En Argentina pudo haber cambiado el gobierno, pero lo que no cambia es la presencia del Estado en absolutamente todo. Desde la salida de Cristina Fernández de Kirchner incluso se ha incrementado el número de ministerios y ha aumentado el déficit fiscal. Hasta el momento Cambiemos no cambia el estatismo y la oposición inclusive es aún peor.
La Ciudad de Buenos Aires, comandada por el espacio político del presidente Mauricio Macri, ha desarrollado un fetiche especial con las bicicletas. Decididos a que sea parte del esquema de transporte se designaron “bicisendas” en muchas calles de la ciudad, complicando aún más el tráfico vehicular. No conformes con esto desde el oficialismo realizaron un nombramiento insólito a nivel nacional: Argentina tiene ahora flamante “Directora Nacional de Movilidad en Bicicleta”.
La arquitecta María Belén Cardasz asumió en el nuevo cargo y tendrá un sueldo de 70.000 pesos mensuales (más de 4.000 dólares). La novedad se oficializó en el Boletín Oficial de hoy y el área de la nueva burócrata dependerá de la Dirección Nacional de Transporte no Motorizado, de la Subsecretaría de Movilidad Urbana de la Secretaría de Planificación de Transporte, conducida por Guillermo Dietrich.
El presupuesto que manejará la nueva cartera será de alrededor de 12 millones de dólares.
El peronismo no se queda atrás
Por el lado de la oposición el panorama no es más alentador. En la provincia de San Luis, comandada por los hermanos peronistas Rodríguez Saa, se acaba de lanzar otra novedad digna de países enfermos de estatismo: la leche del gobierno.
Con el argumento que en la provincia se produce mucha de la leche que se industrializa en la provincia de Córdoba y que los habitantes de San Luis la compran a un precio más alto al que la venden los productores locales, el gobierno decidió implementar la medida de producir una “leche oficial” como medida para combatir la inflación.