Durante la última semana la marcha del “tetazo” fue el tema que monopolizó los programas periodísticos y de debate en Argentina. Panelistas y especialistas se dedicaron a debatir “tetas sí” o “tetas no” como si fuese una cuestión de vida o muerte.
La novela comenzó luego de que la policía impidiera a un grupo de jóvenes tomar sol en topless en Necochea al solicitar que se cubran los pechos. Con un discurso armado y preparado, como si hubiesen estado esperando la censura, las turistas de vacaciones se dedicaron a vociferar un discurso que fue registrado por todos los teléfonos celulares, convirtiendo el conflicto en tema de interés nacional en cuestión de horas.
Desde los sectores feministas, que coincidentemente son agrupaciones de izquierda, se llamó a una marcha nacional denominada “tetazo” donde las mujeres con los pechos al aire defenderían la igualdad de género. Los organizadores difundieron la consigna de que es momento de terminar con la injusticia patriarcal de que los hombres puedan estar con el torso desnudo en la playa, mientras que las mujeres no.
Las cosas no comenzaron de la mejor manera este martes a las 5 de la tarde (hora local) en el obelisco ya que a la hora señalada ya se habían hecho presentes más varones curiosos que militantes feministas semidesnudas.
Con el correr de los minutos se incrementó el número de manifestantes, la mayoría vestidas, y algunos grupos violentos empezaron a los empujones al grito de “Afuera, afuera! Afuera macho afuera!”. Los “machos” empujados se animaban a esgrimir tímidas defensas culposas como “vine con mi novia” o “estoy aquí para apoyar la causa”.
Quedaba claro que para los sectores más violentos (que terminaron pintando con aerosol los patrulleros de la policía y autos particulares, alguno de alguna mujer seguramente) que todo esto se trataba de algo más que una reivindicación de género.
Se hacía evidente que en varios sectores existía un rechazo total a la figura masculina en general, solo por la condición de hombre. Hemos visto en diversos documentos y manifestaciones alrededor del mundo que varias líderes feministas han reconocido sin vergüenza que apuntan a la eliminación del macho, que la mera erección es un acto de violencia sexual y que la opresión del patriarcado se hace presente desde el momento que un padre le pide a su hija que lo llamé “papá”.
Luego de algunos cánticos y varios minutos saltando con los pechos al viento, las manifestantes comenzaron a cambiar el destinatario de las canciones. “Macri, basura, vos sos la dictadura” y hasta el insólito “Macri no es puto, es liberal, hacete cargo él es heterosexual, olé olé, olé olá…”. Para entonces no se comprendía si era una marcha en contra del gobierno, una reivindicación socialista o un ataque a la heterosexualidad.
Ya para cuando se desplegaron todas las banderas de las agrupaciones políticas de izquierda, todo era discurso antimacrista y panfleto de izquierda.
“Soy parte de la agrupación de varones antipatriarcales de la tendencia piquetera revolucionaria”, le decía un joven en “cuero” a un periodista, mientras que a metros otra chica manifestaba que el tetazo era “la respuesta lógica a la opresión de los gobiernos neoliberales”.
Hacia el final de la marcha quedó en evidencia que las manifestantes habían utilizado sus cuerpos desnudos para llamar la atención y predicar una causa política. Quedará para analizar cuál es el criterio por el cual estas agrupaciones combaten los desfiles de belleza con el argumento que “cosifican a la mujer” y sobre todas las cosas por que guardan silencio ante las atrocidades que sufren las mujeres en Medio Oriente a manos de gobiernos “anticapitalistas” como ellas.
La contradicción parece estar en el ADN de este nuevo feminismo. Mientras desconcentraban cantaban: “Macho…me la mostrás y te la corto…tengo la tijera en la mochila”. No se pudo apreciar a quién amenazaban ya que las que cantaban eran las únicas que estaban “mostrando” algo.
Fuente: Infobae