En el marco de la primera visita oficial al exterior que realiza el presidente de Chile, Sebastián Piñera, el mandatario se reunió con su de Argentina, Mauricio Macri, con el que prometió que ambos países irían hacia un programa de libre comercio. Según fuentes oficiales, los dos países, en los próximos días, enviarán proyectos de ley a los parlamentos para buscar su aprobación.
En una comunicación a los medios, el presidente argentino se mostró optimista con los posibles alcances de un acuerdo, al que denominó como una sociedad del nuevo siglo:
“Me alegra que compartamos la visión, ideales, además de una historia, sabiendo que somos socios del siglo XXI y que, frente a los desafíos que nos plantea el mundo, integrarnos como nunca antes nos va a facilitar acelerar el desarrollo, que tiene que ser una meta para ambos, y claramente reducir la pobreza”.
Por su parte, el líder chileno destacó que ambos países tienen vínculos históricos, presentes y futuros.
“Vamos a enviar al Congreso de ambos países, dentro de los próximos 15 días, el acuerdo de liberalización comercial, que va a abrir más las puertas para fomentar el comercio de bienes, de servicios y el intercambio de inversiones”, resaltó Piñera.
Ambos países, en sus historias recientes, han cosechado diferentes resultados en cuanto a los acuerdos de libre comercio. La Alianza del Pacífico, a la que se afilió Chile, ha sido mucho más productiva que el fallido Mercosur, que sirvió como una suerte de proteccionismo regional, que inclusive, tiene hasta inconvenientes para el libre comercio entre los países internos.
“Nos va a forzar a ser más competitivos”
En diálogo con PanAm Post, el prestigioso economista Roberto Cachanosky manifestó que “todas las políticas que apunten a integrar a Argentina al mundo son bienvenidas”, mucho más en un caso de una economía desarrollada como Chile, lo que forzaría a Argentina a ser más competitiva.
“El punto a destacar, a la hora de evaluar una integración económica, en el largo plazo se requieren reformas estructurales. Para esto hay que cambiar la legislación laboral, bajar la carga impositiva, el gasto público y mejorar la infraestructura”. En el panorama actual, Cachanosky advirtió que el Gobierno, en caso de ir hacia una integración con Chile, no podrá usar el tipo de cambio como una herramienta a la hora de intentar frenar la inflación.
Por su parte, Guillermo Covernton, también se mostró a favor del acuerdo y resaltó: “Seguir negándonos al libre comercio y a la apertura de nuevos mercados es faltarle el respeto a la sangre de nuestros mártires de la Independencia”. Para el especialista, de aprobarse el tratado, ambas naciones tendrán acceso a mejores precios de muchas mercaderías, producto de la economía de escala, basada en la especialización y los avances tecnológicos. “El acuerdo permite tener grandes esperanzas”, concluyó Covernton.