Las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias), invento de los Kirchner cuando eran oficialismo para dividir a la oposición y “mostrar las cartas” antes de las elecciones, aparentemente se le volvieron en contra luego de perder el poder. Como dice el refrán de la política argentina, acuñado por el exoncejal Carlos Maslatón, “el invento revienta al inventor”.
Luego del virtual empate entre el candidato de Cambiemos, Esteban Bullrich, y la expresidente Cristina Fernández de Kirchner, las piezas comienzan a acomodarse a horas de las primarias y Macri se fortalece para enfrentar a su adversaria a costa de dirigentes (o exdirigentes) de Sergio Massa.
Los concejales de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, pertenecientes (hasta ahora) del espacio massista -1 País-, Julián Lemos y Vanina González, ya adelantaron que apoyarán al oficialismo en octubre con la finalidad de vencer a Kirchner. En los fundamentos se destaca el factor del “voto útil” ya que hay sólo tres bancas en disputa para el senado y dos serán para la mayoría, mientras que una corresponderá a la primera minoría. Dado que tanto Bullrich como Kirchner sumaron 34 % cada uno y Massa nada más que el 15, para Lemos lo único que importa es la asignación de bancas entre las dos primeras fuerzas:
“Siempre tuve muy en claro en buscar el afianzamiento de la República. Desde 2009 en que se formó una coalición para enfrentar al kirchnerismo, luego lo hice en 2013 con Massa porque era la alternativa de ese momento al Gobierno. En 2015 los argentinos eligieron una nueva alternativa en Cambiemos y ahora lo que hay que hacer es reafirmarla”, destacó el concejal que, más allá de su voto personal, parece tener más futuro con Macri que con Massa.
Una definición optimista a la hora de evaluar una hipotética redirección de votos fue la del senador de Cambiemos Federico Pinedo: “Supongo que el 80 % que vota a Massa es anticristinista, muchos de ellos supongo que va a querer reafirmar la posición de Cambiemos”, especuló.
Otra declaración de un hombre del massismo en respaldo de Macri fue la del dirigente peronista Julio Bárbaro. En varias entrevistas televisivas reconoció que en el ballotaje (segunda vuelta) de 2015 apoyó a Macri, con el que muchas veces se “enoja”. “Después me acuerdo de Cristina y se me pasa”, suele manifestar. Ante la consulta sobre si votaría de nuevo al massismo en octubre, Bárbaro manifestó: “Mi odio por Cristina puede ser más fuerte que mi amor por Massa”.
En la Cámara de Senadores, Sergio Massa ya sufrió una baja antes de las elecciones: el senador por Chubut del espacio, Alfredo Luenzo, abandonó el partido y manifestó que “nunca se sintió cómodo” con Massa, aunque negó que el resultado electoral haya tenido que ver con su decisión.