba ronda los 43 dólares y el mínimo 16. Una mujer con flujo regular requiere en promedio dos paquetes de diez toallas. Por eso, comprarlas representa buena parte de sus ingresos.
En #Cuba hasta las "almohadillas sanitarias", para el ciclo menstrual de las mujeres, son racionadas. (10 al mes) pic.twitter.com/9aD6pV70Qj
— Yusnaby (@Yusnaby) October 11, 2014
Las toallas sanitarias están dentro de los productos normados. Pero la regulación de precios, usual en las economías controladas, como ocurre siempre no ha sido útil al momento de abastecer a las mujeres cubanas en edad fértil.
A cada mujer le corresponde un solo paquete de diez almohadillas por mes a un costo de 0,40 centavos de peso cubano (CUP), o sea un centavo y medio de dólar en las tiendas de abastecimiento para cubanos. Pero no hay y las pocas disponibles son de mala calidad.
El diario oficialista Granma aseguró que el régimen ya contaba con los recursos para suplir esta necesidad durante el primer trimestre del año en curso por medio de una alianza con Vietnam. La Empresa de Materiales Higiénicos Sanitarios “Mathisa” contaba con un financiamiento de alrededor de unos cinco millones de dólares que aseguraría la producción y distribución de almohadillas sanitarias. Pero ya empezó marzo y la situación no ha mejorado, pues hay escasez de materias primas y poca capacidad de distribución.
📌#Cuba ya cuenta con una fábrica🏪 d pañales desechables y almohadillas sanitarias.
👉Hoy fue inaugurado✂en la Zona Especial del Mariel esta fábrica, esfuerzo q realiza #Cuba🇨🇺y #Vietnam🇻🇳para satisfacer las necesidades y demamdas de los cubanos#CubaVsBloqueo#VamosPorMas pic.twitter.com/5mCHZxXJxq— Marian Emily (@MarianEmily2) November 20, 2019
Falta comida porque Cuba no tiene dinero para importar
Cuba importa el 82 % de lo que consume. Así lo informaron expresos políticos cubanos en una carta al Partido Demócrata de EE. UU., en rechazo al respaldo del precandidato presidencial Bernie Sanders a lo hecho por Fidel Castro en la isla.
Como el régimen controla la producción en Cuba, sus ciudadanos dependen de las raciones del Estado. “No hay huevos, no hay arroz, no hay frijoles; tampoco hay pollo. No hay gas licuado, no hay gasolina y empezaron los apagones”, dijo para Radio Martí Leydis Tabares, residente de Camagüey, ante la falta de recursos e incluso servicios básicos como la electricidad.
Desde que disminuyó el financiamiento que Cuba recibe de Venezuela, luego de que el socialismo hiciera colapsar la economía del país sudamericano, Cuba perdió su capacidad de pago frente a China. Según datos de la Oficina de Aduanas de China, las exportaciones a Cuba cayeron en 2019 a su nivel más bajo en una década, 791 millones de dólares, lo cual expone la crisis de liquidez de la isla.
Bolsonaro puso fin a la esclavitud de médicos cubanos
La incapacidad de pago por parte de Cuba también afectó sus relaciones con países de la región. El propio presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES), Dyogo Olivera, afirmó que “queda claro” que países como Cuba y Venezuela no “podían pagar” sus deudas.
En septiembre de 2018, meses antes de que Jair Bolsonaro asumiera la Presidencia de Brasil, Cuba le debía al BNDES 17,4 millones de dólares en cuotas vencidas en junio, julio y agosto.
Con un presidente de derecha como Bolsonaro en el poder, Cuba no solo ya no cuenta con los fondos del BNDES, sino que también perdió los 3 000 dólares que Brasil pagaba mensualmente al régimen comunista por cada médico cubano.
El régimen comunista prefirió repatriar a alrededor de 11 000 médicos a La Habana antes que cumplir con las exigencias de Bolsonaro, que llamó “esclavitud” a las condiciones de trabajo de la dictadura, que expropiaba entre el 75 y el 90 % del sueldo de los galenos y no les permitía viajar con sus familias.
La pérdida económica para Cuba fue enorme. Solo en el 2016 los médicos cubanos que trabajan en el extranjero produjeron cinco veces más que la industria del turismo. Los médicos generaron 11 543 millones de dólares anuales, mientras que el turismo 2 800 millones.
Cuba es supuestamente un ejemplo en salud, pero no puede ni abastecer los artículos de higiene básicos para sus mujeres. Y pese a que los médicos producen el mayor ingreso para el país, el régimen prefirió retirar a sus galenos de Brasil antes que permitir que trabajen en condiciones dignas y que fueran evaluados por el Gobierno Bolsonaro.
Lo que más sobresale con la escasez es que por la naturaleza monopólica del comunismo Cuba se está quedando sin recursos y a quien más afecta es a quién menos tiene: a los ciudadanos.