Brasil es el tercer país del mundo con más casos de COVID-19 reportados. Sus cifras están logrando que Sudamérica se vuelva el nuevo epicentro del coronavirus. No obstante, el miedo al hambre es superior al terror del contagio. Por lo cual el presidente Jair Bolsonaro llama a volver al trabajo pero, con precaución.
«Hay que volver al trabajo, maldita sea, la vida continúa», enfatizó Bolsonaro en vivo en Facebook la noche del jueves 21 de mayo.
Entre los comentarios del video, se pueden observar múltiples reclamos: «Presidente, en Brasil nadie muere por otra enfermedad, solo por COVID-19. Muchas muertes son automáticas en la pandemia. Ya no hacen una autopsia».
Esto indicaría cifras infladas por parte de las autoridades locales. Oficialmente hay 310 921 casos diagnosticados, 20 082 muertos y 125 960 recuperados. Las personas examinadas son 735 224, se han hecho 3 462 pruebas por cada millón de habitantes.
Como Brasil es un Estado federado, son los gobernadores los encargados de la administración de la salud. Estos están enfrentados al presidente de la nación, puesto que exigen más control a la par de una cuarentena prolongada, lo que produciría una mayor paralización económica.
Bolsonaro exaltó la importancia de la libertad e invitó a la población a dejar de vivir con miedo. Hizo un llamado a volver al trabajo pero con mascarilla. Por la mañana del viernes 22 salió del palacio de Planalto a saludar a sus simpatizantes con mascarilla.
Posted by Jair Messias Bolsonaro on Thursday, May 21, 2020
Brasil teme más por la falta de comida que por el virus
Dentro de 30 días faltará comida en las góndolas, le comunicaron los líderes empresariales al ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, el primer jueves de mayo.
Existe una realidad y es que las condiciones climáticas y económicas de Brasil y la región no permiten una cuarentena prolongada. Consignas como «quédate en casa» son inaplicables para una familia pobre, hacinada, sin aire condicionado o ventilador siquiera, no puede permanecer indefinidamente en su casa, sobre todo si no tiene recursos para subsistir.
El miedo al hambre supera el terror a la pandemia en un país con 212 millones de habitantes como Brasil con muchas bocas para alimentar.